Amor asesino: un secreto de muerte (Malec)

Encuentro arrogante.

¡¡Amo sus comentarios!! No mentía cuando decía que me gustaban, en serio hicieron mi noche con ellos. Quiero que sepan que quería publicar esto ayer, pero llegué tarde de cine y estaba en exceso cansada porque la noche anterior no dormí; pero bueno aquí tienen.

Gracias a Vivian Sanchez caí en cuenta que no había dicho en qué Magnus y Alec la autora se estaba basando, creo que en este punto es algo obvio, pero como siempre, es mejor aclarar. Son los de la serie, Matt y Harry, esto tendrá más relevancia en el cap "Lindas imperfecciones". 

Oh y alguien me preguntó que cuántos capítulos tendrá; serán los mismos 20 del fic original, son así de cortos como han ido leyendo, en total, en inglés son 32 mil palabras, yo lo leí como en unas 5 horas, no es grave. No siendo más disfruten.

**********************************

Magnus no podía ocultar su decepción cuando Alec no pasó por su pub de nuevo.

Él no era el tipo de hombre que caía a los pies de alguien solo porque fuera una persona atractiva, pero había algo sobre lo calmado que estuvo Alec cuando se sentó, la elegancia de su caminar, cómo había colgado su abrigo pulcramente, que interesó a Magnus, lo hizo sentirse ligeramente atraído por el alto hombre.

La forma en que Alec se había presentado hizo a Magnus sentir como en una película de jugadores de secundaria.

Se rió para sí mismo con ese pensamiento y Eren le lanzó una sonrisa burlona.

–Entonces Magnus –comenzó–. ¿Alguna chica especial?–. Meneó sus cejas hacia él.

Magnus rodó sus ojos.

–¿Chico? –Le dio vueltas al borde de su vaso con su dedo índice y Magnus repitió su acción previa con más exageración–. ¡Oh, cuéntame todo sobre él! –Exclamó.

–No es nada especial.

–¿Nada especial? Cualquiera que logre atrapar tu atención es especial –le sonrió con afecto, haciendo que Magnus le sonriera al vaso que había estado secando por los últimos 10 minutos.

–Pasó por aquí la semana pasada –le dijo–. La primera y última vez que lo vi, alto, musculoso, ojos miel, verdes bajo la luz...

–¿Ardiente o guapo? ¿Del tipo duro contra la pared, o del tipo dulce amor bajo las sábanas? –Preguntó Eren.

–Joder, es ambos –Magnus dejó el vaso, suspirando soñadoramente–. Fue tan callado.

–Ya sabes lo que dicen –comenzó Eren–. Los callados son los más pervertidos.

Magnus dejó salir un ligero bufido.

–Eres asquerosa.

–¡Oh, vamos! ¡Dime que no pensaste en esos músculos al menos 20 veces en la semana! –Eren rió, y Magnus emitió un sonido de aprobación para sí, luego se encogió de hombros.

–No te mentiré y te diré que no lo hago todavía –se comenzó a reír.

Pero justo cuando la puerta se abrió, su risa murió en sus labios.

–Hablando del diablo –murmuró–. Acaba de entrar –se mordió el labio y se obligó a apartar la mirada–. ¡Actúa natural! –Se dijo por lo bajo.

Eren dejó de mirar fijamente al hombre y volvió a mirar a Magnus.

–¡Dios! –exclamó–. ¡Tu gusto en los hombres es mejor que el mío!

Magnus le sonrió y ella abrió más los ojos y movió su cabeza hacia el lado.

–¡Pues ve! –le dijo en un grito silencioso.