Amor en guerra- Narnia

15- Mal en peor

Narradora:

Ahí es cuando todo fue de mal en peor... 

La alarma de ataque comenzó a sonar y los guardias telmarinos comenzaron a armarse. A Edmund se le calló la linterna, un guardia se la cogió y comenzó a hacer "señas" al grupo de narnianos que esperaban la señal para atacar. 

Esto sin contar que Susan, Peter, Caspian y Emma corrían por los pasillos del castillo intentando llegar a la puerta antes de que fuera demasiado tarde. 

Emma se detuvo al escuchar la campana de alarma. 

- ¡Peter! - gritó. Peter se giró hacia ella sin dejar de correr. 

- ¡Nuestros hombres aguardan fuera! - la gritó. Emma y Susan se miraron irritadas y luego siguieron corriendo detrás de Caspian y Peter. 

- ¡AHORA EDMUND! - le gritó Peter a Edmund mientras corría hacia la puerta. 

Sin embargo, Edmund no podía dar la señal, estaba luchando contra un guardia.

Peter y Caspian comenzaron a girar la manivela para abrir la puerta para que las tropas entraran. Susan y Emma los miraron sin saber que hacer. 

- Ya no hay tiempo - les dijo Emma - Debemos retirarnos...

- ¡No! ¡Aún hay tiempo! - exclamaron los dos chicos mientras giraban la manivela - ¡Ayudarnos! - gritaron. Susan y Emma volvieron a mirarse y, resignadas, comenzaron a girar la manivela. 

En otra parte del castillo, Trumpkin y los ratones giraban también la manivela para que el puente levadizo se colocará y los narnianos pudieran cruzarlo. 

Justo cuando terminaron de abrir la puerta, las tropas comenzaron a entrar y a matar a los guardias telmarinos que había. 

- ¡POR NARNIA! - gritó Peter. 

Todos comenzaron a luchar. 

Susan y Emma luchaban muy cerca la una de la otra, apoyándose en cada golpe y flecha que lanzaban. Muy cerca de ellas se encontraban Caspian y Peter, quiénes luchaban contra todo telmarin que se cruzara en su camino. 

- ¡Arqueros! - se escuchó gritar. 

Susan y Emma se miraron preocupadas mientras miraban las filas de telmarinos que se preparaban para lanzar sus flechas. 

- Tenemos un problema - le dijo Susan a Emma. Ella asintió. 

- ¡Elegir un blanco! - gritó de nuevo la voz - ¡Apunten! 

Pero antes de que pudieran disparar, del tejado comenzó a caer... ¿Edmund? 

Edmund calló justo al lado de uno de los arqueros, todos se giraron hacia él y lo apuntaron con las balletas. Menos mal que Edmund se escondió en una sala y todas las flechas dieron contra la puerta, evitando que lo mataran y que mataran a los narnianos también. 

En ese momento, Miraz se asomó al balcón de su habitación y comenzó a observar como los telmarinos y los narnianos luchaba en su castillo. Observaba los movimientos de los narnianos con el ceño fruncido, pero siempre sonreía un poco al ver como algún narniano moría. 

Sin embargo, su sonrisa se borró al ver que los narnianos había entrado atravesando la puerta y que seguía abierta, permitiendo que se pudieran ir. 

- ¡Cerrar esa puerta!- ordenó Miraz con rabia - ¡Cerrarla ya! 

Dos guardias corrieron hacia la gruesa cadena de metal que sostenía la puerta y comenzaron romperla con sus espadas. No tardaron mucho en conseguirlo, pero lo suficiente como para que un minotauro se diera cuenta de ello. 

Justo antes de que se cerrará, el minotauro corrió hacia ella y la sostuvo con su propio cuerpo. 

Peter vio esto, al igual que Susan y Emma.

- Tenemos que irnos - le dijo Susan a Peter moviendo mucho los labios para que su hermano la entendiera. Peter asintió. 

- ¡Replegaros!- gritó Peter a los narnianos. 

Todos los que le oyeron, salieron del castillo lo más rápido que pudieron y mientras que corrían hacia la puerta avisaron a todo el que pudieron. 

- ¡Hay que retirarse! ¡Vamos! ¡Salir de aquí!- les gritaba Peter. El minotauro no aguantaría mucho más- ¡Glenstorm! ¡Saca a Susan de aquí!- le ordenó Peter.

- ¿Dónde está Emma? - le preguntó Susan a Peter

- La encontraré - contestó él. Glenstorm corrió hacia Susan, ella se montó en su lomo y salieron del castillo rápidamente. 

- ¡Salir de aquí!- les gritaba Peter mientras buscaba con la mirada a Emma.

De pronto las puertas de los establos se abrieron dejando ver a Caspian y a Cornelius a caballo. Junto a Caspian había un caballo libre. 

- ¡Peter sube!- le gritó Caspian a Peter. Este corrió hacia el caballo y se subió de un salto.

- ¿Dónde está Emma? - le preguntó Peter a Caspian, él se encogió de hombros.

Peter miró a su alrededor, buscando a Emma con preocupación. Justo cuando iba a volver a dentro del castillo para buscarla, encontró a Emma luchando contra dos guardias. Peter nunca había estado más feliz de verla.

Cabalgó hacia ella mientras derribaba a varios guardias a su paso.

- ¿Necesita que la lleve, señorita? - le preguntó Peter cuando Emma mató al último guardia.

Emma miró a Peter con una sonrisa cansada, después le cogió la mano y Peter la montó detrás suya.

- Tenemos que salir de aquí - le dijo Peter a Emma mientras corrían hacia la salida.

- ¿Y los demás? - preguntó Emma preocupada, Peter no contestó y Emma sabía lo que eso significaba - ¡Salir de aquí! ¡Correr! ¡Rápido! - les gritaba a todos los que podía.

Emma y Peter atravesaron la salida seguidos de tres faunos, dos enanos, dos minotauros y un centauro, después cabalgaron hacia la salida y salieron del castillo. Justo después, el minotauro se derrumbó, evitando que nadie más (a demás de los ratones) pudieran atravesar la puerta. 

- ¡Salvaos vosotros!- les gritaban los narnianos que quedaban en el castillo- ¡Correr! ¡Huir! ¡Salvaros!- los que se habían salvado bajaron la cabeza con tristeza desde el otro lado del puente. 

Peter miró a Glenstorm en busca de alguna idea, pero él solo bajo la cabeza.

- ¡Peter el puente!- le advirtió Caspian viendo que el puente comenzaba a subir. 

- ¡Agárrate! - le gritó Peter a Emma. Ella le rodeó la cintura con sus brazos y se agarró con fuerza, haciendo que Peter sonriera inconscientemente. 

Peter comenzó a correr con el caballo, y dieron un salto para llegar hasta otra parte. 

Antes de salir corriendo con los demás, Emma se dio la vuelta para mirar por última vez el castillo de Telmar. El puente estaba a punto de cerrarse, pero Emma pudo ver como Miraz la sonreía de forma siniestra desde el otro lado. 

Después, salieron cabalgando de Telmar... Dejando atrás a los demás narnianos que siguieron luchando, hasta que murieron. 

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