Capítulo 29*

8.5K 741 38
                                    

4 de octubre de 1815

—¿Y qué es lo que realmente vas a hacer allá?—pregunté a su lado en la cubierta del barco en el que viajábamos a Francia.

—Ya te lo dije, tú te quedarás con tu tía cada día...—remarcó.—...mientras yo termino mis asuntos de trabajo.

—Aburrido.

—Por eso...

—Ya encontraré que hacer.—dije con malicia.—¿Algún lugar que me recomiendes visitar, querido?—me volví hacia él para verlo apretar sus puños y tensarse.

—Te lo advierto Camille...

—No te preocupes por mí, haz lo que tengas que hacer allá.

—No llevamos ni una hora arriba de este barco y ya quiero regresar y dejarte en casa.—se dio la vuelta para irse.

—¡Entonces me divertiré estas dos semanas arriba de este barco!—grité.

***

—Gracias, Amélie.—hice un gesto para que se retirara.

—Estaré en la habitación continua, milady.

Asentí y agarré el pequeño vaso que contenía whisky, estaba muy molesta. Damien no me había dicho que había dejado mi otro baúl, donde venían mis joyas. Las únicas joyas en este momento, eran las que tenía puesta y una que otra que había echado en un pequeño bolso.

—¿Vas a seguir bebiendo?—escuché desde la puerta.

—¿Te importa?—contraataque al mismo tiempo que me bebía el contenido de una sola.—Fuera.

Se rió.—Deja de beber Camille, ya nos quedan tres días para llegar.

—Los peores en mi vida, me duele el cuerpo.

—Fue tu elección dormir en el sillón, te ofrecí dormir cómodamente en la cama.

—¿A tu lado? Qué cómodo.

—Ya, dame eso.—me arrebató el vaso.—Podrías caer ebria al mar.

—Buenas noches.

Caminé hasta el sillón pero este ya no se encontraba más.—¿Dónde está...?

—En el agua.

—Estás bromeando...—lo miré sin poder creerme lo que decía.

—No.

Apreté los labios.—¿Dónde demonios se supone...?

—En la cama, a mi lado, cómodamente.

Me volteé hacia él.—¿Acabas de decir que dormiré contigo?

—Sí. Tu castigo por insistir en venir.

—¡Dormí dos malditas semanas en un sillón! ¡¿Para que en los últimos días duerma en la cama?!

Lo escuché reír.—Fue culpa tuya, te dije que podías dormir en la cama a mi lado desde el primer día.

Caminé hacia él y lo empujé un poco para salir a la cubierta del bote.

Sentí el aire fresco en mi cara golpear con suavidad acompañado de la brisa del mar, era perfecto.

Escuché pasos detrás de mí.—Hace años que no viajaba en barco.—dije sabiendo que era Damien.

—Viajo en barco por lo menos tres veces al año.

—¿Trabajo? Lo suponía.—me di la vuelta.—Dime un lugar al que realmente quieres ir.

Defender Mi Honor (D.M.H. 1)Where stories live. Discover now