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Ni siquiera pudo acomodarse en el asiento cuando el descapotable rojo arrancó a toda velocidad, dejándolo estampado contra el asiento. Su corazón latía con suma rapidez por el repentino cambio de velocidad, ¿qué diablos le pasaba a ese tipo?

- No es necesario que vayas tan rápido. -dijo con la voz temblorosa, tratando de sostenerse donde podía.

- Esta belleza está acostumbrada a las grandes velocidades. -respondió el otro, con una gran sonrisa en la cara al ver las expresiones de espanto del menor. - Solo falta que la belleza que tengo aquí al lado también lo haga.

- Jaebum, ¿qué te he di-? ¡LA PUTA MADRE, LA CARRETERA! -JinYoung se sujetó de la parte baja del asiento, rezando mil aves marías mientras el descapotable se adentraba a la carretera. - ¡BAJA LA VELOCIDAD, ANIMAL! ¡SOY MUY JOVEN PARA MORIR, JODER!

El castaño se partió de la risa allí mismo, era la primera vez que tenía de pasajero a alguien que le aterrara las altas velocidades. Bajó la velocidad mientras trataba de calmarse, no era una buena idea estar con ataques epilépticos de la risa a menos que quisiera tener un accidente.

- Oh, Dios, eres una maravilla. -dijo el mayor entre risas, secándose las lágrimas que corrían por sus mejillas. Nunca se había reído tanto en su corta vida.

- Y tú un enfermo mental. -JinYoung estaba más tenso que una piedra, con el corazón a mil por segundo. Casi le daba un infarto allí mismo y el idiota de JaeBum solo se descojonó de la risa con su sufrimiento. Y así quería ganar su atención, tarado.

- Enfermo por pensar tanto en ti. -sonrió ampliamente y recibió un golpe en el brazo por parte del pelinegro. Mantuvo la sonrisa y decidió quedarse en silencio, era preferible no molestarlo más a menos que quisiera ganarse una gran paliza.

Pasado el puente a JinYoung le entró la curiosidad hacia donde iban. JaeBum le había dicho que irían a una fiesta, pero no tenía idea a qué lugar y cuanta sería la magnitud de personas, aunque tenía el presentimiento que habría mucha gente allí. Entre más personas en una fiesta mejor.

Pero se quedó callado, porque aún no superaba el hecho del que el castaño intentara matarlos y que le pareciera lo más divertido del mundo. Se notaba que entre ambos existía una gran brecha que los separaba y, por lo menos él, no haría nada para disminuir aquella lejanía.

El pelinegro bajó la ventana para observar el hermoso paisaje nocturno que se les presentaba, las calles de Seúl estaban impregnadas de distintas tonalidades provenientes de los grandes carteles de neón, los cuales eran de bares y clubes. Disfrutó de la brisa y se quedó pendiente de ello hasta que llegaron a su destino.

- Llegamos. -avisó JaeBum mientras estacionaba su auto. Esperó a que JinYoung subiera la ventana, pero no pensó que este también saldría de un brinco del descapotable. - ¿A dónde vas?

- A la fiesta, ¿a dónde más? -respondió con sarcasmo y se llevó las manos a los bolsillos, acercándose al club nocturno que estaba frente a ellos.

- ¡Hey, espera! -el castaño salió rápidamente y le colocó la alarma a su vehículo, guardando la llave en su bolsillo mientras corría al menor. - Recuerda que debemos estar juntos toda la noche. Ese fue el acuerdo.

- ¿Y qué me mates por andar de loco? No, gracias. -le respondió con sorna, demostrándole que aún estaba molesto por lo que había ocurrido en el descapotable. Hizo la fila, mirando la gran cantidad de personas que querían entrar como ellos.

- Vamos, cariño. Solo estaba jugando. -JaeBum tomó al menor del brazo y lo jaló hacia la entrada. Intercambió un par de palabras con uno de los guardias y este los dejó pasar. Ya dentro le rodeó la cintura. - No sería capaz de matarte.

- ¿Cómo sé qué no lo harías? -preguntó mirándole de reojo, apartándose de su tacto mientras lo seguía, porque en realidad no tenía ni la mínima idea donde ir.

- Eres muy lindo como para matarte. Además, si hubiese querido ya lo habría hecho. Odio el rechazo. -le dedicó una pequeña sonrisa y se llevó las manos a los bolsillos, mirando hacia los lados. Divisó la barra a lo lejos y sus ojos se volvieron al bello joven a su lado. - ¿Quieres un trago?

- Claro.

Ambos se dirigieron a la barra, JinYoung se aseguró de mantenerse cerca de JaeBum para no perderse, no sabría qué hacer entre aquel mar de gente que estaba dentro del local y, además, solo. Llegaron y el pelinegro se quedó atento a los diversos licores que allí habían, incluso se encontraba un pequeño menú con los tragos que habían y su precio. Miró con atención los tragos que pidieron un par de chicos, de color azul bastante brillante.

- ¿Cuál quieres, pequeño? -le preguntó mientras sacaba su billetera.

- Ese. -apuntó el trago que había visto, atraído principalmente por el color y la bella decoración que traía la pajilla.

- ¿Estás seguro? -sus miradas se encontraron, una era de confusión y la otra de inseguridad. - Ese trago tiene mucho alcohol, no quiero verte en el piso cuando apenas hemos llegado.

- ¡Hey! Tengo un buen aguante, ¿quién te crees? -refunfuñó el pelinegro, cruzándose de brazos.

- Un jabón desinfectante tiene más alcohol que los tragos que bebes en las fiestitas de los ricos. -le dijo mientras miraba las bebidas en el menú. Al final JinYoung dejó que el castaño eligiera, porque en el fondo este tenía razón. Aunque no quisiera admitirlo para no dañar su orgullo, era un cero a la izquierda cuando de alcohol se trataba.

Ya pagado y con sus tragos en mano se alejaron de allí. Comenzaron a caminar entre la gente, buscando algún lugar vacío o sin demasiadas personas juntas para poder estar algo tranquilos, porque que invadan tu espacio personal cada cinco segundos no era para nada agradable. Siguieron avanzando, buscando con la mirada aunque sea un pequeño rincón para quedarse allí, pero sus planes cambiaron por completo al pasar entre unos tipos, pasando a chocar a uno de ellos.

- Hey, ¿qué te pa-? Oh, JB. -el nombrado volteó, dándole una forzada sonrisa a uno de sus amigos, con el cual había chocado por error. Por suerte estaba junto a dos chicos que no conocía en lo absoluto

- Hola, BamBam.

- Mira a quien tenemos aquí. ¿Qué tal, Junior? -dijo el tailandés apenas notó la presencia del pelinegro, acercándosele. - ¿Vinieron juntos?

JaeBum y JinYoung intercambiaron miradas, comunicándose a través de ellas que no tenían forma de escapar.

Ruta De Escape ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora