El Delirio de un poeta

ANTES DE PARTIR.

Me dijeron que es mucho pensar en el ayer. Que te retuerces, que no es un buen acontecer.

Me dijeron que la vida es corta como para nunca poderla entender. Pero yo tomé sus manos y le hablé.

Tal vez tartamudeaba, no lo sé. Quizás temía a una mala respuesta, eso puede ser...

A ella también le habían roto el corazón. Y hasta ahora no quiero saber la razón. Solo tomo sus manos y le digo que todo va estar bien. Solo veo sus ojos reflejando mi ser.

La conciencia pura de un pasado terrible es la demencia segura de no ser lo más mentiroso posible.

Y a veces la maldad es asequible a nuestros actos. El cielo no siempre te refleja llanto, porque a pesar de que a muchos se haya llevado debe ser bonito, porque ninguno ha regresado.

Ella sonríe y yo caigo.
—¡Es demasiado! Grito pasmado.

El sol brilla con más intensidad y lo estoy relatando.
Cada segundo que pasa es irreversible, cuando volteo ya perdí tres segundos imperceptibles. No lo noto, para nada, no me gusta, pero eso se calla.

Silencia los lugares para que estos no hablen. Nos traen recuerdos inolvidables con personas que ya no están. Solo algunos buenos corazones sabrán, que la virtud de la felicidad es compartirla.

Yo desde un inicio sabía, que en vez de monedas o riquezas prefería olvidar las penas. Quería musitar libertad, salir del laberinto de la iniquidad. Muchas barreras, poca verdad.

El sabor de la belleza es un acto que disfrutan todos los que tengan el valor. Porque el arte no solo es dolor. Las rimas se crean a través de un sentido melódico, la música ayuda pero no es metódico.

Sueño con viajar a muchos lugares, ir hacia miles de mundos solo observando una mirada. Anhelo buscar la vida antes que las murallas.

Las decisiones se manejan a nuestro antojo. No importa si sea con antaño o no, si no logro identificarme con algo entonces no puedo adquirir emoción.

Porque estar acá es una pasión.
Que el amor es magia y no obstrucción.

Yo quiero ver antes de partir un mundo mejor.

A. Neil.