Amor asesino: un secreto de muerte (Malec)

La mentira...

Holaa, Raziel nos bendice con la posibilidad, a mí de traducirles otro capítulo y subirlo hoy (shhh, aunque aquí sean las tres de la mañana aún no me he acostado así que para mí aún es hoy domingo), y a ustedes de leerme. Espero lo disfruten.

PD: ¡¡¡Mañana hay nuevo episodio!!! Quiero ver Malec así sea un poquito, y voy a amar si muestran a Mags curando a su Nefilim.

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Alec recibió dos mensajes por parte de Magnus en la semana siguiente.

Uno fue un simple "hola".

El otro fue: "Está nevando, mantente tibio".

Alec los ignoró.

Quería que Magnus lo extrañara.

No podía pasar por el bar todos los días y darle el lujo a Magnus de pasar tiempo con él hasta que se acostumbrara, ¿verdad?

En el quinto día de la segunda semana, siendo un viernes, Alec finalmente decidió escribir de vuelta.

Envió un simple: "Hola Magnus. ¿Puedo hablar contigo esta noche?"

Aproximadamente 2 minutos después, Magnus contestó.

"Por supuesto, Alec. Pásate por aquí. Estaré esperando. ¿Lager?"

Alec sonrió ligeramente a la pantalla.

Casi podía escuchar el tono que Magnus usaba. Enérgico y entusiasta.

Contestó una sola palabra.

"Espumosa"

Alec pasó el resto de la tarde planeando el resto de su vida.

Él era un hombre simple.

Fuera del hecho de que encontraba algo extremadamente satisfactorio en ver a las personas sangrar, su vida era... Aburrida.

No había mentido cuando le había dicho a Magnus que su familia estaba muerta. No en realidad. Sus padres y su hermana habían muerto. Murieron cuando él tenía apenas 9 años.

Tamborileando sus uñas sobre su escritorio, sus ojos puestos en el tablero de corcho que colgaba opuesto a él, ladeó su cabeza.

–Magnus Bane –susurró–. Magnus Bane.

Su teléfono hizo un leve sonido y sus ojos miraron a la pantalla.

Camarero: "No me dejes esperando. Soy un hombre muy impaciente, Alexander."

Alec apretó sus dientes por el uso de su nombre completo y batalló con las ganas de lanzar su teléfono contra la pared,

Inhaló con fuerza por la nariz y exhaló por la boca mientras miraba la fotografía de Magnus,

–Cuál es su secreto –susurró–. Cuál es su... –se levantó y se sostuvo la cabeza con ambas manos, cerrando sus ojos con fuerza–. ¡Cuál es su secreto! –chilló con frustración, sus manos volviéndose puños en su cabello.

Finalmente encontró una forma de sacar las uñas de su cuero cabelludo, y cuando lo hizo se puso su abrigo oscuro y deslizó la correa de su cámara DSLR alrededor de su cuello,

Contento con su look general, pasó sus dedos por su desordenado cabello una vez y salió por la puerta, metiendo su teléfono en su bolsillo.

Caminó toda la distancia hasta el bar, sus ojos en el suelo, pensamientos de Magnus pasando por su mente.

Detrás de todos sus pensamientos sobre cómo iba a llevar a cabo la operación, cómo iba a falsificar su identidad, detrás de toda sus ganas de acabar con el camarero, había una constante vacilación, y estremecía a Alec hasta la médula.