2- La proposición

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Narra Emma:

Los sirvientes nos recogieron los platos y pusieron los nuevos platos para el postre. Sin embargo, el postre no llegó, pero todos hacían como si nada, así que yo los imité.

De pronto, James se levantó de su asiento, todos guardaron silencio y lo miraron con atención. Como si llevaran esperando toda la comida para ese momento.

- Antes del postre... - comenzó con una sonrisa - Me gustaría decir algo... - Mi madre me miró de reojo y sonrió.

- ¿Qué está pasando? - pensé - Esto no me gusta... No me gusta nada... - Miré a James, él seguía hablando, pero no lo escuchaba - Todo el mundo está demasiado concentrado en escuchar lo que tiene que decir... Además... Mi madre me ha sonreído demasiadas veces en la comida... Algo no está bien...

- Por ese motivo - continuó James - me gustaría pedir que la preciosa Emma se levantará un momento - Lo miré confundida y luego me levanté.

- Esto no me gusta...

- Emma. Sé que no nos conocemos mucho, pero lo poco que sé de ti me ha encantado- Miré a mi madre, confundida, pero ella solo sonreía a la madre de James

- ¿Qué mierda está pasando aquí? - pensé mientras miraba a todo el mundo buscando una respuesta

De pronto, James dejó de hablar y me miró seriamente, pero sin dejar de sonreír.

- Princesa Emma del Reino del Sur... ¿Me harías el hombre más feliz de Narnia casándote conmigo? - me preguntó abriendo una caja con un enorme anillo. Mis ojos se abrieron tanto que pensaba que se me caerían.

- Eh... Yo... - murmuré confundida. Él me interrumpió

- Sé que no nos conocemos mucho - dijo mientras se acercaba a mí - Y que está proposición ha sido un poco repentina para ti

- Muy repentina - añadí

- Pero, si aceptas, haré todo lo que esté en mi mano para conocernos mejor y que para el día de nuestra boda estés completamente enamorada de mí como yo lo estoy de ti - me dijo cogiéndome de las manos.

- Esto... - dije mientras separaba mis manos de las de él - Yo... No sé que decir...

Mi madre se levantó de su silla y me miró insinuándome: "DILE QUE SÍ AHORA MISMO".

- Yo... - comencé - Necesito un momento...

Me separé de James y me apresuré por llegar a las puertas del comedor, pero sin correr. No quería que se dieran cuenta de lo desesperada que estaba por salir de allí.

- Emma - me llamó mi madre antes de que saliera, pero la ignoré y salí del comedor.

Una vez que las puertas se cerraron, corrí hacia las escaleras, intentando (desesperadamente) llegar hasta mi cuarto. Sin embargo, las puertas del comedor cerrándose volvieron a sonar antes de que pudiera subir apenas diez escalones.

- Emma - La voz de mi madre al pie de la escalera me detuvo. Me giré hacia ella - ¿Qué comportamiento es ese? Regresa al comedor

- No aceptaré su proposición, madre. Lo siento - dije con seguridad.

- Debes casarte - me dijo desafiante. Yo negué con la cabeza

- No con él - Mi madre me fulminó con la mirada

- No me pongas a prueba, hija. Entraras al comedor y aceptarás matrimonio, quieras o no quieras - dijo acercándose a la escalera

- No

- ¿Acaso quieres quedarte...? ¿Sin casarte? ¿Sola? - dijo con asco. Yo no respondí, pero ella se lo tomó como un sí - ¡No tendré una hija que no esté casada bajo mi techo!

- Me marcharé - dije. Miré a mi madre seriamente - Si es eso lo que quieres... Me iré

- Aceptarás matrimonio - me ordenó

- No - repetí. Ella se puso colorada de la ira

- Lo he intentado hacer por las buenas, pero ya veo que quieres que lo haga por las malas... - dijo furiosa - Bajarás las escaleras, entrarás al comedor, pedirás disculpas por haber ido de repente, mirarás a James, aceptarás su propuesta y lo celebrarás comiendo el postre

- ¿Si no lo hago que harás? ¿Encerrarme aquí para siempre? ¿Dejarme sin montar a caballo? ¿Prohibirme salir a fuera? ¿Privarme de mi libertad? Eso ya lo has hecho - dije desafiante. Ella apretó los labios, enfadada

- Sé donde está tu caballo, cariño y me gusta demasiado para hacerle daño... - La miré horrorizada, sabiendo lo que diría a continuación - Pero no serás una soltera - La mirada de mi madre se clavó en mis ojos, amenazadora.

- ¿Es acaso una amenaza? - pregunté sorprendida

- Llámalo como quieras... O te casas con ese hombre o, me veré obligada a matar a tu caballo. Y eso no me supone ningún placer - dijo - Tú decides...

En ese momento quería darle una torta a mi madre, lanzarla cualquier cosa a la cabeza y huir, huir lo más lejos que pudiera. Me estaba amenazando... Mi propia madre me estaba amenazando con matar a mi caballo si no me casaba con James. ¿Acaso eso es lo que hace una madre que se supone que te quiere? No, claro que no.

- Aceptaré su matrimonio, pero no hagas daño a Lacey - dije sin mirarla a los ojos.

- Es la opción acertada, hija - dijo sonriendo - Vamos. Tienes una noticia que dar... - Bajé las escaleras lentamente y pasé al lado de mi madre, esquivándola cuando quiso tocarme.

Después, entré en el comedor y todas las miradas se posaron de nuevo en mí. James se me acercó corriendo, preocupado.

- Perdona sí te he asustado... No era mi intención... Yo... - Lo interrumpí

- James... - Miré a mi madre y ella asintió - Ha sido culpa mía. Me he puesto nerviosa por algo que ni siquiera entiendo porque yo...

Hice una pausa, intentando negarme, esperando que alguien me detuviera. Pero no sucedió, nadie iba a venir a rescatarme... Nunca ha venido nadie, no empezará a venir ahora. Desvié la mirada... No podía ver a Lacey morir. Él era el único que había hecho mi vida soportable estos 15 años. No podía morir.

- Yo... Sí quiero casarme contigo, James - dije rápidamente. Él me miró con los ojos muy abiertos y con una gran sonrisa. Después, me abrazó.

Sus padres se pusieron a aplaudir y reír y los míos se unieron a ellos.

- Te quiero, Emma. Haré todo lo posible para que esto salga bien... - Me decía mientras me abrazaba - Lo haremos juntos

- Sí - confirmé sin mucho ánimo - Juntos...

Amor en guerra- NarniaWhere stories live. Discover now