Cap 39

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Fue muy duró aceptar la muerte de mi hermano, no era algo que hubiese imaginado nunca en mi vida, el siempre fue para mi la mayor protección, compañía y desespero que tenia en mi vida, en estos días habían venido muchas personas a visitarme al hoapital, incluso personas que no quería ver, Daniel fue el mas difícil de ver después de saber que una parte de esto que paso es su culpa, si tan sólo no lo hubiese encontrado con ese par de zorras en la cama, quizás no hubiese salido tan deprisa, quizás no hubiera sacado a mi hermano de ahí, quizás, tantos quizás y posibles cosas que pudiera haber evitado, no hubiéramos coincidido con ese maldito borracho, solté un suspiro y mire mi collar el que mi hermano me había regalado a mis  quince años, me levante de la silla frente a la ventana, y camine con la andadera hasta mi cama de hospital, me pondría un poco de maquillaje, ya que hoy saldría de aquí, después de despertar, me habían dejado al menos unas tres semanas mas para hacer exámenes y ver mi recuperación física, ya podía caminar sola, de a poco comence a comer, caldos y gelatinas, purés, no podía vivir solo de lo que me pasaban por la vía, me sentía mas fuerte de a como me sentía el primer día que desperté, comencé a ponerme ritmel, y algo de rubor, pase un listip por mis labios, peine mi cabello, y acomode mi ropa, guarde todo, en ese instante apareció en rubio médico que por cierto se había hecho mi amigo, y su nombre era Samuel.

- Donde esta mi pasiente preferida? , Waaooo, a que se debe tanta belleza, mujer si solo sales del hospital y ya piensas salir a matar chicos con tanta belleza!!.

- No exageres, y deja de decir que soy tu preferida, los demás se recentiran. Reí.

- Nadie lo sabe, es un secreto entre nosotros, y no exagero estas muy radiante. Sonriendo y apuntando algo en un papel.

- Aquí esta tu salida, toma, apenas vengan por ti te puedes ir, te voy a extrañar mucho.
Sonriente me dio el documento, y se acerco a darme un abrazo, que recibí muy feliz, era un chico muy especial, y a lo que me di cuenta le gustaba Samantha, ya le había dado su numero, y al parecer tenían una linda amistad, con un futuro de amor, me soltó del abrazo y beso mi frente.
- Cuidate mi cotorrita, te quiero. Y Salio de la habitación, al instante entraron mis padres, y saludandome con besos abrazos, mi padre tomo las cosas que tenia listas y salimos, pronto entregue el documento de salida, que sellaron y salimos de la clínica, sentí un vacio, ese lugar y sus personas se habían vuelto especiales para mi, a fin que ahí había pasado mi año y medio, y aunque fuese un sueño, solo un sueño, conocí a lo mas sercado de lo que para mi era amor real, todavía viaja en mi mente, Y será, que si existes? , solté un suspiro y entre en el auto en el asiento de atrás poniendo mi cinturón, mis padres entraron en los campos delanteros del auto y se miraron muy sonrientes, yo desde lo que había ocurrido no hablaba mucho mas que lo indispensable, y necesario, mi padre ensendio el auto y condujo hasta nuestra casa, la mansión Anderson, donde me esperaban mi amiga y el personal, subí a la habitación con mi amiga, y estaba llena de flores, peluches, y dulces.

- Creó que quieren que muera de azúcar en la sangre, o alguna alergia extraña.

- Amiga no seas  grosera están felices por tu regreso.

- Si me imaginó cuanto les durara antes que empiecen con viajes y cosas así. Bufé.

- Ya no te estreses te hace daño.

