NO PRINCESA! #WATTYS2018

CAPITULO 25: ME TENGO QUE IR

Estaba en mi cuarto arropada de pies a cabeza, hoy en LA, hacía mucho frio, afuera había una tormenta que había durado casi toda la noche y parte de la mañana. El cielo estaba de un color gris, casi cerca del negro, se podía escuchar algunos truenos cerca de la ciudad. A pesar del clima, yo me sentía bien ahí, en mi cuarto, en la calidez bajo de mis sabanas. Hoy se habían cancelado las clases, eso me ponía feliz, podía pensar un poco en mi misma, en las cosas que han pasado, las que pudieron haber pasado, en las que pasan, en las que pasarán, en fin, en todo.

No me imagino cual sería la reacción de mi familia al enterarse del regreso de Francisco, al enterarse de la forma en la que lo encontré. Cierro mis ojos con fuerza mientras lagrimas recorren mis mejillas con solo recordarlo. ¿Por qué vino? ¿Qué lo ata de Los Ángeles? ¿Vino por mí? ¿Quiere volverme a hacer daño? ¿Me volverá a hacer sufrir? Mil y un preguntas se formaron en mi mente respecto a él.

El solo pensar en que Arin se podría enterar de lo ocurrido me aterra, sé que dijo que me apoyaría, pero si supiera la realidad de las cosas no estaría a mi lado como dice que estará, me duele saber que algún día tendré que contar todo lo que me está pasando ahora, no puedo engañarme a mí misma y esconder todo solo por la seguridad de mi familia o mía, no quiero que les pase nada a ellos, sin embargo tampoco quiero volver a repetir lo que por tantos meses le rogué a dios que me ayuda a salir.

Pensar en Arin hacia que mi estómago se revolviera y mi corazón empiece a palpitar a mil, el beso que nos dimos hace unos días en su dormitorio enserio me dejo como en otro mundo. Esa noche mis hermanos casi se volvieron locos tratando de matar a Arin por haberme besado, ellos se habían escondido detrás de la puerta y habían escuchado absolutamente todo. Me amenazaron con contarles a mis padres, yo los amenace que les diría que me llevaron a un bar siendo menor de edad y dejaron que me golpearan, cada uno de ellos guardó silencio hasta que se fueron a las habitaciones que los chicos les habían designado, diciendo un sinfín de maldiciones.

Mis hermanos era sumamente tiernos cuando se lo proponían y los amo por eso, el cuidado que ellos ahora me dan, aumentó desde que nos enteramos de la forma en la que murió mi hermana. A pesar que ninguno de nosotros la llegó a conocer, la amamos mucho, mis hermanos en muchas ocasiones han ido a su tumba, muchas veces me han querido llevar, sin embargo, el día que yo regrese a visitarla, será sola, necesito hablar con ella de toda mi vida, y necesito mi privacidad con ella.

Pensar en que pude haber tenido una hermana, hace qué, a pesar de mis lágrimas sonría, me imagino como hubiera sido nuestra vida juntas, seriamos un dúo dinámico, saldríamos de paseo juntas, pelearíamos por ropa, maquillaje, cuarto, o simplemente por cualquier tontería que se nos ocurra. Pensar en cuantos abrazos pude haberle dado, en cuantos besos ella se debió tener por parte de mi familia, me entristece, ella murió a una edad muy corta, no se merecía esa muerte tan desgarradora, mis padres tampoco merecían perder a una hija de esa forma tan... no tengo palabras para decir el sentimiento que tengo ahora debido a ese tema.

Dejo de pensar cuando dan dos golpes a mi puerta desde el otro lado, y por esta asoma la cabeza de mi tío Lucas sonriéndome.

-¿Puedo pasar? –pregunta algo despacio, cuando mi tío me decía en esa forma las cosas, significaba que me daría una mala noticia, me intrigaba pero a su vez me asustaba.

Rápidamente con la manga de mi buzo sequé las lágrimas que habían salido antes por mis mejillas, y solo sonreí y asentí para darle el permiso que camine hacia a mí. Mi tío sonrió y pasó por completo al cuarto, camino hasta la cama hasta colarse debajo de las sabanas conmigo alado.

-No es necesario que las quites amor, ya las eh visto –habla mientras pasa su brazo por debajo de mi cuello y con el otro me aprieta a su cuerpo y suspira. En respuesta yo paso mi brazo por su torso abrazándolo por completo.