»Always, Potter [Fred Weasley]«

Epílogo: Seis años después

Me giro en la cama a causa de los lloriqueos de las gemelas.

Han pasado seis años y siguen temiéndole a la oscuridad; me levanto con un gruñido, pero Fred me detiene.

—Deja, yo lo hago

Se levanta de la cama con dirección a la alcoba de nuestras hijas. Según Molly ambas tienen recuerdos muy vagos de cuando eran pequeñas y vivieron de cerca la guerra y los ataques constantes del mago tenebroso que nos amenazaba.

Me recuesto en la cómoda mientras pienso en todo lo que ha sucedido estos últimos años. Después de la guerra Harry ha dejado la varita de Sauco donde debe estar: junto a Dumbledore. Hogwarts ha vuelto a la normalidad después de un par de años donde los estudiantes que lucharon en la guerra retomen sus estudios donde los dejaron.

La profesora McGonagall se ha quedado como directora permanente y Kingsley como Ministro de magia donde me ha dado un puesto como Jefa del escuadrón de aurores. Fred cree que ya no es necesario ser un auror, pero bueno, nunca se sabe.

Luego de varios minutos las niñas dejan de llorar y Fred vuelve a la habitación. Después de que la madriguera se llenara de niños tuvimos que mudarnos a una casa propia, en el Valle de Godric.

Kingsley nos ha permitido reconstruir la casa de mis padres y vivir en ella; gesto que le agradeceré por el resto de mi vida y si bien esta casa también le pertenece a Harry, él está de maravilla junto a Ginny, compartiendo un pequeño hogar antes de casarse.

Fred se acuesta a mi lado y me mira con una sonrisa.

— ¿Por qué me miras?

—Porque me gusta hacerlo—dice, acariciándome la nariz—Eres bellísima

—No has perdido la habilidad para hacer que me sonroje—digo cuando siento mis pómulos arder

—Y espero no perderla nunca

— ¿Qué ha pasado con Lily y Molly?

—Ah—dice colocando sus brazos detrás de su cabeza. No lleva camisa y su creciente barba lo hace ver endemoniadamente sexy. Eso, sumado a que está haciendo ejercicio y su cuerpo se ha tonificado—Creyeron haber visto algo en la oscuridad. Siguen temiéndole, ¿Sabes? Dobby se ha quedado con ellas

—Ese elfo es nuestra salvación

—Ni que lo digas

Coloco mis manos sobre su pecho, acomodándome entre la calidez de su anatomía.

—Espero que Kreacher le ayude a Bill y Fleur con su bebé

—Seguramente lo hará

Besa mi mano y suspira mientras mira el techo.

—Todo ha sido una locura, ¿No crees? Es decir, ahora estoy casado con la chica que le salvó el culo a todo el mundo mágico—dice levantando el dedo anular—Eso es sexy

—Eres un tonto—le doy un golpe en el pecho haciéndolo reír—Oh, casi lo olvido. Remus mandó una carta. Nos invita a la fiesta de cumpleaños que él y Tonks organizaron para Teddy

— ¿Cuándo?

—Mañana—respondo con un bostezo

— ¿Mañana? Creí que iríamos a lo de Sirius

—Sirius también estará ahí, supongo que le propondrá matrimonio a su novia en la fiesta de cumpleaños

—Vaya, que creativo

Me carcajeo por su comentario. En realidad, Sirius no es lo que se dice el más creativo entre los hombres. Sus fuertes brazos me rodean la cintura con cuidado mientras besa mi cuello

—A todo esto, ¿Cómo hiciste para que las niñas durmieran de nuevo?

—Oh sí, eso—ríe sobre mi cuello provocándome un escalofrío—Le di a Molly la serpiente de felpa que Draco le regaló por su cumpleaños pasado. Ese hurón sigue almacenando su complejo hacia Slytherin

— ¿Y Lily?

—Le di la cabra de juguete de Aberforth—dice en un suspiro—No entiendo porque les conseguimos padrinos tan extraños

—Vamos, querías que el padrino de Lily fuera Dobby

— ¿Qué? A mí me pareció una buena idea

—Si, si

Acaricio su pecho a lo que Fred recorre mis brazos desnudos con sus dedos.

—Mañana abriré temprano la tienda. No, no te dejaré sola en el cumpleaños de Teddy—dice antes de que le reclame algo—Cerraré un par de horas antes para alcanzarte en casa de Andrómeda. Sabes que ahora que George está por casarse alguien debe hacerse cargo de la entrada de la mercancía

—Cuando Remus nazca te ayudará a hacerlo

—Eso espero—responde mientras frota mi vientre hinchado—Ya quiero que llegue al mundo. Me emociona saber que podré enseñarle a jugar Quidditch y a conquistar chicas

—No vas a enseñarle eso. El Quidditch está bien, pero, ¿Chicas? Olvídalo

— ¡Vamos! Tuve una reputación en Hogwarts. Mi hijo será el más deseado en ese lugar

—No sé porque esto no me sorprende

Nos acomodamos mejor en la cama; Fred se apoya sobre un brazo para mirarme. Tomo sus mejillas a lo que él me sonríe.

—Jamás me cansaré de verte. Eres la gema más preciosa de todas

—Fred...

—No, lo digo en verdad. Desde el primer día en que te vi... supe que tenías que ser mía. Supe que debía ganarme tu amor

—Y lo hiciste

—Lo hice—repite—Supongo que tú y mis bebés son mi mayor logro. Y, ¿Sabes? Haría cualquier cosa por ti. Moriría por ti si es necesario

—Ya no lo es—digo—Todo terminó. Nadie tiene que morir o arriesgar a las personas que ama. Hemos ganado

Sus ojos brillan a través de la oscuridad y sus labios rosados se conectan con los míos. Acaricia mi vientre por debajo de las sábanas y acaricia mi cabello.

—Te amo, Skyler

— ¿Por siempre?

—Por siempre, Potter

Entonces sonrío en lo que Fred me besa.

Ya no hay nada de qué preocuparse. Estoy bien, ellos están bien. No hay nada que me impida ser feliz.

Toco mi cicatriz en forma de rayo y sonrío. No me ha vuelto a doler desde ese día y sé que ya no lo hará. Voldemort se ha ido, al igual que el miedo.

Ya no más miedo.

Si no amor.