Amor asesino: un secreto de muerte (Malec)

Mátame o ámame.

Holiii, lo prometido es deuda, y como tengo un hueco entre clases más grande que un cráter lunar (5 horas y media); pues decidí hacer uso de él. Aún no veo el episodio pero ya me hice un par de spoilers y amo a Magnus. 

Mis queridas lectoras, si lloraron el pasado este van a llorar más; bueno a mi parecer porque es mucho más emotivo. Disfrútenlo.

Banda sonora de este capítulo: Wonderwall de Oasis :'3. Les dejo la letra y la letra en español: http://www.letraseningles.es/letrascanciones/traduccionesLO/Oasis-Wonderworld.html

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–Adelante –susurró Magnus–. Tómalo –sacudió su mano ligeramente.

Alec tragó saliva,

Su corazón se estaba contrayendo en su pecho,

¿Excitación? ¿Dolor? ¿Deseo?

Miró a Magnus por varios segundos, sus labios se separaron ligeramente.

–Tómalo –repitió Magnus–. Mátame, te doy mi permiso –la voz de Magnus estaba empezando a fallar, rasposa, dolida, cansada,

Alec finalmente tenía la oportunidad de matarlo, te acabar con él, de detener sus sentimientos, de detener todo esto.

Lentamente levantó la mano y tomó la empuñadura del cuchillo,

Magnus luchó por no soltar un quejido.

De verdad él no significaba nada para Alec.

Alec tímidamente apretó su agarre el mango, viendo como los brazos de Magnus caían a sus costados, rindiéndose por completo,

Cerrando sus ojos momentáneamente, Alec levantó el cuchillo, su mandíbula tensándose mientras presionaba la punta contra la garganta de Magnus,

Magnus ladeó su cabeza hacia atrás, sus ojos cerrados, una simple lágrima bajando por el costado de su rostro.

–Hazlo –susurró en una exhalación temblorosa, su corazón golpeando dolorosamente su caja torácica,

Alec enderezó su espalda como buscando ganar confianza, y presionó el filo con más fuerza contra su cuello, sus nudillos blancos,

Magnus abrió sus ojos.

Sus miradas se encontraron.

La respiración de Alec se atoró en su garganta mientras se ahogaba en esos preciosos ojos dorados,

Su otra mano se movió por impulso hacia el rostro del camarero, el dorso de sus dedos acariciando su pómulo, bajando por su mejilla, y de regreso,

Magnus cerró sus ojos brevemente, sacando a Alec de su aturdimiento,

Su cuchillo se movió hacia abajo, bajando por la garganta de Magnus, a su clavícula, al colgante de la cadena que él le había dado, la punta de su daga rasguñando ligeramente, haciendo suaves rastros de sangre,

Magnus se mantuvo en silencio, respirando pesadamente.

–¡Hazlo! –Gritó finalmente, y los labios de Alec estaban sobre los suyos, exigentes, fuertes, hambrientos, calientes,

Magnus no estaba supuesto a devolver el beso, así fue como fueron las cosas,

No estaba supuesto a enrollar sus brazos alrededor del cuello de Alec y acercarlo más,

No estaba supuesto a enredar sus dedos en el cabello del otro y separar sus labios, o dejar salir los más suaves gemidos cuando Alec profundizó el beso con su lengua.