01. excuse me

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Los lunes por la mañana son la cosa que más odia Minseok en el mundo, especialmente cuando despierta con una resaca por haber salido a una de las fiestas a las que Luhan le encanta arrastrarlo. El opina que está demasiado viejo para estas cosas y Luhan opina que es un amargado. Todo su cuerpo duele y siente esa extraña sensación de malestar general como residuo de una noche llena de humo de cigarrillo y de estar parado todo el maldito rato en un par de botas que dejaban ampollas en sus pies. Suerte para él que llego a ducharse antes de caer rendido en la cama.

Sin embargo, hoy lo espera otro día de clases y no puede negarse a ir a pesar de que desearía no hacerlo porque Xiao Luhan estará ahí para contarle como se lo llevó a la cama aquel chico rubio alto y de anchos hombros.

Su taza de café matutina es lo único que lo motiva a levantarse de la cama y se dirige a la cocina a pasos perezosos y con los ojos aún cerrados, tanteando las paredes. Su perro lo recibe en la habitación saltando a su regazo cuando Minseok se acomoda en la silla del comedor.

Del otro lado de la calle, pegado al cristal de su ventana se encuentra Kim Jongdae, observando al hermoso chico de cabellos morados que acaba de despertar. Parte de su rutina incluye ser un mirón pervertido o así es como lo ha descrito Do Kyungsoo. Con una taza propia de café en su mano, se dedica a observar como el mayor estira sus brazos bostezando y arrulla a la pequeña bola de pelo blanco que se encuentra en su regazo. Realmente adorable. ¿Cuándo comenzó a observar a su vecino desayunar todas las mañanas? Desde que se mudó y su situación empeoro cuando descubrió que ese mismo chico nuevo compartía varias de sus clases en la universidad. Todo eso, sumado al encanto del mencionado, hizo el flechazo que sintió Jongdae aún más intenso. La cosa era que Minseok no tenía ni idea de quién era Kim Jongdae y mucho menos de que este lo observaba constantemente a través de la ventana de su cocina. De no ser así, Jongdae estaría en la cárcel hace un buen tiempo.

Todo comenzó varios meses atrás. Jongdae había sido empleado en un café del centro del barrio universitario de Seúl, uno de los más populares entre los estudiantes. Sus turnos terminaban muy tarde en la noche y llegaba a su departamento con un cansancio brutal. Una de esas noches, cuando estaba sentado en la orilla de su cama poniéndose los calcetines para poder dormir por fin, notó que del otro lado de la calle en la habitación paralela a la suya las luces estaban encendidas y un chico iba y venía con cajas de cartón en sus brazos. Jongdae ha vivido un tiempo bastante prolongado en su actual departamento y está al tanto de lo que sucede en su barrio. Por lo que fue una sorpresa ver que al fin se había ocupado el departamento de enfrente, que siempre tenía las ventanas cerradas con las cortinas corridas y el letrero de alquiler adosado a ellas. El chico, en ese entonces, tenía el pelo pintado de un azul eléctrico. Parecía una pequeña hada y por supuesto, iba acompañado a todas partes de un cachorro caniche. Jongdae ha estado obsesionado con el desde entonces y Kyungsoo le ha recomendado varias veces visitar a un psiquiatra.

Cuando el rubio vió como Minseok comenzó a vestirse con un apuro increíble, colocarse sus lentes y salir disparado por la puerta miró la hora en su celular y casi se cae de su silla al notar que estaba llegando tarde, otra vez.

Kim Jongdae es muy extraño.

✩✩✩

A Jongdae le gustaría pensar que es el destino dándole una mano para que su hermoso vecino se de cuenta de su existencia. Por eso, cuando cuando choca accidentalmente en los pasillos con Kim Minseok cree que es el destino interfiriendo en su vida.
Venía corriendo por los pasillos, con su bata blanca arrugada a medio poner y su mochila empuñada en su mano izquierda. Solo le faltaban un par de centímetros para llegar a la boca del ascensor de camino al laboratorio cuando choca contra algo. O alguien.

Minseok venía del otro lado del pasillo, corriendo al igual que él e inevitablemente ambos colisionaron. Minseok terminó tumbado sin sus lentes (que volaron por los aires) y con los apuntes que traía en sus brazos hechos un lío en el suelo. Jongdae, una vez recuperado del golpe en la cabeza que se había dado contra la ajena, se quedo un par de segundos inmóvil observando al chico frente él. Sus cabellos se habían revuelto un poco, lo que lo hacía ver aún más adorable, y sus ojos se encontraban entrecerrados , analizando y tanteando el suelo a su alrededor en busca de algo en particular. Jongdae cree que ha visto un ángel.

—Mis lentes —murmuró el peli-morado y fue entonces cuando Jongdae volvió a la realidad. Se estiró un poco para alcanzar las gafas del mayor. Tomó la inquieta mano de Minseok y depositó los dorados marcos en ella.

Al colocarse sus preciados lentes y poder ver en una resolución decente de nuevo, Minseok distinguió a la persona con la que había chocado. Un chico de cabellos rubios y facciones muy refinadas.

—Lo siento —dijo Jongdae al darse cuenta que la atención del mayor estaba sobre él y sintió una incomodidad muy fuerte cuando sus ojos lo recorrieron de arriba a abajo, absorbiendo su aspecto. Tal vez tratando de reconocerlo, como quisiera creer Jongdae.

—No, yo lo siento, debí mirar por donde venía —El menor de ambos se incorporó rápidamente y luego ayudó a Minseok a levantarse. Sin embargo, sus papeles seguían desperdigados por el suelo. Jongdae, en un gesto (demasiado) atento de su parte, se inclinó para recoger todo y dejarlo en las manos del peli-morado quien le agradeció en un hilo de voz y se internó en el ascensor siendo seguido por el rubio. Sin decir una palabra más, Minseok presionó el botón que los llevaba al subsuelo donde se encontraba el laboratorio. Estaba llegando horriblemente tarde a su clase práctica de química. Jongdae no podía hacer mas que mirar el techo del ascensor atontado y pensando si debería decir algo más.

—¿También vas al laboratorio? —se atrevió a preguntar Jongdae, aunque claro que ya lo sabía. Minseok llevaba su bata blanca bien planchada y era más que obvio a dónde se dirigía. Mientras él llevaba la suya completamente arrugada y con varios pins pegados en el bolsillo que poseía la prenda. Con cosas como estas comprendía porqué sus profesores siempre le remarcaban lo poco profesional que era.

—Así es —comentó el mayor y no pronunció otra palabras mas, dando por finalizada la conversación. Un silencio incómodo se instaló en el reducido cubículo y Jongdae se sentía ansioso. Su primer encuentro y conversación con Minseok no podía haber resultado mas desastroso. En esos momentos, Kyungsoo se cruzó por su mente y sus sabios consejos hicieron eco en su cabeza: "Deberías acercarte a el, hablarle y entablar una conversación. Ya sabes, como una persona normal."

Así que intentó romper el hielo una vez más:

—¿Tú también estás en las clases del profesor Choi?

Pero Minseok solo asintió con la cabeza, indicando claramente que no le apetecía hablar. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, dándoles la bienvenida al subsuelo, Minseok salió disparado sin decir una palabra. Jongdae se sintió un fracaso y con el andar muy lento, se dirigió al mismo lugar que Minseok, viéndolo desaparecer en la esquina del pasillo con dirección al laboratorio.
Su primera vez entablando conversación con Kim Minseok había resultado un rotundo fracaso. Si Kyungsoo hubiese estado presente en esos momentos, probablemente se estaría riendo en su cara.
✩✩✩
N/A: Primer capítulo medio verga, i know.
PD: aguante el chenmin viejaaaa

 PD: aguante el chenmin viejaaaa

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KIM² || ChenMin/XiuChenWhere stories live. Discover now