CAPÍTULO 18

9.9K 580 88
                                    

Me dolia la espalda, ya llevaba más de diez horas conduciendo.

Me fijé por el retrovisor, y vi a Camila acostada sobre los asientos, estaba dormida.

-Nunca había visto a alguien llorar tanto como a Dinah- comentó mi madre. Sonreí negando, es que la despedida de Dinah, había sido muy... dramática. No dejaba de llorar, de retarme y amenazarme. Normani sólo nos deseo suerte, mientras consolaba a Dinah. Ambas acordaron visitarnos en vacaciones, lo cual me parecía fantástico.

- Es mi mejor amiga desde hace años, mamá. Creo que es normal- sonreí.

-puede que tengas razón. -contestó mientras estiraba sus brazos. -¿estás segura que no quieres que yo conduzca? -preguntó de nuevo.

-No, no. Yo lo hago... -sonreí.
Anoche estaba enojada con mi madre, pero entendí que no me correspondía hacerle preguntas y mucho menos juzgarla por algo que sólo era de ellos. -Además ya falta poco.

-Hija, déjame manejar. Estás cansada,y ya lo dijiste, falta poco. Además, yo sé bien el camino, tú ni siquiera conoces Lynnwood.

- Bueno, tú me vas diciendo.

-No, deten el auto. -ordenó.

- No,mamá.

-Lauren Michelle, la desobediencia es mala. -retó.

-Mamá... -rodé los ojos.

-Lauren, sólo espero que mi nieta no sea tan necia como tú. Porque ahí vas a sentir lo que yo, cuando me desobedeces.-negué. No quería que mi niña fuera como yo, así que detuve el auto.

Mi madre sólo soltó una risita bajando del auto. Seguido,me bajé rodando los ojos.

-Mi hija no será desobediente. -murmuré,antes de subir del lado del copiloto.

-No lo sabemos, Michelle. No lo sabemos- contestó mi madre antes de encender de nuevo el vehículo.

Yo ya no dije más, no quería seguir alegando. Así que sólo me acomodé un poco para cerrar mis ojos un momento. Cuando los volví abrir, ya habíamos llegado. Estaba tan cansada que sentí que sólo cerré los ojos un momento, pero no, dormí cerca de tres horas.

-¿Lauren...? -habló Camila detrás de mí asiento.

-si?

-Tu madre bajó a comprar comida. Ya llegamos a Lynnwood. -asentí limpiando mis ojos con el dorso de las manos.

-¿Te sientes bien? -pregunté antes de dar un bostezo.

-Si, me siento bien. -sonrió, acariciado su barriga.

-Eso me gusta-sonreí bajando del auto, para estirarme un poco. Al igual que mi bella castaña.

- Me gusta que no haga tanto frío como en Livingston-comentó.

-Bueno, esperemos invierno y a ver que sucede. - Me puse de cuclillas para dejar un besito en la barriga de mi chica. - Hola, Alice. - acaricié con delicadeza.-Adivina qué? Mami hoy se ve muy preciosa... -miré a Camila, quién seguía sonriendo. - Ya casi, llegamos a tu nueva casa, bebé. Todo irá bien- de pronto sentí a Alice moverse.

-Le gusta mucho escuchar tu voz- comentó mi dulce novia.

-No, se ha movido porque sabe que es cierto que su madre es preciosa. -sonreí poniéndome a la altura de mi castaña.

-Eres una persona muy Linda- puso sus manos sobre mis mejillas- Te quiero mucho, Lo. -sonreí antes de dejar un pequeño besos sobre sus labios.

-Yo te quiero mucho más. -quité una hebra de cabello que caía sobre su mejilla. Su hermosa sonrisa era lo que me daba vida.

AMARTE ASÍ; CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora