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¿Desde cuándo el techo se había vuelto tan interesante? Eso llegó a preguntarse en algún momento de la madrugada. Sus ojos cambiaron de punto de atención, fijándose en un dormido pelinegro. "Solo me utilizaban..." Esas palabras taladreban su cabeza con fuerza desde que llegaron a sus oídos, no podía olvidarlas. No cuando fueron pronunciadas con tanta melancolía, como si a JinYoung le hubiese dolido el pecho cuando las dijo. Intentó convencerse que solo eran locuras producto de su borrachera, pero recordaba entonces que al estar ebrio uno decía la verdad.

— Ah... —el dolor que sintió en su labio inferior fue de inmediato. Se lo había mordido con demasiada fuerza producto de los nervios y ahora sangraba.

JaeBum cerró los ojos, tratando de calmar sus pensamientos. Tenía muchas dudas, todas relacionadas con el pasado de JinYoung, el cual parecía ser demasiado inquietante. Es cierto que quería acostarse con el chico, pero tampoco era un ser tan inhumano para no tener, al menos, una pizca de preocupación. Solo le queda esperar hasta mañana.

[...]

Bostezó, aún adormilado, mientras bajaba las escaleras a pasos lentos para no caer. Desde la habitación había escuchado constante ruido desde el primer piso, por lo que decidió por fin levantarse y ver que ocurría. Abrió por completo, observando como algunos estaban colocando la mesa y los demás se encontraban afuera. Se dio cuenta entonces de la hora que era, terminó por recuperar las horas perdidas de sueño.

— Buenas noches, bello durmiente. —levantó el dedo corazón en dirección a Hyuk, el cual le molestó usando un tono cantarín. — En el cajón de la cocina hay aspirinas, por si te duele la cabeza.

— Gracias, idiota. —dijo con una sonrisa antes de salir al patio trasero, puesto a que JinYoung no se encontraba allí dentro.

El día estaba perfecto, soleado pero fresco. El viento soplaba con suavidad y unos grandes deseos salir a dar un paseo le invadieron. Ordenando un poco su cabello, se acercó a la pequeña disputa de póker entre YoonGi y NamJoon, donde el primero le alegaba al más alto que no tenía idea como jugar y el otro se justificaba que el juego no poseía tanta lógica. Soltó una fuerte carcajada cuando el moreno terminó ganando y el chico de piel pálida le lanzaba las cartas a la cara, alegando que solo fue suerte.

Entre insultos por parte de los dos jugadores, divisó a la lejanía a quien ha estado buscando. Acostado sobre una hamaca, leyendo con tanta tranquilidad un libro mientras el viento lo mecía como si fuese un bebé en una cuna. Se tomó un par de segundos para apreciarlo con más cautela y concluyó que era demasiado suertudo por si quiera intercambiar una palabra con él. Si el JaeBum de algunos años hubiese tenido aquella clase de pensamientos, los dejaría de lado sin dudarlo, pero el del presente simplemente sonrió.

JinYoung cambió la página, entretenido con su lectura. Estaba encimado en la conversación que la protagonista tenía con un señor sentado en la mesa de delante, en una fría mañana en Rusia. Unos cálidos brazos le rodearon el cuello y no pudo evitar cerrar los ojos, porque reconocería aquella calidez donde fuera, incluso en las temperaturas más altas.

— ¿Qué lees? —abrió sus ojos y miró hacia atrás. Los orbes cafés de JaeBum se encontraron con los suyos y sonrió.

— Un libro. —respondió con diversión, mostrando la lengua. El castaño le devolvió el gesto, claramente sin humor para sus bromas. — Te lo diré, con solo una condición.

— ¿Cuál? —preguntó el otro, siguiéndole el juego.

— Si lo lees.

Una carcajada fue la respuesta por parte del mayor, quien encontraba de lo más divertido la situación ¿Él? ¿Leer? Por favor, lo único que leía eran los mensajes que le mandaban a su celular, en todo su rostro estaba tatuado que no le gustaba la lectura.

Ruta De Escape ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora