Capítulo 8

3K 493 249
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Seguía con los pies clavados al suelo, totalmente estupefacto en su lugar. Todo lo que sabía era que el Rey lo había echado del castillo y que tenía una zarpa en el aire que no tendría problemas en usar con Otabek.

Debería haberse ido en ese instante. Huido apenas tuvo la oportunidad, lejos de toda esa locura y regresar con su pobre hermano.

-Su Majestad -trató de interceder Leo- ¿no cree que está exagerando un poquitín...?

-¿Te estás osando a desafiarme, criado inútil? -respondió con su voz de ultratumba.

Los pelos y las orejas de Leo se erizaron de repente, ya sea del miedo o por defensa propia. Podía ver a Guang Hong estirarlo de atrás por la cola para que regresara con todos los demás. El Rey quitó su atención de Otabek y encaminó su andar acechante hacia todo el grupo de criados.

-¿Estás empezando a encariñarte con él? Quizás es por esto que nunca querían dejarte a cargo de uno de ellos -preguntó con cierta burla.

-Eh, mi señor, yo no...

Entonces un grito asombrado de todos y el quejido de Leo. Otabek lo vio retorcerse sobre sí mismo, sosteniéndose el cuello con dolor.

Las espinas, pensó horrorizado. El collar de espinas.

El Rey miró a Leo sin ninguna emoción, mientras se retorcía tratando de arrancar las púas que le herían la suave piel -todavía humana en esa zona-. Lo suficiente como para hacerlo chillar de dolor pero no para matarlo.

-Espero te sirva de lección esto. Son bestias -escupió al resto-. El único cariño que pueden recibir es una palmada en el lomo o una croqueta después de hacer un truco. Nada más. Y tú...

Volvió a mirar a Otabek.

-Lárgate. No sé si eres idiota o qué... ¡Pero vete!

Ahora Otabek no lo dudó, así que corrió y corrió, lejos del castillo y, sobre todo, lejos del Rey Yuri.

* * * *

Ni siquiera se había molestado en buscar su arco ni provisiones, mucho menos el libro de cuentos. Solo podía pensar en encontrar la salida por el oscuro bosque. Tenía la mente bloqueada y no podía recordar el camino por el que había llegado cuando fue a buscar a JJ tres días y medio atrás.

¿De verdad solo había pasado esa cantidad de tiempo?

Siguió corriendo, con las ramas enroscándosele en los talones y hombreras del nuevo traje, también en las mejillas y en el dorso de las manos. Sentía que tenía neutralizado el dolor, incapaz de sentir si quiera una molestia hasta que pudiera estar fuera del bosque.

La garganta había empezado a escocerle y, no sabía si por arte de magia, pudo escuchar el caudal de un río resonar a sus espaldas. Podría incluso seguir su curso para ver si lograba conectar con Os Gashma o cualquier otra aldea antes de que lo pillaran los osos o los lobos.

Thorns and All [Otayuri] - YURI ON ICEWhere stories live. Discover now