Mataría por ti... Y dejaría de matar por ti.

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Yo creo que Eren hacía lo que hacía porque de verdad se preocupa por Magnus; en fin, vamos a ver si Alec la deja viva. Gracias por comentar, es genial. Bienvenidas las nuevas lectoras, espero les esté gustando.

Para todas, no se hagan spoiler! XD. Les diré algo que las deje tranquilas, hay un capítulo en específico donde Alec toma la decisión final sobre lo que hará con Mags; y que si lloran al final no será por como termine. Disfruten.

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Alec se aseguró de que Eren supiera exactamente el impacto que tenía en sus hijos.

Ambos chicos lo amaron, y le contaron a Eren de cómo los llevó al parque y los había columpiado y había ido con ellos al balancín, cómo les compró todos los juguetes que quisieron, cómo les compró pizza y patatas fritas y los rellenó con chocolate y todo tipo de caramelos que ellos pidieron.

Eren sabía que había hecho todo eso solo para acercarse a ellos y usarlos en su contra.

Pero Alec dudaba que esa fuera la razón. Eventualmente se admitió a sí mismo que la razón por la que llevó a los chicos era porque le recordaban a sus hermanos. Pero se prohibió a sí mismo decirle a nadie.

Todo el tiempo en la casa de Eren, ella intentaba apartar a Talian de Alec, solo para que este abrazara más a él y enterrara su cara en su pecho, murmurando quejas.

–Eren, querida –dijo Alec finalmente–. ¿Por qué no dejas de intentar regañarlos para hacer cosas que no quieren hacer?

Leo sonrió y se sentó en regazo de Alec, donde asintió.

–Alec nos entiende, mamá –dijo el chico de 6 años–. Quisiera que tú también lo hicieras.

Eren miró mal a Alec y Alec sonrió.

–Bueno, bueno... –Murmuró–. Se buena, cariño, no dejes que el monstruo de ojos verdes te enerve –su tono bromista solo la hacia querer gritar.

–Es tarde, Alec –susurró ella, tragando con fuerza–. Deberías irte.

Alec hizo un murmullo y miró su reloj.

–Sí, debería –dijo–. Lástima. Me estaba divirtiendo –sonrío mientras les alborotaba el cabello a los chicos–. Ustedes vallan a la cama, muchachos, y yo hablaré con su madre, ¿está bien?

–Bueno, tío Alec –Talian dejó de jugar con el pelo de Alec y se levantó.

–Vienes luego, ¿sí? –sonrió Leo.

Alec dio un sincero asentimiento y ambos corrieron arriba a sus habitaciones,

Con cada paso que hacía subiendo las escaleras, la sonrisa de Alec gradualmente se desvanecía, hasta que volteó su mirada hacia Eren.

–Creo que demostré lo fácil que sería –comentó.

Ella dio un pequeño asentimiento.

–Escucha Eren –se sentó derecho y se inclinó hacia adelante, los antebrazos sobre sus rodillas–. No eres tan tonta como te ves, y no quiero  tener que matarte o tocarle un pelo a ninguno de tus hijos, y no creo que... –le quitó el teléfono celular de la mano de ella y lo desbloqueó–. que grabar mi voz –hizo énfasis en la oración borrando la grabación,

Ella hizo una mueca de dolor.

Él le sonrió. –Te lleve a ningún lado, una llamada mía, incluso si estoy en prisión, puede hacer que tus hijos mueran, ¿me sigues o debo repetir mi amenaza?

Amor asesino: un secreto de muerte (Malec)Where stories live. Discover now