♢ Capítulo 4. Entrenamiento.

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- Deben prepararse tanto física como mentalmente. No sólo se enfrentarán a sus temores, también lo harán contra sus compañeros y dejénme decirles una cosa: las personas que son infectadas se vuelven muy violentas por un plazo un poco extendido.

- Creí que eran eliminados instántaneamente- dije.

- Y así era, pero no deben subestimarse, chicos, cada año ustedes son más fuertes y no se dan cuenta ello- Susan me dio una mirada de soslayo que logré captar- Los entrenamientos no serán fáciles y mucho menos leves. ¡Quiero que me den abdominales! ¡Al suelo!- gritó de repente.

Todos nos tiramos al suelo y comenzamos a hacer lo que nos pidió.

- Uno... uno... ¡UNO!- repetía- ¡No lo están haciendo bien!

Teníamos ya ocho minutos y él seguía contando el número uno.

"Resiste, Anna. Recién es el primer día" dije en mis pensamientos.

Green colocó sus dedos índice y pulgar en el puente de su nariz.

- Ya levántense- dijo, finalmente, depués de 30 minutos tirados en el suelo. Estabamos cansados, pero sabíamos que aún no terminabamos. Diariamente serían 5 horas de entrenamiento y no habíamos llegado ni a la primera hora.- ¿Cansados?- preguntó. La mayoría asintió, yo me limité a mirarlo fijamente- Mmm... ya veo- dijo ante la respuesta de los muchachos- ¡Estarán encerrados más de 5 días en un campo de batalla! Ustedes deberán sobrevivir sin ayuda alguna. No están cansados.- dijo.- Voy a dejar pasar su comportamiento por ser el primer día, pero si esto se llega a repetir nuevamente, no sólo sus cuerpos estarán casados, sus mentes también lo estarán. ¿Entendido?

- ¡Señor, sí, señor!- respondimos al unísono.

- ¡Perfecto! Ya que han calentado un poco, practiquemos movimientos básicos de lucha. Acérquense a los sacos de boxeo.- todos nos alineamos enfrente de un saco- El ejercicio será el siguiente: puño derecho, puño izquierdo y patada derecha. Uno, dos, tres y...- contó indicándonos que comenzaramos con el ejercicio- Más rápido- exigió- Más fuerte.

Y así fue el primer entrenamiento. Exhaustos nos dirigimos a nuestras habitaciones. Estaba totalmente cansada y mis piernas no podían sostener mi peso.

Llegué al ascensor y bajé cuando se detuvo en las duchas. Quité mi ropa y abrí el agua caliente. Sólo así podría "relajarme" o, por lo menos, distraerme de mis pensamientos.

Salí de la ducha y me metí en mi cama, ayer no había podido dormir, así que dejar de pensar y cerrar mis ojos no fue tarea difícil.

Soñé que estaba parada en un escalón. Debajo de mí se encontraba un bosque que ardía en llamas. Cuando bajé y toqué el suelo una sección del fuego del bosque se extinguió. Seguí caminando con el fin de apagar todo el fuego hasta que vi a mi hermano parado en el mismo escalón en el que yo estaba. Estaba lejos de mí.

- ¡Daniel!- grité y corrí para llegar a su lado pero mientras más me acercaba, más iban aumentando las llamas. No llegué a tiempo, las llamas ya nos habían separado.

- ¡Anna!- escuché que gritó.

Me desperté asustada. Coloqué mis rodillas en mi pecho y agarré mi cabeza con mis manos.

"No sientas miedo, no sientas miedo, no sientas miedo, Anna" repetía una y otra vez en mis pensamientos.

Observé el reloj de pared de mi habitación, 4:00 am. Susan seguía dormida pero yo no recuperaría el sueño. Decidí que sería mejor levantarme. Lavé mi cara y cepillé mis dientes, me vestí con mi uniforme y salí sin hacer mucho ruido.

Caminé por los pasillos, quizás algo se me ocurriría como había dicho Susan. Me detuve cuando escuche voces en una oficina. Había subido al último piso en donde se encontraba Baker. Me acerqué sigilosamente para poder escuchar qué decían.

- Ella está aquí.- dijo una voz que no reconocí.

- Lo sé, la vi el primer día.- dijo Baker.

- ¿Cómo crees que se desenvuelva en la batalla?

- No tengo idea, pero no dejaré que suceda lo mismo que sucedió cuando compitió su hermano.- respondió- Tendré muy bien vigilada a West.

La conversación me había sorprendido. De repente, una mano tapó mi boca y me arrastró hasta el otro pasillo. Pataleé y me retorcí con el fin de que me soltara hasta que mordí su mano. Escuché una queja.

- ¡Agh! ¿¡Oye, qué te pasa?!- me preguntó un chico alto y de cabello castaño claro. No pude diferenciar el color de sus ojos.

- ¿¡Que qué me pasa!?- pregunté enojada porque no me dejó terminar de escuchar- ¡Estaba escuchando algo importante!- le susurré/grité.

- ¿Algo importante? ¿Más importante que tu vida? ¿Acaso no sabes que este área está prohibida?

- ¿¡Entonces qué haces aquí!?

No respondió.

- Eso pensé- me di la vuelta para regresar a la oficina de Baker, cuando este chico me cargó de la cintura y me arrastró hasta el ascensor.

- ¿Qué haces?

- Cállate.- Justo cuando las puertas se cerraron, pude observar que Baker se acercaba, pero seguía sin distinguir a su acompañante.- De nada.- me dijo el chico unos segundos después.- Eres pesada, ¿sabes?- no le respondí- Vaya, parece que a alquien no le enseñaron modales.

- No pedí tu ayuda.

- Está bien, tienes razón. Igual me pagarás el favor.

- Si fue un favor, no requiere de paga- le dije.

- Entonces no lo consideres un favor- las puertas se abrieron y él salió del ascensor.

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Pasó la hora y, exactamente como ayer, empezamos el entrenamiento a las 5 de la mañana.

- Bien- dijo nuestro tutor de batalla- Hoy, en la tarde les dirán cuáles serán las fases de batalla. No tengo datos específicos pero sé que serán 4, estamos en la primera: entrenamiento.

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A veces se me olvida qué les voy a decir, esta es una de esas ocasiones.
Bueno, espero que les guste.
Actualizaré más tarde.
Voten y comenten.
Besos, bye.

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