»Always, Potter [Fred Weasley]«

Capítulo 44: Señor y señora Weasley

|F I N A L|

Las pequeñas piedras del bosque se entierran en mi cara provocándome molestias. La cabeza me da vueltas y cada centímetro de mi cuerpo duele; me siento débil y lo único que deseo ahora es permanecer acostada y dormir durante años.

Entreabro los ojos notando que Harry está tirado frente a mí, con los ojos cerrados; con un movimiento discreto posa su mano fría sobre la mía y sé que no debo moverme ni un solo centímetro. Cierro los ojos, esperando a que Voldemort y sus seguidores hagan un movimiento. Espero escuchar gritos de júbilo por nuestra muerte, pero en lugar de eso se oyen pasos apresurados, susurros y murmuros que llenan el aire.

—Mi señor... mi señor

Es la voz de Bellatrix y hablaba como si estuviese espantada. No me atrevo a abrir los ojos, en cambio dejo que mis otros sentidos exploren el dilema.

—Mi señor...

Mas pasos, varias personas están alejándose del lugar. Abro los ojos un poco, logrando ver como Voldemort está colocándose de pie, parece como si se hubiese caído por alguna razón. Bellatrix le ayuda a recomponerse a lo que él la aleja. Cierro los ojos y aflojo el cuerpo para no delatarme.

—Los muchachos, ¿Están muertos?—pregunta, con la voz rebosante de felicidad

Se hace un silencio absoluto en el claro. Nadie se nos acerca pero puedo sentir sus miradas concentradas en nuestros cuerpos.

—Tú—dice Voldemort y se escucha un golpe, seguido del chillido de una mujer cargado de dolor—Examínalos. Dime si están muertos

Una oleada de miedo se instala en mi pecho, ¿Qué si esa persona se da cuenta que en realidad seguimos vivos? Sólo podemos quedarnos en este lugar, acostados y esperando a que nuestros corazones latientes no nos echen de cabeza.

Unas manos más suaves de lo esperado tocan mi cara y sé que también lo hace con la de Harry; sus manos bajan hasta nuestro cuello, palpando nuestros latidos. La respiración de la mujer se agita y abro los ojos. Narcisa Malfoy está frente a mí, arrodillada y mirándome con los ojos muy abiertos. Su cuerpo cubre mi cara de los demás mientras ella susurra:

— ¿Está vivo? ¿Mi Draco está vivo? ¿Sigue en el castillo?

El susurro es apenas audible, los labios de la mujer casi no se mueven para no delatarlos. Yo asiento lentamente. Me hace una seña para que vuelva a cerrar los ojos. Su silueta se remueve pues se ha enderezado.

—¡Están muertos!—Anuncia, con sus pasos alejándose cada vez más

Entonces todos gritan a modo de celebración; aúllan por el triunfo y a través de mis parpados, percibo explosiones de luz roja en el aire, como si fuesen juegos pirotécnicos. Todavía fingiendo mi muerte entiendo por qué Narcisa nos ha ayudado; sabe que la única forma de recuperar a su hijo es entrar como parte del ejercito conquistador al castillo. Ya no le importaba si Voldemort ganaba o no.

—¿Ven?—dice Voldemort a la multitud—Los niños que vivieron han muerto por mi mano, y ningún hombre vivo puede amenazarme ahora ¡Observen! ¡Crucio!

Mi cuerpo es atacado por la maldición de manera inesperada. Intento mantenerme inerte pero el dolor es horrible. Todos se mofan mientras el ataque continúa, intentando humillarme para probar su victoria. Mi cuerpo cae en el mismo lugar, provocando que me golpee la cabeza. Se oye el golpe sordo contra las raíces de un árbol a lo que Voldemort ríe.

—Ahora—dice—Vamos al castillo y mostrémosles en que se han convertido sus héroes, ¿Quién quiere arrastrar los cuerpos? No... esperen

Se oye una oleada de risas nuevas y tras un par de minutos siento como el suelo tiembla debajo de nosotros.