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A cada paso que daban se alejaban del hermoso paisaje, adentrándose al bosque se hallaba tras la colina. JinYoung trataba de divisar que había más adelante del camino, sujetándose de la mano de JaeBum que en ningún momento le había soltado. Las pequeñas ramas tiradas en el suelo eran rotas por el peso de ambos cuando las pisaban, generando el único sonido que se escuchaba a su alrededor.

El castaño caminaba a paso lento pero seguro, hace mucho que no venía por aquellos lados y no deseaba tropezar con una piedra o tronco, o que su cita lo hiciera. Por ello no le había soltado la mano, además del constante deseo de sentir su cálida piel contra la propia. A JinYoung le había encantado el escenario que vio minutos atrás, pero estaba seguro de que este le fascinaría de igual manera. Vamos, era obvio que deseaba impresionarlo, quien no lo haría cuando esperó esta oportunidad bastante tiempo.

— Cuidado. —le avisó poco antes de pasar una pequeña bajada. Sin soltarlo le ayudó a bajar, rodeándole la cintura para asegurarse de mantenerlo sujeto. — Falta poco.

JinYoung asintió, quieto como una piedra. Podía sentir la respiración del mayor chocar suavemente contra su rostro y le ponía ciertamente nervioso. Carraspeó con algo de fuerza para terminar con el momento incómodo y volvió a respirar con tranquilidad cuando JaeBum se alejó para seguir caminando.

Avanzaron más por las profundidades del bosque, pero en un momento al pelinegro le llamó la atención escuchar el sonido del agua caer. Alzó una ceja con curiosidad pero se mantuvo junto al castaño al no saber hacia dónde ir. Cada vez que el sonido se volvía más fuerte, hasta que inundó sus oídos junto a la luz del sol que llegó a cegarlo. Le costó algunos minutos a acostumbrarse al cambio de luminosidad, pero cuando pudo abrir los ojos sin que los rayos del sol le molestaran, pudo ver finalmente lo que había delante de él.

La llanura lo había conquistado, pero la laguna de agua cristalina junto a la pequeña cascada causó maravillas en su interior. Impresionado y sin la capacidad de hablar, pasó por al lado de JaeBum para acercarse a la orilla, observando con absoluta claridad su reflejo. Se arrodilló sin más, tocando con la punta de sus dedos el agua y le dio un pequeño escalofrío. Estaba muy fría.

— Lindo, ¿no? —habló el castaño, acercándose con las manos en los bolsillos de su costoso pantalón. JinYoung observó el reflejo de este antes de levantarse.

— Tienes un buen ojo con los lugares. —respondió, tratando de no darle toda la razón para no subirle más el ego, si aquello era posible. El mayor soltó una pequeña risa y asintió sin más, a pesar de todo el pelinegro se mantenía como siempre.

— Y con las personas. —dijo con un tono insinuante y JinYoung no pudo evitar sonreír ante ello. Se quitó los zapatos y calcetines, dejándolos a un lado para luego arremangar sus pantalones. Sin decir nada tomó al menor de la cintura y besó sus labios por largos segundos, para luego adentrarse a la laguna poco profunda. — Cobré mi premio.

JinYoung lo quedó mirando por unos segundos para luego sonreír, recriminandose luego de aquello mientras seguía los pasos del mayor. Tuvo que haberlo imaginado, se trataba de Im JaeBum. Siempre obtenía lo que quería, tarde o temprano.

En un principio costó meter sus pies bajo el agua, más que nada por lo fría que estaba, pero apenas pudo acostumbrarse avanzó tratando de alcanzar al castaño. Éste le hizo una señal cuando llegó al otro lado, sentándose en la orilla cercana a la cascada. Un par de minutos después ya se encontraba sentado junto a él, moviendo sus pies en círculos.

— Hoy tuve una discusión con mi padre.

— ¿Sobre qué?

— Lo de siempre. Mi futuro.

— Oh...

— Sí. "Oh..."

— ¿Y qué te dijo?

— Lo de siempre. —JaeBum movió sus pies bajo el agua, tratando de lanzar lejos la rabia que comenzaba a carcomerlo. — Que rayos estaba esperando para ir a la empresa y comenzar a familiarizarme con todo. Que debía mantener nuestro apellido en alto y blah, blah.

— En resumen una mierda.

— Demasiada y de una sola vez. —JinYoung asintió un par de veces y se quedaron en silencio, cada uno pensando sobre el asunto. — No sé si pueda seguir aguantando...

— Sabes de lo que opino al respecto. Pero solo te digo que pienses bien las cosas antes de hacerlas. —las palabras del pelinegro eran reconfortantes para él y la manera tan gentil con que recostó la cabeza en su hombro aún más.

Sus manos se tocaron de inmediato, tales imanes de polos opuestos y, un minuto después, sus labios. Para JaeBum, besar los labios del menor era una nueva experiencia, como si en todas las ocasiones fuese el primer beso. Las mariposas en el estómago eran sumamente fuertes, revoloteando de un extremo a otro. Para él, besar a JinYoung era algo fuera de este mundo.

El pelinegro sintió la lengua del castaño recorrer su labio inferior con lentitud, ofreciéndole una clara invitación que estaba dispuesto a aceptar. Abrió su boca, dejando ingresar la lengua ajena e iniciando, así, un lento pero gustoso baile entre sus dos sin hueso.

Esto sumaba puntos para su plan, pero parte de él disfrutaba de igual manera el constante tacto entre sus bocas. Y que le gustase no era tan malo, es decir, así no le costaría tanto fingir.

Luego de algunos besos más volvieron a adentrarse a la laguna, quedando el agua al nivel de sus rodillas, aunque JaeBum aseguraba que el centro era más profundo. Allí fue inevitable terminar todos empapados al lanzarse agua y empujarse hasta caer. Parecían niños pequeños que disfrutaban la compañía del otro, por lo menos hasta que sus madres los vinieran a buscar, o en este caso, que comenzara a oscurecer.

Volvieron a la orilla luego de jugar un rato más y que JinYoung haya tenido que besar a JaeBum por perder una apuesta, la cual no le molestó en cumplir. Tomaron sus zapatos y regresaron a la colina, agradeciendo que había brisa para que su ropa se secara un poco. Al llegar comieron los emparedados que quedaban y se sentaron a observar juntos el atardecer. Mientras el sol se ocultaba, dejando el cielo con colores anaranjados y violetas, JinYoung repasó su día y sintió que valió totalmente la pena desde que aceptó salir con JaeBum. Sí, estaba admitiendo que disfrutó tener una cita con él.

Rayos, se estaba volviendo loco.

Rió por lo bajo y decidió desechar ese último pensamiento. Ya cuando las estrellas comenzaban a aparecer en el cielo decidieron que era hora de partir, por lo que se colocaron sus calcetines y zapatos para luego ordenar todo e ir al automóvil del castaño. Seguido de ello, pasaron todo el viaje de regreso cantando a todo pulmón las canciones que pasaban por la radio.

Tiembla BIG BANG, que han pillado una nueva competencia.

Ruta De Escape ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora