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La cocina era un verdadero desastre apenas dieron un paso en ella. La enorme cantidad de bolsas estaban desparramadas por las encimeras e incluso la mesa —la mitad de ella contenían cervezas— mientras el grupo en general discutía que iban a cocinar. A JinYoung casi le dio migraña al ver como en menos de una hora esto estaba patas para arriba, era casi un fanático del orden y lo que veía era todo menos eso.

"Respira, JinYoung. Uno, dos, tres..." Pensó para sus adentros, dando un profundo respiro antes de entrar a la discusión.

— ¿Por qué tanto embrollo? —preguntó con calma al grupo, el cual lo miró enseguida.

— No sabemos que cocinar. —dijo Jackson, con una olla en la mano. Sujeta al revés, hay que agregar.

— Ni quien va a hacerlo. —agregó otro, un moreno bastante alto. — Porque algunos somos un desastre en la cocina.

— Tú eres un desastre en todo, NamJoon. —el moreno fulminó al bajito de piel pálida, YoonGi si no mal recordaba.

— Yo puedo cocinar. —dijo el pelinegro, mientras más pronto se resolviera el problema, mejor. Aunque presentía que muy pocos de los presentes sabían cocinar. — ¿Qué compraron?

Fue a revisar las bolsas que no contenían alcohol. Había fideos, verduras, arroz y entre otras cosas. Revisó el refrigerador bajo la mirada atenta de todos y al ver lo que había dentro asintió. Volteó, encontrando todos los ojos sobre él.

— ¿Ramen suena bien para ustedes? Es lo más sencillo. —propuso, agregando rápidamente lo último para que no se negaran a la idea. Al final, todos asintieron. Sólo necesitaban a alguien dispuesto a cocinar.

— Deja que te ayude. —BamBam ofreció y seguido de él Hyuk. A JinYoung no le molestó en absoluto pero a JaeBum sí, por lo que decidió ayudar aunque fuese nulo en la cocina. Los demás fueron a la sala, quedando los cuatro.

Colocaron manos a la obra y se dividieron. Para la sorpresa de JinYoung, pero sobretodo de JB, resultó que poseía más cosas en común con Hyuk de lo que llegó a pensar. Inclusive pasó los últimos cinco minutos riendo con él mientras que los dos restantes hacían su labor, uno en realidad porque el castaño prefería mirar desde lejos la extraña situación que estaba pasando.

— No tienes de qué preocuparte, no le hará nada. —el tailandés llamó su atención, cortando las verduras. — A todos les quedó claro que él es tuyo.

— Aun así...

— ¿Celoso? —una sonrisa socarrona se formó en los labios de BamBam, mientras que en el rostro de JaeBum se presenciaba la incredulidad. — Lo sabía.

— No es cierto. —dijo antes de volver a lo suyo pero cinco segundos más tarde los miraba de nuevo. Por más obvio que fuese lo negaría, no permitiría jamás que alguno de sus amigos lo viese débil por un chico.

Sí eso ocurría, era una muy mala señal.

Dejando aquel tema de lado, no demoraron mucho más en preparar el ramen. JinYoung se quedó al pendiente de la olla, con el estómago rugiendo de hambre cada un minuto. Eso le pasaba por no desayunar.

— ¿Todo en orden? —la presencia del castaño lo hizo sobresaltar. Asintió de inmediato, con una sonrisita. — No sabía que supieras cocinar.

— Ey, que viva rodeado de muchos lujos no me ha quitado la independencia.

— Eres esa clase de persona que está en un rango de uno en un millón. —dijo el castaño en un murmullo, recorriendo con sus ojos las perfectas facciones de JinYoung, memorizandolas en alguna parte de su mente. El joven era una obra de arte, la más bella que haya visto a su corta edad. — Eso me gusta...

Ruta De Escape ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora