ACOMPÁÑAME AL CIELO.

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Estaba tan solo como el viento  hasta que escuché al cielo darme aliento.

 Estaban tan frías las calles donde nací que ya no me traían frenesí.

 Quizás rimar era lo mío, tal vez no lo sabía, lo descifraba con un suspiro. Un toque de agonía.

 Dime, dime ¿Dónde te miro?Respóndeme a las encrucijadas del destino, ¿Nunca nos enviaremos al olvido?

 Ese sí es un lugar imperdonable, como las promesas de mi madre. Mi tío solía comentar cada pieza que hacía, temía que me juntase con la horda de tontería. 

 Tan solo le decía. —Paciencia, paciencia. Esa no es una virtud, debería ser una ciencia. 

 Ser el señor optimista me ha traído muchos problemas, seré únicamente la sombra de un demente.

 No me acuerdo cuándo nací y eso es vehemente.

Tanto que pierdo la dureza de mis actos, soy consciente, creo en lo que veo y en el tacto.

 Se acercan bastante rápido, nadie los ve, los miro insofacto, no me muevo del lugar y todos se alejan en el acto.

 ¿Huelo feo acaso? 

Mira por las tardes el ocaso. 

Como nos deslumbra con cada paso. 

No podemos atrapar el sol con un dedoSin embargo hay algo que se llama denuedo. 

 Conspiro contra tus palabras. Salen de tu boca porque no las callas, y cuando hablas produces una explosión personal, el río suena porque también hablas de piedad.

 Siembro en una chacra que se llama alma, y he borrado a una mina que tenía podrida las entrañas, me decía al oído. —Eres un imbécil. 

 —Lo soy tanto como un alineado, me levanto con un good morning mientras veo a mi hermana observar ponis. ¿Tiene algo de malo?

 No me embeleso cuando escucho penalidad, los cristales recorren el suelo mientras se rompe la mediocridad, es dramático escuchar los gritos de alguien que ya no está. Solo viven en mi cabeza,recordando las fotografías sin tristeza, contemplábamos la belleza, ¿Lo recuerdas?

 Me gustaría estar en una calle donde habite la fantasía, vería tus ojos y a nada se asemejaría. He dejado como puedes ver muchas cosas atrás. La melancolía ya no pertenece al juego de la reciprocidad.

 Pienso en que debería estar en otro universo, luego te veo y me pongo contento de pertenecer a tus sueños.

 Así que no me interesa si esta sea una confesión más, hay ojos que nos pueden alumbrar. Libros que tienen algo de especial, no es narración, es sentimental.

 Los niños lloran, no hay como callarlos, sus madres los besan pero se han enterado. De que no hay dinero, de que Papá los ha dejado. Empiezan las primeras cicatrices de fuego, marcadas con una crayola sin juego, ven como el desastre se mantiene vigente, bombardeando los anhelos de la gente que solo quiere sonreír. 

 Gritan muy fuerte. — ¡Déjennos ser feliz!

 Y de repente algo estalla en la otra cuadra, haciendo pedazos la vida con muchas miradas.Mientras nosotros seguimos discutiendo por quién tiene la razón, solo quiero abrazarte, no soy don perfección. 

 Las hojas cayeron del árbol más fuerte, recomponiéndose magistralmente. Me dijeron que todo lo bonito tiene un precio inmaterial, se llama constancia, no se puede comprar. Nace de uno mismo cuando queremos de verdad. 

 Quiero llevarte a un lugar diferente, mirarte ahí para siempre. Lejos del caos, de las lágrimas. Correr juntos hasta la madrugada mientras te abrazo y la lengua no habla. 

 Existe un silencio bonito, ese que se produce cuando solo se sienten los latidos. Veo tus labios sintiendo la calidez de tus manos.

 —Si el paraíso existe, ¿Por qué no vamos allá?

 — Porque vos hace de la tierra mi felicidad.

 La noche cae dentro de un abrazo. Si las estrellas hablasen dirían que la colisión de cuerpos provoca unión.

 —Somos dos personas con un solo corazón. 

 A. Neil.  

El Delirio de un poetaWhere stories live. Discover now