10. gotcha (Parte I)

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El sábado por la tarde, a pocas horas del comienzo de la noche, Minseok no se había podido despegar de la ventana de su cocina. Luhan seguía instalado en su casa, no había mostrado ninguna señal de querer volver a su propio hogar pronto y aquello le ponía a Minseok los pelos de punta. Amaba a su mejor amigo, eso es un hecho, pero nunca creyó que fueran compatibles para compartir un mismo techo.

Ambos estaban, como el par de ridículos que sabían que eran, cómodos frente a la ventana que daba al edificio de enfrente, en busca de alguna señal de actividad de Kim Jongdae. Lo habían visto cambiarse, probarse más de cinco camisas distintas, todas con el mismo corte, de diferentes patrones. ¿Acaso saldría esta noche? Luhan tuvo que cerrarle la boca varias veces para evitar que un hilo de baba se le escurriera entre los labios. Se sentía mal, muy mal, técnicamente estaba acosando a su compañero de química como un adolescente hormonal. Y Luhan no hacía nada para detenerlo.

El mencionado se encontraba a su lado, masticando ruidosamente un puñado de galletas mientras revisaba su celular, sin prestarle atención a las intenciones de su mejor amigo.

Del otro lado de la ventana de Minseok, Jongdae parecía haberse decidido por una camisa de mangas cortas, de un color carmín muy oscuro, cuyas solapas se cruzaban elegantemente sobre su pecho. Un par de vaqueros negros y su pelo rubio perfectamente peinado hacia un lado. Luhan realmente no mentía cuando decía que la vista era espectacular.

– ¿Cómo dijiste que se llamaba? –irrumpió Luhan con la boca llena, sacando a Minseok de sus ensoñaciones. El de cabellos morados irrumpió su tarea expiatoria para observar a su mejor amigo.

–Kim Jongdae –murmuró Minseok y acto seguido el contrario comenzó a teclear furiosamente en su celular –. ¿Qué harás?

Luhan maldijo, ignorándolo, porque "tu novio tenía que tener uno de los apellidos más comunes de todo el país" y demás excusas. Allí es cuando Minseok supo sus intenciones y se defendió argumentando que no era su novio, pero el de cabellos rosados lo ignoró y continúo maldiciendo a medida que recorría el listado de miles de personas con el mismo nombre de Jongdae. Cuando encontró un pequeño recuadro con una foto de un sonriente Jongdae, pudo chillar de alegría y no tardó en confirmar que sí, el joven saldría esta noche, porque había confirmado su asistencia a una fiesta de las discotecas más conocida por ambos amigos. Era el lugar típico y querido de los dos. Luhan era un maldito genio, se dijo a sí mismo, comenzando a hilvanar los primeros retazos de su brillante plan.

–Las redes sociales son muy útiles –dijo Luhan, sonriendo con suficiencia al ver el rostro del contrario contraído en confusión –. Será mejor que te prepares, Minnie, que esta noche saldremos.

Minseok no se podía esperar nada bueno de aquello, desvió su mirada nuevamente y notó que el rubio desapareció de su habitación a las corridas, un auto pequeño y negro se había estacionado frente al edificio de su compañero. Un muchacho de cabellos oscuros y escasa estatura, camisa blanca y pantalones negros. Minseok frunció el ceño y cerró las cortinas, respondiendo al tirón que su mejor amigo ejercía en su brazo y dejándose hacer por el mismo, rogando al cielo a que lo que sea que esté planeando no acabe en un vergonzoso desastre para él.

☆☆☆

Jongdae estaba de un humor bastante burbujeante, pero no porque se sintiera feliz o ansioso, si no que sus nervios estaban a punto de hacerlo colapsar. Se vistió lo mejor que pudo, cree haberse puesto más perfume del necesario y podría jurar que su espejo se despedazaría por tanto uso. La imagen que le devolvía el cristal no le convencía del todo, al igual que todo el asunto de esa noche.

Escuchó el familiar sonido del auto y la bocina de Kyungsoo, que llegó a su departamento justo antes de que Jongdae comenzara a desvestirse y desarreglarse, arrepentido. O de que saltara por la ventana abierta de su habitación.

KIM² || ChenMin/XiuChenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora