Capítulo 32: Mi bebé crece, igual que tu estupidez

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Subimos para ver como Harry trata de defenderse con una silla de madera. La ataco con mi varita y en lugar de lastimarla, sólo consigo llamar su atención. Se gira hacia mi dejándome ver que se trata de Nagini, la serpiente de Voldemort. No me da tiempo de correr cuando enrolla su enorme cuerpo alrededor del mío. Me retuerzo para que me deje, pero su agarre se hace cada vez más fuerte. Tomo una roca que está a mi lado y la golpeo hasta que me suelta. Retrocedo hasta una pared que se ha caído reuniéndome con Hermione y Harry. Me toman de los hombros ayudándome a ponerme de pie.

Hermione le lanza un hechizo cuando se dirige hacia nosotros; la magnitud del conjuro es tan alta que caemos hacia atrás sobre una cama de la habitación. La varita de Harry cae lejos de nosotros y Hermione la atrae hacia ella.

No nos movemos esperando el próximo ataque. La serpiente ha caído un piso hacia abajo y no sé si se ha lastimado. Me pongo de pie y de pronto, la serpiente salta directo a mi cara.

Hermione toma mi mano y antes de que me pueda lastimar, nos desaparecemos de ahí chocando contra la ventana.



Despierto con un sobresalto y con el cuerpo bañado en sudor. El cabello se me agolpa en la cara al igual que la blusa que llevo puesta. Harry está dormido a mi lado, parece que algo le atormenta, pero no sé qué es. Me levanto y salgo de la tienda para encontrarme con Hermione que está leyendo algo sentada contra el tronco de un árbol. Me siento junto a ella con cuidado a lo que Hermione me pasa un poco de la cobija que lleva en el regazo.

— ¿Te sientes mejor?

—Si, eso creo—contesto acercándome mas a ella pues hace un frío del demonio—Mierda Hermione, está helando aquí

—Es un bosque al que solía venir con mis padres hace años. Todo ha cambiado desde entonces—Su mirada refleja añoranza y sé que se siente mal por dejar a su familia—Deberíamos quedarnos aquí, Skyler. Que tu bebé corretee entre los árboles y se bañe en el río mientras nosotros envejecemos

Hermione suspira y antes de que le conteste algo me pasa el libro que está leyendo. Me doy cuenta que es aquel que he hurtado de la casa de la falsa Bathilda.

—Lo tomé de entre tu capa cuando estabas dormida

— ¿Y qué has encontrado?

—Sé quién es el muchacho de la fotografía en la casa de la anciana—Entonces Harry sale de la carpa, añadiéndose a la conversación. Se sienta a mi lado y le pide a Hermione proseguir—Su nombre es Gellert Grindelwald

Hojeo el libro para encontrarme con una fotografía de un joven Dumbledore junto a otro muchacho reconocido como Gellert Grindelwald.

—Es el ladrón al que se refería Gregorovitch—dice Harry—Pude verlo hace poco. En mi mente. Es aquel chico que saltó del alfeizar de la ventana, ¿Recuerdas?

Me pregunta y yo asiento.

—Se robó una varita

—Hablando de eso—dice Harry—¿Dónde está la mía?

Hermione hace una mueca mientras saca dos trozos de madera debajo de ella. Se lo entrega a Harry y retengo un suspiro al notar que se trata de su varita.

—Al salir del Valle de Godric lancé un hechizo y me rebotó. Lo siento mucho. Quise repararla, de verdad que sí, pero nada funcionó

—Olvídalo—dice Harry con falsa tranquilidad—Fue un accidente

—Lo sé, pero...

—Vayan a calentarse—dice levantándose—Yo haré guardia. Déjenme sus varitas

»Always, Potter [Fred Weasley]«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora