Capítulo I: El comienzo

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Narra María:

Me encontraba sumida en mis dulces sueños románticos y tiernos cuando tristemente un musiquita me hace abrir los ojos con pesar y enojo. El celular de mi compañera de cuarto, Alma, me tuvo que despertar.

No es me moleste que suene, sino la melodía que tiene de despertador....música de regueton. Detesto ese género musical, así como el hardcore y dark metal. Prefiero la música instrumental y japonesa, sobretodo de mi videojuego favorito desde la niñez: Zelda.

Con pereza y un fuerte dolor de cabeza me levanté para apagar tan infernal alarma y regresar a mi cama a seguir soñando con el hombre de mis sueños o mejor dicho, el héroe de mis sueños; pero mi dicha dura poco porque escuché cómo se abría con fuerza la puerta.

—¡Vamos, Maria, levántate! ¡Ya amaneció!

Era Alma, mi compañera de cuarto. Ella era alegre y siempre llena de energía, Ademas de muy animada y muy social con todos.

Yo, en cambio, era solitaria y algo sería pero suelo estar alegre y tranquila. Bueno, como dicen: "los polos opuestos se atraen" porque al segundo de conocernos, nos hicimos mejores amigas.

Alma me quitó la sabanas de encima y saltó como niña pequeña sobre mi cama, mientras yo me frotaba los ojos del cansancio.

—¡Vamos, María! ¡Ya deja de soñar con tu amor platónico y levántate! Recuerda que hoy es nuestro primer día en la universidad. No podemos llegar tarde. !Te espero fuera, amiga!

Dicho eso, bajó de mi cama y corrió a la cocina.

Ella, a parte de mi familia, sabian de mi amor por Link desde que tenía 8 años. A diferencia de mis hermanos, quienes decían que necesitaba un psicólogo por mi gusto a un ser virtual, a Alma le parecía muy tierno y romántico.

De hecho, fue por él que logré obtener una beca en música en una universidad de los Estados Unidos.

Provengo de Latinoamérica y desde que escuché las canciones de Zelda tocadas por Link en los juegos, la música me fascinó tanto al punto de cantarlas.

Mi madre se sorprendió de mi voz la cual, según ella, era como el de una diva, y un día ella me inscribió en un concurso de música para futuros bachilleres.

Participé en el concurso cantando y tocando con mi violín la nana de Zelda, mi canción preferida, y con ella gané el concurso y la beca.

Me dolió dejar mi tierra, pero a la vez estaba feliz porque mi amor por la música y por Link me abrió una gran puerta a cumplir mi sueño.

Después de volver a levantarme, me duché rápido para vestirme con una blusa sin mangas azul, un short jean de largo hasta la mitad de mis pantorrillas, unas botas negras y una chaqueta corta negra hasta la mitad del pecho.

Terminé de arreglarme haciéndome una cola de caballo y mis complementos finales: un broche que hice con el símbolo de la trifuerza pegado en él puesto en mi largo cabello castaño con algunos cabello rojo, negro y dorado; y un collar en forma de una gota de agua de color verde aqua y azul en el centro de ella.

Una vez lista, tomé mi mochila, mi celular, mi dinero y bajé a la cocina.

Al llegar, mire una deliciosa pila de pancakes y una nota que decía: "Aquí está tu rico desayuno. Ojalá te guste mucho. Alma".

Me reí al leer la nota.

A veces sentía que Alma era mi segunda mamá. Siempre tan dulce y amorosa.

Desayuné con mucho gusto y terminado de lavar los platos camine directo al campus de la universidad de Juliart.

En el camino iba escuchando melodías de Zelda e iba pensando en mi amado héroe.

Desde que lo conocí, no podía ver a otro chico que no sea él. Mis hermanos maternos me regañaban por solo pensar en él y trataban de que lo viera como un ser irreal, un ser imaginario; pero jamás lo lograron. Tuve que callar, pero Link seguía en mi corazón y nadie me hizo dejar de amarlo.

Después de una hora de caminar, llegue al fin a la universidad. Me detuve frente a la puerta de mi salón de clases, según la hoja de inscripción decía:

Estudiante: María Rivas

Carrera: Teatro y música

Aula: 1023

Respiré hondo y entré decidida a mi "nueva aventura" porque consideraba cada nueva experiencia una aventura para ver mi valor, sabiduría y poder.

Al estar dentro, miré varios alumnos. Todos me quedaron viendo con rareza, como si yo viviera de otro planeta.

Eso hizo que me sintiera demasiado incomoda.

Busqué un lugar donde sentarme y encontré una silla en medió desocupada, y digo medio por la basura en ella.

Luego de limpiarla, me senté y me relajé aún escuchando las melodías de la ocarina de Link y sus aullidos como lobo. Oírlo me hacía amarlo más y deseaba un día entonar una melodía con él.

Tan hundida estaba en mis pensamientos que no me fijé que unas chicas se acercaban a mí, y por alguna razón sentía que no venia con buenas intenciones. La chica más pintada parecía la líder del grupo y fue la primera en hablar.

—Vaya, niña. ¿Estás perdida? ¿Te buscamos a tu mami?

Se empezaron a reír por mi físico de niña. No era mi culpa. En mi familia, las mujeres envejecíamos despacio y somos algo bajitas, pero me habia acostumbrado a eso.

—Bueno, prefiero verme como una niña linda así como soy, a que ser como una mujersuela fea como tú.

La chica se enojó y justo iba a darme una bofetada cuando lo esquivé, la sujeté del brazo y la estrellé al suelo con poca fuerza para no dejarle marca.

—¡Pero!... Como tú...

—Mis hermanos paternos me enseñaron Tai Kwan Do y kickboxing. ¡Así que ten cuidado conmigo!

Después de darle mi advertencia, la solté y la deje irse con sus amigas. Muchos chicos se sorprendieron por lo que hice y otros me temían.

La verdad no me importó, sólo me hice respetar como debia ser y evitar ser blanco de bulliying como en la secundaria.

Despues de un largo día, las clases habían terminado y me regresé a casa.

Cuando llegué a mi suave cama, Alma aún no regresaba. Así que llamé a mi madre y le conté todo mi primer día.

Ella me felicitó y me dijo que me cuidara mucho para luego darme las buenas noches y terminar la llamada.

No tenía nada que hacer por el resto de la noche porque no tenia taras, y entonces vi mi GameCube y mi juego de Twilight Princess al lado. Al verlo me nacieron unos enormes deseos de jugarlo, y eso hice.

Encendí la consola y puse el juego, al ver las partidas me fijé en las fechas del día que lo termine en último.

—Wow.... No lo he jugado desde hace 3 años... —miré con pesar mi cuenta —Oh, Link, lo siento. Te he descuidado.

Borré la partida más vieja y ahí inicie una nueva.

El juego comenzó normal con Rusl y Link en la fuente del bosque de Farore, y justo cuando Link aceptó ir en vez de Rusl a entregar el obsequio a la familia real, ahí empezó todo....

De la nada, un extraño portal apareció frente a mí, pero no era cualquier portar.

Era un portal del crepúsculo.

Me asusté mucho creyendo que saldría un monstruo del crepúsculo a matarme; pero no fue así.

Más bien sentí un golpe en la cabeza y luego todo se volvió negro.

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Actualizado: 15/03/2023

El héroe elegido y la princesa de las hadasTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang