Capítulo Final: Te quiero, te adoro y... ¡Te amo!

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  - ¡Sí, joder! ¡Sí!- Carlo salió gritando y corriendo de la ferretería después de haber recibido cierta llamada.

Mandó un mensaje a Irene para quedar en el parque. El chico se abalanzó hacia ella en cuanto la vio llegar y la besó en los labios con ardor.

  - ¡Vaya! Me encanta este recibimiento! ¿Qué ha ocurrido? Te veo demasiado contento.
  - Lo sé. Es que me han llamado de la última empresa en la que tuve una entrevista y ¡me han contratado! ¡Por fin! Tengo el trabajo por el que luché y estudié. Entregué tantos currículums en distintas empresas, y todos guardaban mi solicitud al fondo del cajón, y en "Mecelec" me dan la oportunidad de demostrar todo lo que sé sobre ésto.
  - Enhorabuena, amor.- Irene saltó al cuello del chico y él la cogió en brazos dando vueltas sobre sí mismos.
  - ¡Ala! Que se joda el perdedor que también solicitaba plaza y que chuleaba antes de entrar en la entrevista de que era el mejor. ¡Está claro que yo soy más guapo y listo!

Irene se carcajeaba, pues Carlo jamás perdería esa confianza desorbitada en sí mismo.

Por otro lado, Valentina y Lucas habían quedado en el Hotel para aclarar las cosas entre ellos.

  - Supongo que si nos hemos citado aquí, es por que quieres hablar de algo serio.- Lucas era un chico listo y sabía que algo no iba demasiado bien entre ellos.
  - La verdad es he notado que ya casi no quedas conmigo. Siento que estás muy distanciado y que solo te centras en el trabajo.
  - Tienes razón, muñeca. Tal vez me he vuelto un poco trabajador de más- Lucas sonrió.- Pero eso no quiere decir nada. Simplemente estoy centrado en un nuevo proyecto, pero en cuanto lo acabe, volveremos a quedar cuanto quieras.
  - No se trata de eso. Cuando termines este proyecto, vendrá otro, y luego otro y así sucesivamente.
  - Quizás pueda escaquearme de vez en cuando, pero será cuando termine éste. Los siguientes no serán así.
  - Lucas, déjalo. Es mejor que no sigamos con ésto y vayamos por caminos diferentes. Podemos seguir siendo amigos...
  - Así que ya lo has decidido, ¿eh? No quieres seguir intentándolo... De acuerdo, lo entiendo.
  - ¿Estás enfadado?
  - No lo estoy, Valentina, es tu decisión. Sólo lamento no haberte tratado lo suficientemente bien o no haberte hecho el caso que merecías. Puede que no se me den bien las relaciones románticas.
  - Lucas, conmigo lo has hecho bien, sólo que yo necesito algo más que vernos a escondidas. Pero creo que ahora no es el momento para que tú tengas pareja ya que sé lo importante que es para ti diseñar edificios. Te encanta y debes aprovecharlo.
  - Vale, tomaremos caminos distintos en el amor, y acepto lo de ser amigos. Sería muy brusco y estúpido dejar de hablarnos. ¿No?
  - Totalmente cierto.- Valentina sonrió, se levantó y cogió su bolso.- Ahora debo irme. Nos vemos.

Lucas se levantó, se despidió de ella con un beso en la mejilla y esperó a que se marchara para luego, irse él.

Claudia había ido al gimnasio a hacer Pilates para relajarse un poco y estirar sus músculos. La clase había sido perfecta para mejorar sus ánimos, ya que según sus cálculos, Max hacía un mes que se había casado. Quizá no estaba enamorada de él, pero sí que le gustaba mucho y por eso todavía pensaba en Max.
Se duchó, se vistió, cogió sus cosas y fue directa al piso.
Fue una gran sorpresa encontrarlo sentado en el portal de fuera del edificio.

  - ¿Max? ¿Qué narices haces aquí?
  - Claudia, preciosa.
  - No me llames preciosa. Estás casado, ahora no creas que voy a estar con un hombre que ya tiene mujer.
  - ¡Escúchame! Tengo algo que decirte.
  - De verdad, es mejor que te vayas. Sigue con tu vida.
  - ¡Joder, Claudia! A eso he venido, a seguir con mi vida. No he podido casarme. Cancelé la boda un día antes. - Claudia quería decirle cuatro cosas pero al escucharle aquello último, decidió dejarle continuar.- No dejaba de pensar en ti, en lo nuestro y en todo lo que hemos vivido. Eres muy importante para mí y sentí un gran vacío al pensar que jamás volverías a estar entre mis brazos.
  - ¿Por qué has tardado tanto en decírmelo?
  - Pensé en que era injusto para ella, dejarla plantada y que me viera tan pronto contigo. Ahora lo pienso, y tal vez fue mucho tiempo, más del que deberíamos estar separados. ¿Vas a aceptarme de nuevo? Sin complicaciones, sólo tú y yo.
  - No lo sé, Max. Todo es demasiado repentino. Estás más de un mes sin hablarme y ahora apareces con esta noticia. Dame tiempo. Sólo lo necesito para pensar con calma.
  - Es justa tu decisión. Pero debes saber que soy muy impaciente y si en una semana no me lo dices, volveré. ¿De acuerdo?

Prometo no volver... A herirte (Prometo #2)Where stories live. Discover now