Amor asesino: un secreto de muerte (Malec)

Intercambiando información.

Tenía toda la intención de subir esto antes, pero me distraje viendo películas y luego sufriendo con el nuevo episodio. No lo he visto, lo veré en Netflix mañana (Colombia: hoy en lunes 2:30 a.m., o sea, ya es martes -.-); pero vi los spoilers y voy a llorar! Voy a sufrir con Malec, y con los parabatai, y con Alec citando el juramento y llorando, y con la ceremonia de los dos! Va a ser demasiado! Bueno, disfruten que esto se pone bueno.

Nota: Recuerden que la palabra "ano" en inglés no existe de la forma en español, entonces no se rían más de lo debido con la escena del Italiano XD

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–¡Está bien chicos! ¡Ya vamos a cerrar! –Gritó Magnus–. Vuelvan mañana.

Alec tenía su oreja pegada contra la madera de la barra, sus ojos cerrados,

Magnus lo encontraba terriblemente adorable,

Pero Alec en realidad estaba intensificando su sentido del oído,

Podía escuchar como Magnus se reía mientras alguien le preguntaba porqué Alec podía quedarse y él no,

Podía escuchar como Magnus tamborileaba sus dedos contra la madera, contestando que no era de su incumbencia.

5 minutos más tarde, todo el mundo se había ido del bar y Magnus observaba a Alec, quien aún tenía los ojos cerrados y su oreja contra la barra.

–Despierta, despierta, dormilón –murmuró y Alec hizo un ruidito antes de girar la cabeza y poner su quijada sobre su mano.

Miró a Magnus con los ojos perezosos.

–¿De dónde sacaste tus ojos? –Preguntó en un susurro.

–Oh, pensé que nunca lo preguntarías, los obtuve allí a la vuelta de la esquina –lo molestó Magnus–. Era una oferta de compra uno lleva dos, no me pude resistir.

Alec rodó sus ojos exageradamente.

–Los saqué de mi padre –Magnus se sentó en el alto banco detrás de la barra mientras miraba a Alec con atención.

–¿Por qué? –Preguntó batiendo sus pestañas–. ¿Están cautivando tu corazón?

Mejor cautivando mi maliciosa sed de matarte ya mismo.

–Tal vez –contestó con una mirada maliciosa–. ¿Dónde está tu padre ahora?

Magnus se aclaró la garganta y se sentó derecho.

–Mi padre murió hace muchos años, por eso heredé este bar –miró alrededor hacia las paredes–. ¿Vas a poner eso en tu artículo? –Sus ojos estaban puestos de nuevo en Alec, quien ladeó la cabeza hacia un lado.

–No, eso es un asunto personal –dijo–. ¿Cómo murió?

–Cáncer –Magnus suspiró–. No quiero hablar de eso.

–¿Por qué? –Alec frunció el ceño.

–Simplemente es un tema sensible –murmuró Magnus.

Alec no entendía a qué se refería Magnus pero asumió que la muerte de su padre despertaba algunas... Emociones indeseadas dentro de él.

–Está bien –contestó Alec–. ¿Qué tal acerca de tu madre?

–¡Está en Italia! –Magnus sonrió–. Con su nuevo novio Pedro, tuve que aprender italiano para poder hablar con él.

Alec trató de mostrase impresionado.