CAPITULO 24: BESO DESEADO

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-¿De dónde los conoces? –Preguntó mi hermano Jerone a mi lado – Se veían muy íntimos.

-¿De qué hablas Jerone? Los conocí ahí en el bar –hablé exasperada.

Mi hermano Jerone y yo veníamos peleando casi todo el camino al departamento de los chicos y cabe recalcar que ya llevamos casi media hora siguiendo a Chuck, al parecer los chicos han vivido algo lejos de la ciudad. Cada minuto que pasaba mis hermanos Hudson Evans se molestaban mas, Jerone no dejaba de reclamar la amistad que tenía con los hermanos de Arin. Que porqué hablas con ellos, que porqué los conozco, que porque me dejaron pegar, que bla bla bla. Es mi hermano y lo amo, pero ya me tenía cansada con la misma discusión. Por ahora mantendría que conocí a los chicos en el bar, luego cuando haya oportunidad le diré la verdad.

Deje hablando solo a mi hermano y decidí mirar hacia los lados, estábamos en algo parecido a un bosque, juro que no conocía esta parte de LA, los chicos enserio Vivian algo lejos.

-Al parecer ya legamos –hablo Hudson impaciente por bajar.

Mire por la ventana y era cierto, Chuck estaba bajando la velocidad y girando hacia la derecha donde se encontraba una casa muy bonita de un solo piso, sin embargo era muy grande, se llevaba casi media cuadra de largo. Por la oscuridad de la noche no pude distinguir muchas facciones de esta.

-Bueno chicos –hablo Chuck mientras se acercaba a nuestro auto –Bajen, siéntanse como en casa, si está un poco desbaratada –se rasco la parte de atrás del cuello –Entiendan, somos 5 hombres- nos sonrió apenado.

Mientras mis hermanos y yo bajábamos del auto, Evans le enviaba un mensaje a mamá, de que por hoy no llegaríamos a casa, y que mañana temprano estaríamos ahí. No queríamos que se preocupe de que sus hijos aun no regresaban a casa.

-¿Están sus padres en casa?-pregunto Hudson.

-¿Padres? –Se burló Chuck –Esta casa no es de ellos, esta casa es nuestra.

-¿Qué? ¿Cómo que suya? ¿Tienen su propia casa? –Habló mi hermano Jerone herido –Necesitamos hablar con nuestro padres.

Chuck se burló por lo que mi hermano había dicho, palmeo su Hombro y habló.

-La casa de mis padres es muy grande, y ellos casi nunca pasan en casa, mi hermanos y yo siempre nos quejábamos porque era una casa muy grande para nosotros solos, nos aburríamos mucho, de regalo de cumpleaños de nosotros nos regalaron la casa, 5 años no nos regalaron ni un solo caramelo- se quejó – Este en realidad fue el regalo más caro que hemos tenido juntos.

-¿Ni un regalo en 5 años? –Habló mi hermano Evans – No, prefiero vivir con mis padres, mis regalos de cumpleaños son sagrados.

-Suerte la tuya amigo –habló Chuck – Pero bueno, ya entremos.

Mis hermanos y yo, entramos luego de Chuck, y Dios! Era una casa hermosa! Por dentro era preciosa, simple pero elegantemente preciosa. Tenía inmensos cuadros firmados por el dueño de la pintura, elegante lámparas caían del techo en cada una de las habitaciones, sillones que desde mucha distancia se notan muy hermosos y muy cómodos, la casa estaba en perfecto orden, el color en la paredes era de un color blanco, pasadito a beige muy bello, enserio esta casa era muy hermosa.

Los hermanos de Arin y Arin estaban sentados todos en unos sillones individuales concentrados en sus celulares, no notaron nuestra presencia hasta que yo carraspeé. Todos en esa sala voltearon a mirarme, luego de eso volvieron a sus celular como si eso fuese lo más importante, me sentí la más ignorada de la vida. ¡Qué vergüenza! Me quería golpearme internamente por tonta.

NO PRINCESA! #WATTYS2018Where stories live. Discover now