Levanto la cabeza y dejo de escribir la tarea que la institutriz me dejó. Hace días que no viene ¿Dónde estará? No puedo imaginarlo, ni idea como es afuera. Mis pocos estudios, son lo único que tengo para entender, pero a veces me aburren. Son textos tan complicados, que me confundo. Hay palabras que ni comprendo.
La puerta del cuarto dónde he vivido todos mis diecisiete años, se abre y me sobresalto. Me levanto del asiento y visualizo a una mujer que jamás había visto.
—¿Abril?
—¿Sí? —bajo la vista nerviosa.
Se acerca y yo retrocedo.
—No temas, cariño. Soy tu tia, Ester —sonríe amigablemente.
—Señora, yo no la conozco. Llamé a mi mamá y arréglese con ella. Juro que no hice nada malo —agarro un mechón de mi cabello rubio y hago un intento de ignorarla.
Suspira.
—Lo siento, tus padres ya no están. Yo me haré cargo de ti ahora, recoge tus cosas.
Levanto la vista, sorprendida ¿De qué habla? ¿Por qué? ¿A qué se refiere con eso? No puedo salir de aquí, siempre he estado aquí. No comprendo, no entiendo qué ocurre.
Me da miedo saberlo.
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Inocencia Aislada
Teen Fiction¿Imaginas no conocer absolutamente nada del mundo exterior? Conocer la realidad es algo que Abril nunca pensó que podría descubrir. Por: Viviana Valeria V.
