19- Sola

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Narradora: 

Los guardias arrojaron a Emma a una celda y la encerraron ahí. Ella se levantó lo más rápido que pudo y corrió hacia los barrotes. 

- ¡SOLTARME! ¡SACARME DE AQUÍ! - gritaba Emma furiosa - ¡COMO NO ME SAQUES DE AQUÍ, OS JURO QUE...! - el guardia que la había metido en la celda la interrumpió. 

- ¿Qué? - Emma lo miró desafiante. 

- Te mataré - amenazó la joven intentando intimidarlo, pero solo consiguió que el muchacho se riera en su cara - ¿Acaso he hecho algo para que os rieras? - preguntó molesta. 

- Oh... - dijo él dejando de reír - ¿Es que no estaba bromeando? - preguntó. Emma no contestó, pero clavo sus grandes ojos en los del guardia - Lamento desanimarla, pero en sus condiciones no es apropiado que vaya amenazando a todo el mundo. 

- Deme una buena razón para no hacerlo - pidió ella sin relajar su mirada. El guardia se acercó a los barrotes, Emma no retrocedió, no estaba intimidada. 

- Porque no la hace atractiva - susurró. Emma enfureció. 

- No necesito ser atractiva en estos momentos - dijo la joven. El guardia soltó una breve carcajada - ¿Puedo saber quién es? 

- ¿Acaso me considera atractivo? - Emma rodó los ojos divertida. 

- Es que nunca había conocido a semejante imbécil - se burló Emma. 

Los guardias que se encontraban en los calabozos con ellos aguantaron la risa. 

El guardia se puso delante de Emma y se quitó lentamente el caso. Al verlo sin caso, Emma soltó una expresión sorprendida. 

- Hola, Emma - dijo James con el casco en la mano. Emma retrocedió. 

- ¿Qué...? - comenzó Emma, pero James la interrumpió. 

- ¿Sabes? Cuando las campanadas de boda comenzaron a sonar y tú no saliste, pensaba que solo te retrasabas porque estabas nerviosa - comenzó James - . Pero que tras una hora tus padres anunciaron que habías desaparecido... 

Emma no se movía, escuchaba la narración de James, esperando que algo en él delatara que estaba enfadado. Nada. El hablaba lenta y tranquilamente, como si fuera un recuerdo agradable o divertido. Eso hacía que Emma no quisiera interrumpirlo. 

- Admito que, al principio, me moleste bastante... ¿Pero sabes qué? - Emma no dijo nada, pero James tampoco esperaba su respuesta - Eso hizo que me dieran más ganas de conocerte y enamorarte. 

- No desaparecí, James - le dijo Emma - . Me escapé con voluntad propia. No quiero casarme contigo y créeme cuando te digo que no lo haré - James sonrió divertido. 

- Eso es lo que me atrae de ti, Emma. Además de tu increíble belleza, tienes una personalidad misteriosa e imprevisible... Eres real. 

La joven no podía negar que las palabras de James no la estuvieran gustando, pero no sus palabras no iban a cambiar lo que Emma sentía y eso ambos lo tenían claro. 

- Por ese motivo, - continuó el muchacho - quiero que me des una oportunidad, la última. Cásate conmigo, viviremos en un gran castillo y podrás tener cuantos caballos gustes... Pero solo te pido que estemos juntos - rogó. 

Los labios de Emma se juntaron, sin saber que decir, pero no tardó en volver a separarlos. 

- James... No voy a casarme contigo - James asintió y está vez Emma pudo ver que sus expresiones se tornaban más agresivas. 

Narra Emma:

Tras aquello, estuve varios minutos más sola en la celda, pensando en todo lo que había vivido con los narnianos y me convencí de que vendrían a buscarme... Confiaba en que los árboles hayan llevado mi mensaje, pero sino, sabía que ellos vendrían a Maiden. 

La puerta volvió a abrirse, pero no me di la vuelta, sabía quién era. 

- Lárgate, James - le dije desinteresada 

- Emma... Siento lo que ha ocurrido, pero quiero que sepas que yo sigo queriéndote... Cuando nos casemos ya verás como todo irá mejor. Viviremos en un precioso castillo, rodeados de gente, joyas y vestidos nuevos... Será perfecto - Me giré hacia él, notablemente irritada 

- ¡No! - chillé girándome - ¡Nada de esto es perfecto! ¡Es horrible! ¡Es una celda!

- Por eso nos cambiaremos de castillo, más grande y donde te sentirás como en casa - me dijo él, nervioso. 

- ¿Es que no lo entiendes? - le pregunté - No quiero casarme contigo, no quiero casarme con nadie. No me importa los castillos que compres, los vestidos que estrene o de las riquezas que estemos rodeados... ¡No me casaré contigo!

Al principio, James me miró sorprendido y luego su expresión se tornó seria y amenazadora. 

- He intentado convencerte de la buena manera, pero parece que no quieres apreciar el esfuerzo que estoy haciendo... - Él comenzó a acercarse a mí, desafiante. Me arrinconó contra la pared, quise apartarlo de un empujón, pero me sujetó. 

- Aléjate de mí, James - le dije intentando soltarme de su agarre - ¡Suéltame!

- ¿Sabes? Cuando te conocí, pensé que eras raras, y no te presté mucha atención. ¿Pero sabes lo que pensé después? - me pregunté acercándose más a mí - Que serías una excelente compañera de habitación - Lo miré furiosa

- Que pena que tus sueños no se vayan a cumplir, James - Él sonrió, como si algo de todo esto fuera gracioso - ¿Algo que compartir?

- Eres muy graciosa, princesa - Me moví bruscamente - Y fuerte... Me pregunto si también lo serás en la... - Lo interrumpí

- Que pena que jamás lo vayas a descubrir - dije rápidamente. Él rió

- No estés tan segura de eso, preciosa - dijo mientras acariciaba mi mejilla, yo me aparté. 

- No te lo repetiré, James... Aléjate de mí - dije - Además, te apesta el aliento y estoy muriendo - Él me miró irritado - ¿Arrepentido de haber venido?

- Al contrario... - Se acercó mucho más a mí, quedando a tan solo unos centímetros - Estoy... Bastante satisfecho 

Después, me besó. Me moví bruscamente, intentado que se alejará de mí, pero no pude. Utilicé mi último recurso...

- ¡Ah! - exclamó alejándose de mí. Sonreí al ver como un chorro de sangre salía de su labio 

- La próxima vez que lo intentes no seré tan agradable... - Le dije mirándolo, desafiante

Él sonrió y se dirigió hacia la puerta.

- Le iré a decir a tu madre las buenas nuevas - me dijo riendo. 

- ¡NO TE ATREVAS A....! - grité, pero cerró la puerta antes de que pudiera acabar. 

Suspiré. 

- Por favor... Daros prisa... - pensé. 

Esa noche intenté no dormir, esperando que en cualquier momento Peter, Lucy, Trumpkin o cualquiera entrará por esa puerta y me ayudará a escapar... Pero nadie vino y, finalmente, el sueño me venció. 

Esa noche, no tuve ningún sueño sobre Narnia... En realidad, esa noche no soñé nada, cosa que me sorprendió.  

Amor en guerra- NarniaWhere stories live. Discover now