♢ Capítulo 14. No estás sola.

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Me desperté y estaba en el suelo. Traté de levantarme pero, simplemente, no pude hacerlo. Mi mente estaba cansada y me costaba ordenar mis pensamientos.

¿Qué era lo que había pasado?

Esperé unos minutos, quizás si me quedaba un tiempo quieta podría volver a movilizarme.

¿Por qué mi cabeza dolía tanto?

Pasado un tiempo, me senté lentamente y abrí mis ojos. Estaba llena de tierra y ya no estaba... ya no estaba... ¿en dónde me encontraba antes?

¿A dónde había ido? ¿En dónde había estado?

"Fue tu culpa..." "Tú lo hiciste..."
"Eres una desgracia..."

Esas palabras se repetían con fuerza en mi cabeza.

- ¡Agh!- me quejé.

Sacudí mi cabeza, la golpeaba levemente y la presionaba con mis manos. No paraban.

- ¡YA!- grité- ¡BASTA, POR FAVOR!

- ¿Anna?- alguien llamó- ¿Anna, eres tú?

No respondí, sólo podía retorcerme en el suelo por el terrible dolor que me provocaba la migraña que tenía.

- ¡Anna! ¿qué haces aquí? Vamos...

Me levantaron del suelo. Pasaron unos minutos y me volvieron a dejar en el piso.

- ¿Qué te sucede? ¿Te sientes mal? Anoche colocaron nuevas trampas, yo no he visto nada pero hay que estar atentos.

¿Quién me hablaba?

- ¿Daniel?

- ¿Daniel? ¡No! Soy Matthew... Anna, ¿te sientes bien? ¿qué te sucede?

- ¿Matthew? ¡No, no! ¡Daniel! Tengo que hablar con él. Ten... te... tengo que explicarle.

- ¿De qué estás hablando?

Me paré lo más rápido que mi cuerpo me permitía. Trataba de correr pero por alguna razón mi tobillo dolía, lo que hacía que cojeara.

- ¡Anna! ¡Espera!

La persona que me hablaba me tomó del codo. Grité.

- ¡Ayuda! ¡Alguien que me ayude!

- Shhhh... ¿¡Qué te sucede!? ¡Nos encontrarán!

- ¡Daniel! ¡Daniel!

- ¡Anna! ¡Ya cállate!

Me volvió a cargar. Pataleaba y golpeaba a mi secuestrador pero no me soltaba.

- ¡Suéltame!- dije ya cansada.

- ¡Anna, por Dios! ¡Soy Matthew! ¡¿Quieres calmarte?!

- ¡Yo no conozco a ningún Matthew!

- ¿Qué?- me bajó- ¿Qué dijiste?- me limité a mirarlo- Anna, repítelo.- ordenó.

- Dije. Que. Yo. No. Conozco. A. Ningún. Matthew.- contesté enojada.

- ¿Cómo que no?

- Lo que escuchaste...

- ¡Qué te pasa!- exclamó asustandome.- ¿Qué hiciste anoche? ¡Desapareciste y ahora te encuentro en este estado de... de amnesia!

- Yo me largo...

- No, espera- me volvió a tomar del codo.- ¿Qué es esto?- tomo mi mano.

Tenía una enorme herida en mi mano derecha. ¿Cómo me la había hecho?

FearsWhere stories live. Discover now