Desperté por la mañana, y me estire en la cama como si mi cresimiento dependiera de esto, habían pasado ya seis meses desde que salí del hospital, y había tenido una excelente recuperación, mis padres habían conseguido que me ayudaran a sacar mi ultimo año en tiempo record, así que pagaron profesores que me ayudaran, y Samantha me ayudo con materias y a ponerme al día con todo, había logrado graduarme con mis compañeros de grupo, no con notas excelentes, pero al menos si para terminar mi curso , y todo parecía comenzar a tomar rumbo, desde entonces sacaba al menos un día a la semana para llevar flores a mi hermano y conversar con él, hoy comenzaría mi Universidad, así que me levante muy entusiasmada y camine al cuarto de baño, tome una ducha extensa, para luego salir y secarme con una toalla, me coloque un jeans, tenis, y una básica negra nada formal, peine mi cabello, y tome mi  portafolio y un par de bolígrafos, hoy era el primer día así que no creería que escribieramos mucho, baje las gradas y tome una manzana debía correr si quería alcanzar a visitar a mi hermano, subí al auto y lo ensendi, conduje hasta una floristería mientras comía mi manzana, baje y compre unas rosas blancas y luego continúe mi camino hasta el cementerio, estacione mi auto donde siempre, salude al guarda y entre muy contenta.

- Hola, hermanito, se que soy fastidiosa y vengo talvez muy seguido a verte, pero te extraño tanto, quisiera que estuvieras aquí y me veas, hoy es mi primer día de universidad, y como sabes mamá y papá no estan, pero bueno, ya me acostumbre, quiero contarte que Samantha, esta muy contenta con mi amigo el Doc, hubiera podido ser tuya, pero siempre fuiste tan ciego. Reí. Daniel al fin lo pude perdonar, pero no porque quiera ser su novia, nuevamente no soy tan tonta, se estaba volviendo loco de culpa, y sentí lastima por él, salio de la ciudad y creo que estudia algo de mecánica, eso le apasionaba recuerdas, y bueno yo aquí voy por mi primer año de Uní, y la verdad que todo eso de estudiar la mente me gusta.

Mi celular comenzó a vibrar.

- Compermiso Jad es un número del extrangero debe ser mamá. 

Conteste la llamada.

- Hola, Laureen como estas?.

- Hola Matt. Di saltitos de emoción, y tape la bosina. -Jad es Matt. Susurre. - Estoy bien y tu?

- Muy bien linda, quería felicitarte por lo de la Universidad, recién me entere, de eso y lo de Jad, también siento mucho eso.

- Gracias, y no te preocupes el vive en mi corazón, y nunca morirá.

- Que bueno, me alegra ver que afrontaras todo así de bien.

- Sabes que soy muy fuerte.

- Si lo se, quería contarte que me iré a vivir a Canadá.

- Que lejos. Dije con tristeza.

- Si algo lejos, pero solo ahí podre terminar mi carrera.

- Ya veo, bueno que tengas buen viaje.

- Gracias Laureen, te quiero Adiós, y mucha suerte.

- También te quiero, y gracias, cuidate.

Corte la llamada, bueno, mi vida seria de soledad, o mal tercio al salir con mis únicos amigos, me acerque a la lápida de mi hermano y cambie las flores, me despedi de él, salí del cementerio, me despedí del guarda y subí al auto, y conduje hasta la Universidad , donde me estacione, cerré mi Jeep rojo, si me había comprado uno porque me recordaba a él, camine hasta mi salón y tome asiento en la primera fila, entraban mucho chicos y chicas, me señi en mi celular a jugar, me atacaban y debía defenderme, se hizo un silencio en el salón, imagine que el profesor  había entrado , así que disimule los mas que pude.

- Buenas tardes Jóvenes, adultos, mi nombre es Roberto Yilmaz  , pueden decirme profesor Yilmaz, si gustan si no no hay problema. Con una voz sexi, ronca y muy conocida.  

En ese instante despegue mi mirada del celular y lo mire a los ojos, esos ojos verdes, que se volvían de un rojo intenso, que me miraban con intensidad,  hicimos conexión inmediata, fue ahí donde deje de dudar, y me di cuenta que si existe, una parte de mi volvió a la vida  .

- Señorita Anderson es un gusto encontrarla de nuevo!!.


FIIIIIIIIIIIIIIIINNN......................

 

Destinada  +18(TERMINADA) Where stories live. Discover now