• La boda

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Aproximadamente tres días después del incendio, tanto Yuuichirou como Mikaela salieron del hospital, puesto que sus quemaduras eran pocas, y habían estado siendo tratados adecuadamente para limpiar sus pulmones de todo el humo que inhalaron

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Aproximadamente tres días después del incendio, tanto Yuuichirou como Mikaela salieron del hospital, puesto que sus quemaduras eran pocas, y habían estado siendo tratados adecuadamente para limpiar sus pulmones de todo el humo que inhalaron. Por lo que ambos fueron recogidos por Kureto y Kimizuki, respectivamente. 

En su camino a casa, su padre le platicó que Yoichi había sacado todas sus cosas de su habitación y estaba durmiendo en el cuarto de huéspedes con Scarlett, además de eso, le había dicho que solo estaba esperando a que él saliera del hospital para irse, pese a que en realidad no tenía a dónde ir que no fuera un hotel, ya que no tenía familia con quien quedarse y tampoco pudo adelantar el vuelo para volver a Londres por diferentes contratiempos.

Aún se sentía culpable por haber roto su compromiso, es decir, lo había llevado desde otro continente solo para terminar las cosas entre ambos, lo que no le parecía correcto del todo, pero no era como que quisiera vivir su vida engañándolo y engañándose.

Si era sincero consigo mismo, ni uno solo de todos los besos o toques que compartió con Yoichi pudieron remover su interior tanto como el beso y los abrazos que compartió con Mikaela. Y pensaba que el castaño necesitaba a alguien que pudiera agitarlo tanto o más como lo hacía el rubio con él.

Cuando llegaron a la casa, fueron recibidos por Guren, el cual había ayudado a Shinya a preparar un postre de chocolate, que era el favorito de su hermano. Y cuando se topó con Yoichi, que salió con Scarlett de la habitación de huéspedes, se sintió incómodo y culpable. Intentó saludarlo y ser tan amable con él como le fuera posible.

Incluso, su familia le ofreció del postre, y Shinya mencionó la posibilidad de que se quedara en su departamento mientras podía irse a Londres, para que se sintiera más cómodo y no tuviera que ver a Yuu si no lo quería.

Entonces, Scarlett aprovechó que el albino trataba de convencer a su hermanito y se dio un tiempo para hablar con Yuu, que estaba todo pensativo aunque intentara verse alegre. Salieron al jardín a tomar aire.

—Yoichi me dijo que terminaron —mencionó cruzada de brazos, un tango incómoda—. Y que le dijiste que amas a Mikaela.

—Intenté ser sincero con él —dijo, llevando sus manos tras su espalda.

—Habría estado mejor si lo hubieras sido antes —regañó—. Lo llenaste de muchas ansiedades. Y aunque conoce las herramientas para lidiar con ellas, eso no evita que las sienta.

—Lo sé, me porté muy mal con él, y no fui justo, por eso me disculpé, pero sé que eso no va a reparar el daño que le hice, yo solo... lo siento, de verdad —suspiró, a lo que ella se descruzó de brazos, ya resignada. Hubo un leve momento de silencio entre ambos—. Y, um, besé a Mika...

—Así que por fin te atreviste —sonrió, abrazándolo por los hombros. Era incómodo estar en medio, pero ambos eran importantes para ella—. Espero que te traiga mucha felicidad.

Entre deportes y libros [MikaYuu]Where stories live. Discover now