Capítulo 17: Bueno, Noé.

363 57 37
                                    

Nunca sabemos cuándo van a ocurrir las cosas, ya sean buenas o malas, y para Irene, el que sus padres la llamaran para asistir a una cena con los socios de su padre, era una de las noticias más malas que podía haber tenido durante todo el día.

Evidentemente, no quería ir sola, así que convenció a Carlo para que la acompañara.

  - Irene, no sé si lo recuerdas, pero la última vez que vi a tu familia, acabé marchándome de allí después de decir que tú y yo teníamos sexo duro.
  - ¡Claro que me acuerdo! Pero no puedo ir sola, necesito que me apoyes.
  - Va a ser complicado, nena. Tengo miedo de que se me vuelvan a cruzar los cables. Aparte, ¿crees que tu madre me dejará entrar después de aquello?
  - Le diré que si tú no vas, yo tampoco. Y necesita que yo esté presente, por las apariencias.
  - No vayas. ¿Qué importan las apariencias?
  - ¡Dios! Es complicado, Carlo. Tengo que ir, se lo debo a mi padre aunque en los últimos años estuviera un poco distante conmigo.
  - ¡Está bien! -Carlo besó la frente de Irene y la abrazó más contra él.

El estar acurrucados en el salón del piso de Carlo, se había vuelto una rutina.
Ambos contaron a sus amigos que estaban saliendo. Irene se sintió tímida por que después de ello, Mía, Uriel y Claudia, no pararon de recordarle que del odio al amor, sólo había un paso.

Adela sabía que Irene iría a la cena y que estaría acompañada de a
Carlo. Ese chico, le había gustado demasiado como para tirar la toalla al primer rechazo así que intentaría hacer algo de nuevo.

  - Mamá, Carlo no es tan bruto como crees, de hecho, fue Irene quien lo obligó a comportarse como un imbécil. 
¡Mentira!
  - No lo sé, Adela. No quiero a ese tipo bajo nuestro techo, ni siquiera por una noche. De todos modos, es un simple mecánico de coches, no debes olvidarte de ello. ¿Qué podría aportar él en una cena con tanta importancia? Seguro vuelve a montar un escándalo...
  - ¡Mamá! Ese chico me gusta mucho y no quiero que Irene se lo quede. Cuando quiero algo lo tengo que conseguir.
  - ¿Cómo puedes querer a alguien que no tenga unos ingresos medianamente altos para que pueda satisfacer todas tus necesidades? Cariño, puedes aspirar a alguien mejor, con una cartera llena todos los días. Este chico gana lo mínimo para sobrevivir.
  - ¡No me importa! Lo único que no soporto es que Irene esté con él. ¡Dios! ¿Tú lo has visto bien? ¡Está buenísimo! Seguro que con un traje y la ayuda monetaria de papá conseguimos que a mi lado quede perfecto.
  - Está bien, Adela. Si así lo quieres, así se hará. Sólo hay que evitar que Irene lo seduzca, aunque creo que eso va a ser bien complicado con lo simplona que ella es a tu lado.

Ambas mujeres se carcajearon burlonas. Estaba claro que sus intenciones irían siempre en contra de Irene.

  - ¡Vamos, Sirenita! No te agobies y ya verás como todo va bien. Estaré a tu lado, ¿recuerdas?
  - Es que siempre que viajo al pueblo se crean problemas. Esta vez, no veo que pueda ser distinto...
  - Ven aquí, mi Sienita.- Carlo enganchó a Irene por la cintura y la cogió en brazos. Ella enroscó sus piernas a la cadera del italiano.- Pase lo que pase esta noche, estaré orgulloso de ti. Te apoyaré en lo que sea necesario por que te quiero. ¿De acuerdo?

Irene afirmó con la cabeza y plantó un beso en la boca de Carlo. El chico no se conformaba con uno sólo por que acabó comiendo los labios rosados de Irene.

Carlo cargó las dos mochilas y las metió en el maletero de la furgoneta de José. Algún día conseguiría ahorrar lo suficiente para comprar su propio coche por que la moto, no podía usarla para viajes de esa escala.

  - Hemos llegado, princesa. ¿Estás bien?
  - Algo nerviosa, pero creo que podremos con ello.

Irene sacó las llaves y abrió la gran puerta de entrada.
Se escuchaban voces en la zona del salón, así que Irene supuso que ya habían llegado los socios de su padre, pero no lo eran, los que estaban allí eran Moisés y sus padres.
Irene palideció.
¿Qué demonios haría ese allí con toda la familia?

Prometo no volver... A herirte (Prometo #2)Where stories live. Discover now