13- El ataque

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Narradora:

Susan y Emma fueron a prepararse a la sala de mujeres y se prepararon mientras hablan de cosas sin mucha importancia. No tardaron mucho en congeniar la una con la otra, lo que hizo que las dos sonrieran interiormente, en estos momentos necesitaban a alguien ahí.

Cuando salieron, Caspian se acercó a Emma. Ella quiso alejarse de él, pero Caspian la sujetó.

- ¿Qué quieres? - preguntó molesta.

- Dentro de nada nos vamos - la dijo - ¿Estás lista?

- Sí, sí que lo estoy - contestó de mala manera - ¿Cómo no iba a estarlo?

- Me refería que si no quieres podemos llamar a... - Emma lo interrumpió.

- Estaré bien - dijo. Él sonrió y asintió, no muy convencido - . Lo prometo, no tienes de qué preocuparte...

- Yo siempre me voy a preocupar por ti - la dijo, haciendo que Emma se sorprendiera - . No te separes de mí en ningún momento - la advirtió.

- No necesito que nadie cuide de mí - contestó Emma sin dejar de mirar los ojos oscuros de Caspian.

- Eso no significa que no necesites que alguien se preocupe de ti - contraatacó Caspian sonriente. Emma rodó los ojos y asintió.

- ¿Seguro qué no quieres que...? - lo interrumpí besando su mejilla.

- Segura - dije.

No sabía por qué había besado su mejilla, ni tampoco porque ya no estaba molesta con él, simplemente, había pasado. La presencia de Peter, sin embargo, me sacó de mis pensamientos.

- Nos vamos - dijo con voz fría y mirando a Caspian seriamente - . Edmund ya se ha marchado. Es nuestro turno.

En menos de dos minutos, Emma ya se encontraba colgando de un grifo mientras volaban hacia Telmar. Cuando vieron la señal de Edmund con la linterna, supieron que podían aterrizar.

Susan tuvo que disparar a un guardia que estaba apuntando a Edmund con su ballesta pero, además de eso, no tuvieron ninguna otra complicación.

Aterrizaron en el suelo del castillo de Telmar y comenzaron a andar entre las sombras. De pronto, justo cuando Emma iba a entrar en el castillo, vio como Reepicheep y su grupo entraba en la torre principal del castillo por medio de una cuerda. Sonrió para sus adentros.

- No te quedes atrás - la advirtió Caspian mirándola desde el interior del castillo. Emma asintió y se adentró en el castillo.

(...)

Peter ya había descendido por la cuerda que llegaba hasta la ventana del despacho de Cornelius, ahora era el turno de Emma. Miró hacia abajo y vio como Peter les hacía la seña para que bajará el siguiente.

- ¿Quieres que vaya yo primero? - la preguntó Caspian al ver su pálida cara.

- Está bien - contestó tras unos segundos.

Acto seguido, se agarré con las manos a la cuerda y comenzó a descender bien pegada al tejado del castillo para que nadie la viera. Cuando ya no la quedaban más que unos metros, alguien tiro de la cuerda desde arriba, avisándola de que parara.

Al mirar hacia abajo, vio a dos guardias que estaban haciendo el cambio de turno y Emma supo que no debía moverse o se darían cuenta. Así que se quedé inmóvil hasta que notó otro pequeño tirón desde arriba. Después, siguió descendiendo.

- Ahora, apóyate ahí - la dijo la voz de Peter.

Emma movió uno de mis pies, en busca de algo sólido, y al encontrarlo relajó sus brazos para apoyar el otro pie. Sin embargo, perdió el equilibro y justo cuando pensaba que se iba a caer, sintió unos brazos que la sujetaban con firmeza. Peter.

Él la sostuvo y la metió dentro del despacho lentamente. Después, tiró suavemente de la cuerda para que bajara el siguiente.

- Gracias - agradeció Emma una vez dentro. Su mirada y la suya se encontraron y se quedaron unos segundos mirándose. 

- No hay de qué - dijo en voz baja.

Las respiraciones de los dos iban acompasadas, lentas y silenciosas, y ninguna de las dos miradas se separaban.

- ¿Estáis ahí? ¿Puedo bajar? - la voz de Caspian desde la cuerda provocó que los dos se separan.

- Eh... Sí, sí puedes - contestó Emma alejándose de Peter y acercándose a la ventana.

Los ojos oscuros de Caspian se encontraron con los de Emma y sus labios dibujaron una sonrisa.

- ¡Estás bien! - exclamó abrazándola - Por un momento había pensado que te habías... - Emma lo interrumpió.

- Yo también - confirmó. Caspian volvió a abrazarla con fuerza y Emma sintió una mirada fría en su espalda - Peter me cogió antes de que pudiera caerme - añadió.

Caspian se separó de ella y sonrió, después miró a Peter sin la misma sonrisa. 

Emma, ignorando esto último, dirigió su mirada por todo el despacho y anduvo unos pasos.

- ¿Dónde está Cornelius? - preguntó al no ver a nadie.

- No lo sé... - dijo Caspian, ahora con unas gafas redondas en la mano que debían ser las de Cornelius.

Susan y Trumpkin ya habían llegado y ahora todos miraban en silencio las gafas que Caspian sostenía. 

- Caspian... - comenzó Peter, pero Caspian lo interrumpió. 

- Tengo que encontrarlo - dijo rápidamente. 

- No tenemos tiempo - contradijo Peter - . Tienes que abrir la puerta. 

- Si no fuera a ser por él, tú no habrías venido... - dijo Caspian seriamente - Y yo no estaría aquí - añadió. 

Las miradas se giraron hacia las dos chicas. Susan y Emma intercambiaron miradas. 

- Podemos ocuparnos de Miraz - dijo Susan leyendo el pensamiento de Emma. 

Emma se acercó a Caspian. 

- Yo intentaré llegar a la puerta lo antes posible - dijo mirándolos y sin decir nada más, se dispuso a irse. Emma lo detuvo. 

- Estás poniendo en peligro la misión - le dijo sin pestañear - . Pero confió en ti Caspian... No hagas que eso cambie - añadió seriamente. 

Caspian asintió y, esta vez, sí abandonó la habitación seguido por Trumpkin. Cuando se fueron, los tres se miraron en silencio, no necesitaban palabras para saber lo que pensaban. 

Después, continuaron con el plan.

Amor en guerra- NarniaWhere stories live. Discover now