11- Los cuatro reyes

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Narra Emma:

A la mañana siguiente de que los narnianos accedieran a unirse a nosotros, salimos todos juntos por el bosque para asegurarnos que los telmarinos no estaban cerca.

Caminaba en silencio por el bosque junto Reepicheep, Buscatrufas, dos faunos y Glenstorm. De pronto, escuché el sonido de espadas chocando y me giré alerta.

- ¿Qué es eso? - dije girándome hacia el ruido.

- Vamos a averiguarlo - Glenstorm me tendió la mano, la acepté subiéndome a su lomo y comenzó a correr hacia el sonido.

Cuando llegamos, me encontré a Caspian intentando desclavar su espada de un árbol y a un chico rubio con la intención de golpearlo con una roca.

- ¡PARA! - grité, pero no fui la única. Al mismo tiempo que yo, una niña de pelo castaño, salió de detrás de un arbusto y grito al mismo tiempo que yo. La miré sorprendida y luego dirigí mi mirada hacia Caspian y el chico.

En ese momento, todos los narnianos comenzaron a mostrarse con las armas arriba, amenazantes. Caspian sacó la espada del árbol y miró al rubio, al igual que el rubio a él.

Me bajé de lomos de Glenstorm y me acerqué a ellos con el ceño fruncido.

- ¿En qué pensabas, Caspian? - le pregunté molesta. El rubio se me quedó mirando confundido

- ¿Caspian? - repitió él.

- Sí. ¿Y tú quién eres? - preguntó Caspian con tono molesto.

- ¡Peter! - gritaron una chica y un chico corriendo hacia nosotros. Y con ellos también venía...

- ¡Trumpkin! - exclamé al verlo.

- Cuanto tiempo, Emma - dijo sonriendo. Yo también sonreí, aliviada de que siguiera vivo.

Miré a los cuatro nuevos, dos chicos y dos chicas.

- ¿Eres el sumo monarca? - pregunté atónita mirando al rubio. Él se giró hacia mí

- Creo que me habéis llamado- dijo mirándome de arriba a abajo.

- No te creas tan importante... - le dije seria. Algunos de los narnianos rieron, otros solo desviaron la mirada divertidos

- Creo que no me conoces - contestó él, molesto - Rey Peter de Narnia, El Magnífico - Caspian le dio su espada y él se la guardó.

- Enhorabuena. ¿Quieres un premio? - le pregunté. Sus hermanos rieron

- ¿Quién eres tú?- me preguntó Peter confundida

- Llámame Emma - contesté con indiferencia

- Nosotros somos Susan, Edmund y Lucy - dijo la mayor de las chicas, Susan.

- Un placer - dije sonriendo a Susan - Bueno, por fin os habéis dignado a aparecer, ¿no?

- Si lo prefieres podemos volver otro día - me dijo Peter - Incluso otro año

- ¡No!- negó Caspian rápidamente- No importa, ¿verdad Emma?- Caspian me miró con el ceño fruncido, como si me estuviera advirtiendo.

- Un enemigo en común une incluso a los adversarios- nos dijo Buscatrufas acercándose a nosotros

- Esperábamos con ansia vuestro regreso, alteza- le dijo Reepicheep a Peter haciedno una reverencia - Mi gente y yo estamos a vuestro servicio

- Al menos tú sabes blandir la espada - comenté mirando de reojo a Peter. Él bufó, irritado

- Sin duda y he hecho gala de ello recopilando armas para vuestro ejército, majestades- dijo él con una sonrisa

- Bien, porque nos van a hacer mucha falta- dijo Peter mirándonos a Caspian y a mí. Ambos asentimos.

Comenzamos a andar hacia la fortaleza en la que habíamos decidido prepararnos para luchar, ahí es donde teníamos la mayor parte de armas y armaduras.

Caspian andaba abriendo la marcha, todos hablaban de posibles estrategias de guerra, yo me dedicaba a observar los árboles. Todo estaba en silencio, ni siquiera se escuchaba el cantar de los pájaros.

- Hola - Me saludó Peter colocándose a mi lado. Le dediqué una mirada y luego la desvié - Creo que no hemos empezado con buen pie...

- Tú eres el que quiso matar a uno de los narnianos - Corregí fríamente - Yo solo lo protegía, pero tú estabas empeñado en matarme.

- Yo no... - Se interrumpió a si mismo - Eso ahora no importa. Si queremos ganar esta guerra tenemos que trabajar todos juntos, codo con codo

- Nadie ha dicho lo contrario - Peter no contestó - Pero hazme un favor y no entorpezcas esta batalla - Nuestras miradas se clavaron en la del otro

- Eres tú la que tiene que pensar en ello, no yo - Desvié la mirada con una risa irónica.

- Preocúpate de que esta noche no te atraviese con mi espada... Majestad - Hice una reverencia con una sonrisa divertida y me alejé. Escuché el resoplar de Peter y eso me sacó una pequeña y corta sonrisa.

No tardamos mucho en llegar después de esa conversación.

Observé la fortaleza. Se encontraba en un lado de un gran campo abierto, alrededor de este campo había un montón de árboles. Así que era un buen lugar para prepararse. El único problema de esa fortaleza era que los telmarinos se podían esconder entre los árboles y observarnos desde ahí.

- Estaréis acostumbrados a otra cosa...- le dijo Caspian a Peter una vez dentro.

- Está muy bien - dijo él observando su alrededor.

- Peter- La voz de Susan llamó la atención de los tres - Ven a ver esto

Los tres nos dirigmos hacia donde Susan estaba, en una especie de túnel con pinturas. Allí también se encontraban Edmund y Lucy, mirando las pinturas.

Estaban observando, principalmente, a la pintura de cuatro personas (dos chicos y dos chicas) y cuatro tronos. En otra había un fauno con una bufanda roja al lado de una farola. Y al lado de esta había una señora vestida de blanco, igualita a la que veo en mis sueños. ¿Qué era ese lugar?

- Somos nosotros- dijo Susan señalando la pintura de las cuatro personas y los cuatro tronos

- ¿Qué es este lugar?- le preguntó Lucy a Caspian

- ¿No lo conocéis?- pregunto él, perplejo. Todos negamos con la cabeza y Caspian cogió una antorcha y ando por los extraños pasillos de debajo de la tierra.

Nos llevo a una amplia sala donde puso el fuego de la antorcha en una especie de canal y el fuego se fue propagando por el canal, iluminándolo todo. Una vez alumbrada, pude ver el retrato de Aslan esculpido en piedra, en el centro del fuego. En frente del retrato, se encontraba la mesa rota de piedra donde Aslan había sido sacrificado.

Lucy se acercó a la mesa y puso su mano sobre ella.

- Sabrá porque lo hace...- dijo girándose hacia nosotros. Yo me acerqué también y sonreí a Lucy con ternura.

- Tenemos que esperarlo - dije con decisión.

- Ahora es cosa nuestra- me contradijo Peter

- Pero... - protesté. Caspian me interrumpió

- Debemos prepararnos para atacar - dijo mirándome con seriedad.

- A sus órdenes - dije mirando a Peter y a Caspian con el ceño fruncido. Después, me dirigí hacia la puerta notablemente molesta. 

Amor en guerra- NarniaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu