CAPÍTULO 36

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El tiempo pasa, las cosas cambian, y las personas también cambiamos mucho más de lo que algún día imaginamos.

Era una noche muy fria, hacia tanto frío, que temblaba en el oscuridad de mi recámara y con la soledad en mi cama. Me levanté de ella dando un suspiro y pasando las manos por mi rostro, que estaba un poco adolorido, por los golpes que unos hombres me habían dado por defender a Maia, y es que estaba siendo insultada por unos estúpidos mierda en el bar.

Entré al baño, con el agua helada lavé mis manos, y mi rostro adolorido. Sonreí al ver aquella cicatriz en mi ceja; Camila tenía razón sobre eso, no desapareció nunca. Suspiré sintiendo un nudo en la garganta,mis lágrimas comenzaron acumularse en mis ojos, y aquel dolor en el pecho que no me dejaba desde que mi Bella me había dejado, desde que me había pedido el divorcio.

No pude evitar estrellar un puñetazo contra la pared del baño. Me dolía tanto, me dolía su desprecio, su odio . Sobre todo, me dolía que no había podido ver a mi hija desde hace meses.

Al salir del baño, volví a coger otra botella de licor y un cigarrillo. Sólo esto me hacía olvidar un poco lo sola que estaba en el mundo, y lo imbécil que fuí cuando lo tenía todo.

-Pero nadie puede amar a una bestia como yo -repetí esas mismas palabras que Camila dijo cuando decidió irse de mi vida.

-FLASBACK-

Estaba sentada frente a una sala de juicios orales, con las esposas puestas, y un horrible traje naranja.

Miré al frente, Camila estaba completamente mal, lloraba mientras Sam la abrazaba; supongo que le daba consuelo. Yo me sentía mal por haberle fallado de la manera en la que lo hice.

Todos estaban en silencio, esperando el veredicto del juez. Sólo esperaba a que un milagro sucediera, pues todo me señalaba como la asesina de Alejandro Cabello.

-Se le declara culpable por la muerte del señor Alejandro Cabello- sentenció el Juez. Sólo bajé de nuevo la mirada negando, sintiendo todo mi cuerpo tensarse ante la decisión del hombre frente a mí.

-Yo no soy una asesina -murmuré mirando al juez.

-Se le dicta auto de formal prisión, todas las pruebas la señalan culpable. Y debido a su condición física, se le trasladará a la prisión masculina de Renton- añadió el hombre,quién me miraba de una manera severa.

-¡Yo no soy una puta asesina!-grité levantándome del lugar. Al Instante dos policías me sujetaron con fuerza.-¡Camila! ¡Yo no fui! ¡Yo no lo maté! ¡Tienes que creerme!-grité tratando de acercarme a ella.,pero Camila, sólo se abrazó a Sam;quien me miraba con tristeza.

-Tranquila, todo estará bien. Te sacaremos de ahí, hermanita-dijo Samantha, tratando de animarme.

-¡Camila! ¡Perdóname!¡Perdóname Bella! -Me miró, y yo no sabía como sentirme con esa mirada llena de tristeza.-¡Te lo juro que no fui! ¡yo no lo maté!

-Creo en ti, Lauren- murmuró llorando y a mí me rompió el alma.-Te amo.

Esa fue la última vez que escuché un 'te amo' de sus labios.
Me sentenciaron a dieciocho años de prisión por la violenta muerte de Alejandro Cabello.

Los primeros días en ese sitio, habían sido los peores. En ese lugar habían verdaderos asesinos, violadores, traficantes,etc. Todos buscaron problemas conmigo, y yo no hacia nada más que defenderme; pero eran tantos en mí contra que había días en los que ni siquiera me podía mover por todos los golpes que tenía. Una vez me golpearon hasta que me rompieron las costillas, me partieron la pierna y...bueno, me dejaron en coma por  un par de días. Supongo que Camila se cansó de eso, se cansó de tener a una mujer que se defendia a golpes. Se cansó de la bestia.

AMARTE ASÍ; CAMREN G!PWhere stories live. Discover now