Capítulo 15

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Hola ternuritas!

Primero un mensaje muy homosexual y mamón para la gente de la Matsu junta. Muchas gracias por todas las risas que me sacaron, cuando fui estaba con toda la disposición para pasarlo mal y fue una bonita sorpresa, de verdad.

Este capítulo se lo escribí con mucho cariño a tres personitas (No soy tan rápida para subir tres de golpe), para mi senpai que descubrí que le gusta esta historia y esta esperando para hacerme sufrir (Sé que lo haces), para la Todoko más linda de todo el Matsu universo con quien fangirlee demasiado y una artista demasiado talentosa, a quien debí comprarle más. Gracias por ser tan agradables.

Ahora sí ~ El capítulo lo narra Osomatsu que ya hacía falta con su perspectiva (El KaraIchi me lo había monopolizado)

Espero que les guste.

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El rostro ardiendo, las piernas cansadas, las mejillas moreteadas, los ojos hinchados y un repulsivo sabor a sangre y alcohol ahogándome hasta la tráquea. Desde el primer disparo que esas enigmáticas y corrompidas amatistas me arrojaron estuve preparado para el pecado del día final, tan solo desearía habernos frenado antes de que la caída hacia un barranco de prejuicios con las consecuencias atadas en el cuello, se hubiese vuelto inminente. Un disparo en medio de la nuca.

"No lo entiendo Osomatsu, podrías estar con la persona que quisieras en esta escuela, después de todo eres muy popular" Nunca lo terminaste de comprender, querido "¿Por qué diablos me escogiste a mí?" Estábamos tan borrachos en ese amor.

Estábamos jodidos hasta los huesos, sepultados en mierda, cubiertos de patrañas y mentiras, y aun así a mí me encantaba la sensación. Éramos unos enfermos, drogadictos a la piel del otro, una mitad de corazón que a la fuerza trataba de encajar, sin importarle si rompía al contrario con sus propios fragmentos, por eso me aterro el conocer a Choromatsu. Tan puro y diferente a lo demás.

"Aun así" Mis puños apretaron el papel que recubría la camilla de una enfermería vacía "No quería que las cosas llegaran a este final"

Yo era un sádico sediento por sangre, y clamando por pasión, hambriento por un huésped a quien pudiese bañar en mi miseria, un monstruo con aroma seductor. No me pretendía escudar detrás de una máscara de inocencia danzando en un carnaval de ignorancia.

"¿Tanto te hiere que él sea feliz?" Pero, aún, con un alma ennegrecida y una identidad a medias no era capaz de seguirlo dañando.

"Osomatsu" Ese femenino llamado junto con el ruido de la puerta, abriéndose, captaron mi atención "Ya le avisé al director sobre tu situación, él me dijo que te puedes retirar" Con una galante sonrisa le agradecí a la maestra que había curado mis heridas.

"Tus conocimientos sobre enfermería fueron una fortuna para mí" La muchacha se ruborizo sutilmente ante mi comentario, bajado la nuca con pena "Gracias" Algo tan limpio que ansiaba manchar.

"No es necesario que lo digas" Apoye mis palmas de manera firme en la camilla, provocando que está rechinará "Lamento no haber podido hacer más para ayudarte" Deforme mi boca al volver a tocar el suelo. Cada maldito musculo ardía.

"Lo que hiciste fue más que suficiente" Antes de que me atragantara con tanta cordialidad un par de golpes se volvieron a escuchar en la puerta.

"Lamento mucho interrumpir" El avejentado rostro del director se hizo presente en la habitación "Pero necesito hablar con el entrenador" Mucho menos peligroso y agraciado que de costumbre "A solas" Que decepción.

"¡Seguro!" La maestra, nerviosa, se tomó los bordes de la falda para entregarnos una cordial reverencia y salir del cuarto.

"Esa cara luce bastante mal" Sus zapatos de marca italiana resonaron por las baldosas, haciendo eco en mi cabeza, jugando con las memorias "Siento mucho la imprudencia de mi hijo, procurare que Atsushi reciba un castigo adecuado para su cargo"

El rol protagonicoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu