El héroe elegido y la princesa de las hadas

Cap 7: Conociendo a la princesa y un nuevo sueño

* esperen el momento para poner la melodía*

Narra Link:

Vaya aventura la que tuvimos. Primero conocí a una niña llamada Midna quien dice que me iba ayudar a salir de aquí. A veces lo hizo y otras veces no. Segundo, María se convirtió en un hada. Me sorprendí al verla así, pero....se veía muy bonita así. Parecía una pequeña muñeca de porcelana brillante por las alas y el aura que la rodeaba. Y tercero, resulta que mi amiga hada sabía el nombre de Midna y sabía dónde estábamos. Me pregunto cómo sabía todo eso. Bueno, se que un día me lo dirá todo, después de todo me lo prometió y siento en el fondo de mi corazón que me lo dirá porque....la quiero. Quiero mucho a mi María. Que?....que dije? Mi María?....sentí un inmenso calor al repasar esas palabras en mi mente...mi María. Si. Es mi María. Mi amada hada.

Con la dulce ayuda de María, logre salir de los calabozos y llegar donde había unas escaleras en forma de espiral, pero no se veían bien. Estaban algo destruidas. Que habrá pasado realmente aquí?

- Link, espera - me dijo mi luz brillante en la cabeza - te va costar subir por el mal estado de los escalones. Si avanzas te caerás y de seguro Midna te regañará cuando perfectamente ella te puede ayudar - dijo María mirando con algo de enojo a Midna - más te vale que lo ayudes está vez, sino te cortarte ese cabello de raíz! - dijo en tono algo furioso mientras su aura cambiaba de azul a un rojo ardiente. Fue la primera vez que la vi con furia y me dio escalofríos. Diosas, creo que es peor que Ilia.

- Bien, ok. Ayudaré a tu amigo. - dijo Midna algo refunfuñante y María poco a poco recupera el color de su aura. Avance por los escalones hasta llegar donde se veía que una parte de ellas estaba por caer - muy bien. Yo te enseño dónde pisar y luego saltas, ok? - dicho eso, se fue al otro extremo de los escalones.

- Muy bien. Sujétate fuerte María - le dije a María y luego sentí como se aferraba con fuerza a mi cabeza. Salte y vi cómo parte de los escalones detrás de mi cayeron sobre algunos monstruos debajo de nosotros - wow....tenías razón María. Muchas gracias. - le dije agradecido y la escuche reírse con dulzura. Después escuche que Midna se limpiaba la garganta - oh, y a ti también gracias Midna - le dije del mismo modo y ella solo me respondió con una mirada de indiferencia para luego regresar a mi lomo.

Seguimos adelante y repetíamos la misma secuencia por el resto de los caminos incompletos. También pasamos por cuerdas que conectaban con otras partes de las escaleras hasta llegar a la cima donde había una puerta cerrada. Escuche unos chillidos y vi unas especies de murciélagos negros volando hacia nosotros. Me alejé de ahí rápidamente y me acerqué a una pila de escombros. Baje la cabeza - bájate y ocultaré María - me miro con duda y preocupación y estaba ella apuntó de hablar, pero la interrumpí - María, te dije bien claro que no quiero que te hagan daño. Por eso quiero que te ocultes aquí hasta que acabe con esas cosas. Luego regreso por ti. - con algo de tristeza asentó. Se bajo de mi cabeza y se ocultó entre los escombros. Fui corriendo donde los murciélagos y los ataque uno a uno. Creí haberlos matado a todos cuando escuche un grito detrás de mí. Uno de esos murciélagos tenía atrapada a María en donde la deje. Con rapidez fui por ella y entonces una fuente de luz emanó de donde ella estaba haciendo que el murciélago ardiera en las mismas llamas doradas que quemaron a ese monstruo que la tenía del cuello cuando éramos humanos.

- María, estás bien? Como hiciste eso? - le pregunté angustiado y a la vez aliviado al verla en buen estado

- No...no lo sé. Sólo pensé en que se fuera esa cosa y....de repente...una luz me rodeó - me dijo mirando sus manos con algo de miedo.

- Vaya niña. Estas llenas de sorpresas. Cada vez revelas que eres una rareza ji,ji,ji - dijo Midna burlándose de María. La mire triste de nuevo. Me dolía verla así. Entonces me acerqué a ella le di una pequeña empujada con mi hocico. Ella levanto la mirada sonriendo y me abrazo el hocico. Se veía tan tierna y adoro que lo sea.