Cap 36.

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Damian, no. Lo detuve y el solo me miro serio y con algo de ira en su mirada.

No que?.

No quiero, no siento que sea el momento.

Se puso de pie. Demonios Laureen, cuando sera tiempo?, somos esposos, cuanto mas tengo que esperar, te desceo como nada en este miserable planeta, y hasta mas que nada en el infierno, que quieres que muera de desesperación?.

Nos miramos un instante.

Infierno?.

Que quería decir con infierno?, porque no mas que nada en el cielo?, que significaban sus palabras, porque mensiono el infierno?, su rostro se tenso cuando le formule la pregunta, y bajo la mirada y se dispuso a salir de la habitación.

Espera!!, porque mencionas el infierno? Que tiene que ver?. Me levante y me acerque a él, quien todavía me daba la espalda.

Nada olvidalo, es que mis deceos por ti me hacen hablar tonterías. Camino a la puerta y tomo la manilla.

Tu me haces perder el control, eres mi perdición, no se hasta cuando aguante tus caprichos.

Abrió y salio cerrando la puerta en mis narices.

Que me ocultaba, y porque se refería a mi como su perdición, y porque rayos dice que son CAPRICHOS!!!, maldita sea, si había empezado a confiar lo arruinó todo.

Me cambie la ropa y me acosté a para tratar de consiliar el sueño.......

Había llegado el día, desperte como siempre por el reflejo del sol mañanero que entra por la ventana, me removí entre mis sabanas y me volví a tapar con  ellas para evitar que el sol me diera, para que despertar tan temprano, si mis días eran siempre iguales, encerrada en esta jaula de oro, dormir mas me haría evitar todo este terrible aburrimiento diario, la alarma comenzó  a sonar,que rayos pasaba el universo estaba en mi contra.

Había llegado el día de la tan esperada fiesta, estaba tan feliz, estaba deseosa de saber como era el exterios mas allá de los ventanales del edificio donde vivíamos, estos días atrás habían sido muy extraños, Damian me había llenado de regalos, y sentía que no era normal algo quería enmendar, me levante de la cama con toda la actitud, si como no, en realidad no podia tener mas pereza, mire un punto fijo mientras estaba sentada en el inodoro, pensando en algo, en que? No lo se, mi mente estaba completamente en blanco, cuando comenze a sentir mis nalgas entumesidas por tenerlo guindando tanto rato dentro del aro, me removí en el asiento y decidí que era hora de ducharme, así que me levante de él y me metí a la ducha, el agua era tibia y corría por mi cuerpo suave y cálida, cerre mis ojos un largo momento, con mis rostro bajo, lo único fuera del agua era mi naris para poder respirar, tampoco soy un pez, estaba confundida con esta vida que llevaba, me sentía mal con migo misma, por no enfrentarme a Damian y decirle lo que queria, esto era una cárcel y estaba acabando con migo misma el miedo me reprimía el corazón y los pensamientos negativos me destruían, cerré la llave y apoye mis manos a la pared del baño y solté un suspiro, esto me estaba ahogando, salí de la ducha y comencé  a secar mi cabello con la toalla, y luego mi cuerpo, me coloque la bata de baño y salí del cuarto de baño, me senté frente al espejo y me peine mi cabello sacando los nudos en el, puse crema en mi cabello y busque en el cajón ropa interior, la que Damian me había dado para la ocasión, cuando estuve lista salí de la habitación en busca de algo para desayunar, baje los escalones dando saltitos y antes de llegar al último tropecé  con la alfombra y cerré mis ojos esperando lo peor, soltando un gritillo, cuando creí que perdería mis dientes con el piso choque con un cuerpo que me detuvo en el aire.

Linda te cuidado. Unos brazos fuertes me habían detenido del fuerte impacto y un beso apasionado con el suelo.

Lo siento, soy muy torpe. Mientras mis pies flotaban en el aire y el me sostenía de la cintura pegada a su cuerpo, me miraba con intensidad a los ojos y su rostro estaba a escasos centímetros  del mio, el aroma de su perfume era demoníaca mente dulce, y mi corazón latía agitado, lamió su labio cambiando su mirada a mis labios, escuchamos como alguien aclaraba su garganta y la conexión se perdió, mire en dirección de aquel ruido y era Clara, mientras Damian no quitaba su mirada de mi.

Que quieres?. Lo mire nueva mente y todavía estaba mirándome.

Señor lo siento, escuche un ruido, yo, yo pensé que algo malo había ocurrido.

Con una voz temblorosa por la impertinencia que había cometido, algunas veces Clara me sorprendía con sus extrañas maneras de actuar, no se si lo hacia al propósito o solo era así natural.

No paso nada, te puedes retirar. Con voz ronca y algo molesto.

Como ordene señor. Se retiró al instante.

Ahora, en que estábamos?. Profundizando mis ojos con los suyos.

Yo, yo iba a desayunar. Tratando de parecer segura de mi misma.

Me miro serio, y gruño con algo de enojo. Esta bien, pero antes. Pauso sus palabras.

Antes?.

Me beso con intensidad, y con mucha rudeza, mordiendo mis labios sin piedad alguna, apretandome fuerte a él, causando dolor en el cuerpo, y sus besos  comenzaban a tener un sabor a hierro, mis labios ardían, y dolían, y yo, yo comenzaba a sentir que el aire me faltaba, a como pude me solté de su agarre un poco lo suficiente como para darle un golpe, tal vez no le haría daño pero si lograría que despertara y dejara de hacerme daño.

Damian, me lastimas, me duele. Mire su rostro y lamió de sus labios un poco de mi sangre, maldito me había roto los labios.

Dejame, quiero que me sueltes ya, deja me.

Gritaba y golpeaba su pecho con mucha furia.

Crees que me harás algo con eso pequeña.

Me miro con una sonrisa retorcida de ironía y burla, ladeando la cabeza queriendo parecer divertido.

Ya a pasado mucho tiempo, quiero mi mujer ya mismo.

Mire sus ojos y se volvían de un color rojo fuego, y comenzaba a subir las gradas a paso firme, comencé a temblar y mi respiración era agitada, esto no podía estar pasando.

Tu, tu dijiste que ibas a esperar, dijiste que me darías tiempo para que recuperara mi memoria. Suplique.

No hay nada que deba esperar, ni debas recordar.

A que te refieres?. Lo mire con ojos como platos.

A esto.

Toco mi frente y de pronto los recuerdos comenzaron a aparecer de nuevo, como una película, desde el momento en que me había secuestrado del infierno, sentí un dolor en el pecho y lo mire casi sin aire.

Ahora comprendes?. Entramos a su habitación. Y me puso en el piso y de inmediato cerro con llave la puerta en sus espaldas.

Tu, tu.

Si yo. Soltando una carcajada de ironía.

Pero porque me haces esto? Tu no me amas.

No, no te amo, pero odio al estupidito de tu noviesito. Camino hacia mi.

Ese es tu medio hermano.

Y crees que eso signifique algo para un demonio?, no nena lo siento.

Mire alrededor y no tenia salida hacia ningún lado, y el se seguía acercando a mi.

-No me hagas daño.

-No si solo te daré placer pequeña.

-No, no pero que ganas con esto?

-Satisfacción.

Mientras yo seguía buscando por donde salir.

-Deja de correr no hay salida. 

Destinada  +18(TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora