Inocencia Aislada

30. Siempre se trató de eso

Me siento en mi pupitre, desilusionada porque ayer, el día que debió ser distinto y feliz, resultó ser todo un absurdo. Sin mis papás, con el malo de Alen diciendo cosas feas, con la tía que tampoco se acordó que era mi cumple y el recuerdo de Byron besándose con Ayla. Me siento frustrada.

Bajo la cabeza y oigo que apoyan algo en mi mesa, alzo la vista visualizando sus ojos marrones.

—Byron —Sientos mis mejillas arder y veo un pequeño envoltorio sobre mi mesa —¿Qué es eso? —Miro confusa.

—Una disculpa, me olvidé de tu cumpleaños y a pesar de eso, ayer me devolviste la sonrisa, gracias —expresa contento y me quedo anonadada mirándolo.

—Ah no sé qué hice, pero de nada —digo tímida bajando la vista —¿Puedo preguntarte algo? —No espero mucho para interrogarlo —Ayer tú y esa chica...

—¡Hey, Byron! —Llega Alen que le da una palmada en el hombro interrumpiendome —¡Que linda es Ayla! Que buenas piernas que tiene ¿no? —tira una indirecta sobre nuestra conversación de ayer, que de algún modo, capto enseguida.

"Byron se aparea con Ayla, ya que tú no le abres tus piernas".

—Claro —responde él tranquilo y acto seguido se va en dirección a su banco.

El que se queda es Alen.

—¿Ya aprendiste tu lugar rarita?

Frunzo el ceño.

—Eres malo —opino —y no entiendo por qué me tratas así ¿Yo qué te hice? Antes no eras de esa forma conmigo.

—Me di cuenta que nunca voy a llegar a nada contigo, así que te trato como mereces —explica.

—¿Llegar a qué? —Ladeo la cabeza confundida.

—Te olvidaste lo que pasó en la fiesta, es natural, esa droga era potente, pero Byron me dejó bien en claro, quién iba a estar entre tus piernas.

Me sonrojo.

—Deja de decir esas cosas —pido avergonzada.

—Tú preguntaste —Se ríe.

—Sí, pero... —Hago una pausa intentando entender —no tiene nada que ver con lo que dije.

—Claro que sí, todo este tiempo se trató de eso.

—No, no... no es cierto, yo...

Se acerca a mi rostro y me sobresalto.

—Byron se va a aburrir de ti ¿Sabes por qué? Porque no entiendes lo que él quiere y aunque lo comprendierás, no te sirve de nada, ya que tarde o temprano se va a dar cuenta, que no eres ese tipo de chica. Quizás él hasta te pida perdón, pero ya será demasiado tarde —Gira su vista hacia nuestra compañera de cabello violeta —como pasó con Inna.

"Me pidió disculpas, como siempre tarde".

Recuerdo las palabras de ella, entonces me doy cuenta que Alen no miente, sin embargo preferiría ignorarlo.