Capítulo 16

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Hola mis ternuritas!

Advertencia: El siguiente capítulo contiene emociones bastante mamonas, léalo bajo su propio riesgo.

Para que después no se quejen de que quedo hostigoso era mejor ponerlo.

Quedo una páginita más larga, me disculpo por eso también.

Bueno, esté capítulo lo narra Karamatsu, aunque queda más que evidenciado al comienzo. Recuerden que las palabras en cursivas son memorias, y de hecho están sacadas del fic en capítulos pasados.

Espero que sea de su agrado.

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¿No es bello el poder acariciar los sueños? Tocar el corazón de las estrellas en un tierno y celestial beso, encontrar un tesoro que profesaste como perdido en el fondo de un misterioso y protegido averno amatista. Temeroso, aterrado, y aun así dispuesto a encomendarte sus fragmentos para que seas tú quien los intente rearmar.

¿No es maravilloso el despertar y sentir que estas respirando una tatuada ensoñación? El aferrarse a su delicada silueta, recorrer con tus labios los rincones más profundos y apenados de su perlada piel, memorizar esas estoicas y adorables expresiones, entrelazar los dedos sobre el colchón mientras grabas su esencia para llevarla contigo hasta el son del atardecer.

¿No es hermoso el poder despertar al lado de quien amas? Debe ser especial, pero ya jamás lo sabré.

Cuando abrí los ojos en aquella ajena habitación, cegado por la tenue luz del sol colándose por la cortina de la ventana, lo primero que esperé fue encontrar a Ichimatsu reposando sobre mi pecho, descompasando mi latir, frunciendo las cejas ante mis dolorosos piropos para finalmente sonreír. Marcar un nuevo final, uno nuestro, sin embargo, él no estaba ahí. Me preocupe.

Lo busque en el baño, en la cocina, lo esperé mientras me aseaba, lo llamé, le pregunté a los apartamentos vecinos, investigue alguna seña de su paradero, para caer en la cuenta de que él me había dejado. Me había abandonado luego de nuestra sincera y apasionada entrega, sin más que furiosos recuerdos de una noche que ya no pareció ocurrir. Se esfumó.

"¿Qué te parece si soy tu primer amigo de verdad?" Él también.

Y entonces lo comprendí. Pude entender que su aroma ya no yacía más sobre mi cuerpo, sus besos encima de mi rostro, y sus emociones escritas en una fugaz y estática mirada. Tan solo no lo anhelaba ver, porque punzaba. Yo mismo me había cubierto con aquella venda.

"No rompas esa promesa, idiota"

Él desapareció, no me dio razones, quizás no las merecí, tan solo me dejo. Y dolió. Dolió porque para mí lo de anoche fue real. Él lo fue.

"¿Ichimatsu?" Mi mente no supo reaccionar al escuchar aquel endeble y temeroso llamado, tan solo me quede mirando, paralizado, el suelo en el comedor, apretando mis puños, conteniendo el llanto "Karamatsu" Él me dejo "¿Dónde está?" Yo lo quería.

"No lo sé" Por primera vez mi mirada y la del subdirector se entrelazaron "No lo puedo saber" Bastó un patético suspiro para que él comprendiera. Que miserable.

"Hey" El hombre de elegante traje negro no se acercó "Sí él desapareció de esa manera debe ser por razones de peso" Temía hacerlo "Quizás se le ocurrió una forma de conservar su empleo, o mi padre lo cito de emergencia" Temía romperme "Ya sabes cómo es él" Demasiado cansado para luchar.

"Me pudo avisar" Me profese tan derrotado e ingenuo debajo de su lastimera mirada "Estoy preocupado por él" Pero debía volver a actuar.

"Él tampoco responde tus llamadas" Era redundante el preguntar "¿No es cierto?" Fue dulce hacerlo de todas maneras.

El rol protagonicoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt