Capítulo 7: Oh, no

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Mis ojos se niegan a cerrarse a pesar de que es de madrugada.

Fred se ha quedado dormido a mi lado, aferrándose a mi cintura como si fuese lo único que necesita para vivir. No quiero despertarlo, pero sus brazos me oprimen demasiado al punto de sentirme sofocada. Por un milagro de la vida me alejo, él se voltea y me deja la oportunidad perfecta para salir de ahí.

La comida que Fred me ha traído hace poco yace en un taburete de la habitación, junto a una pequeña rosa que seguramente Fred ha cortado del jardín de su madre. Sonrío y cuando intento tomar un bocado del plato, las náuseas me traicionan. Hay fruta y bollos de canela, el olor de la especia es tan fuerte que me irrita las narinas y me provoca arcadas. Salgo de la habitación, queriendo alejarme lo más posible de ese espantoso olor.

Sobre la puerta de la alcoba están las iniciales P.W lo que me lleva a la conclusión de que he estado durmiendo en la habitación de Percy, el hermano pomposo de Fred. No me extraña, pues desde que ese malagradecido se retiró, la habitación ha quedado sola.

Bajo las escaleras, siguiendo la luz que proviene de la sala de la casa; en el fondo de la estancia se encuentra Sirius, con una taza de lo que parece café en las manos. Me acerco y él me recibe con una sonrisa.

—Hola, Sirius

—Hola, Lily. ¿Qué haces aquí? Deberías estar descansando

—No podía dormir

—Ya veo—Sus ojos observan detenidamente mi rostro, haciéndome sentir como si estuviera pasando por un escáner. Sus manos tibias toman las mías y las aprieta—¿Quieres hablar de eso?

Niego, porque sé que intenta sacarme la verdad sobre la búsqueda de los Horrocruxes. Me gustaría no mentirles a los amigos de mi padre, pero he hecho una promesa y no puedo romperla así como así. Él asiente, sin ganas de insistir.

—De acuerdo, no voy a presionarte

— ¿Por qué estás aquí?—pregunto. Sirius baja su taza y se relame los labios

—Necesitaba pensar

— ¿Pensar en qué?

—Cosas—responde tajante. Sonrío de lado, sintiendo esa esencia única de Sirius

Me observa, levanta una de sus manos y me acaricia el cabello. A Sirius le gusta hacer eso. Su sonrisa se ensancha conforme sus ojos recorren mi rostro y se detiene en mis ojos, esos que le recuerdan a su mejor amigo

—Dios, jamás me cansaré de decirte lo mucho que te pareces a tus padres. Harry también tiene algo semejante, pero tu... tu eres mucho mas que eso

—Sirius...

—Ahora que ellos no están, nosotros debemos encargarnos de ustedes, ¿Sabes? Remus y yo—Agrega, emocionado—Ustedes han pasado a ser nuestros hijos. Siempre vamos a querer lo mejor para ustedes. No dejaremos que nadie los lastime

Mis ojos se sienten pesados y mis rodillas cansadas. Aprieto su mano que ahora se encuentra sobre mi mejilla a lo que él hace una mueca

—¿Por qué me dices todo esto?—pregunto

—Porque son tiempos difíciles. Sería un desperdicio de tiempo no decirles a cada momento lo que sentimos, Sky. Cualquiera de nosotros podría morir justo ahora

El dolor en sus palabras me orilla a abrazarlo para consolarlo de alguna manera. Debo pararme en puntas para alcanzarlo provocando su diversión. Me separo tomando sus grandes manos

—Me alegra tenerte aquí, Sirius

—A mí también me alegra

La cicatriz me punza, ocasionando que la figura de Sirius se distorsione por un segundo. Me llevo una mano ahí cuando Sirius me toma de la cintura para no caer

»Always, Potter [Fred Weasley]«Where stories live. Discover now