»Always, Potter [Fred Weasley]«

Capítulo 27: Un hurón como padrino

Después de tanto tiempo al fin logro conocer lo que es el miedo en verdad. Tom me sonríe una última vez antes de que Draco me coja de las manos conduciéndome de nuevo hacia la mazmorra. 

No logro quitar de mi mente sus palabras, ¿Qué si en verdad cumple con su palabra?

Necesito escapar de aquí mucho antes de que eso suceda.

Me detengo a medio camino por el dolor que me atraviesa el abdomen, Draco me detiene antes de que llegue al piso. Le hace una seña a Peter para que abandone la mazmorra mientras me carga y me deja sentada en el piso contra un pilar.

Le tomo la mano con fuerza mientras que con la otra me apretujo el vientre.

—Ésta vez fuiste muy lejos, Skyler—me dice, como si no lo supiera ya. Cierro los ojos mientras sigo estrujando su mano

—Tienes que ayudarme a salir de aquí

—No puedo

—Tienes que hacerlo—Me quejo, con la mano de Draco ya roja por el esfuerzo que hago—Por favor

—Sabes que eso es imposible. Si él sabe que estoy ayudándote matará a mis padres

—Draco...

—Escucha, no quiero que nada malo te suceda, pero mis padres... ellos son lo único que tengo

—Por favor, tienes que decirme como salir se aquí. Debe haber una manera, por favor

—Lo siento, pero no

El dolor es tan intenso que me hace retorcer como un gusano. Miro a Draco a los ojos con la poco fuerza que me queda.

—Tengo que irme de aquí antes de que él decida cumplir con su palabra, por favor

—Si te vas torturará a mi padre de nuevo

— ¡Estoy suplicándote, Draco!—mi grito lo deja estático. Sé que no ha sido la mejor manera de argumentar mi punto, pero la desesperación es más fuerte que yo—Estoy suplicándote. Ayúdame

—Skyler...

—Sé que puedo hacer esto. Si Harry y yo podemos derrotar a Voldemort todo habrá acabado. Nadie volverá a vivir con miedo, tampoco tendrás que preocuparte por la seguridad de tus padres o afligirte por esa marca que llevas en el brazo, Draco. Te lo imploro

Su mirada se pierde justo donde el señor Ollivander está escuchando nuestra conversación. No tengo tiempo para pensar ahora, debo actuar y salvar mi pellejo. Tomo su rostro y hago que me vea a los ojos.

—Tienes que hacerlo...

—No confío en tu hermano

—Entonces solo confía en mi—Susurro—Prometo terminar con esto, pero necesito tu ayuda

— ¿Estás consciente de que estaremos en bandos diferentes en esto?—Asiento, con el sudor bajándome por la frente

—Si, pero sé que si fuera tu decisión, estaríamos en el mismo equipo—Le acaricio la mejilla lentamente—Ya es hora de que empieces a hacer lo que crees correcto

Frunce el ceño y a pesar de eso toma mi mano y la besa, rendido.

—No sabes cuánto te odio

Camina hacia el fondo de la mazmorra, perdiéndose entre la oscuridad y aprovecho el momento para cerrar los ojos ante el dolor que me martilla la cabeza y el estómago. Draco llega cinco minutos después, desenfundando su varita y apuntándome con ella. Se apoya sobre una de sus rodillas frente a mí y llama a mi varita que sale volando desde Ollivander hacia él. Me la entrega con manos temblorosas.