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Volví de entre los muertos, hola. Perdón por la tardanza. Espero que este capítulo les guste y sepan disculpar los errores, tuve muchos problemas de edición.
Estoy muy emocionada porque esta historia alcanzó los 1K de lecturas, cosa que nunca creí que pasaría. Por eso, quería agradecer a todxs aquellos que se toparon con esta historia, la leyeron, votaron, comentaron y le dieron una oportunidad. Lxs amo 💓
Este es por mucho el capitulo mas largo que escribí hasta ahora, disfruten la lectura.✨
Kim Minseok, estaba enojado, aún peor, furioso y sobre todo, dolido. Todo parecía ir en su contra: primero Zhang Yixing se aparecía de la nada para dar vuelta todo su mundo y luego le restregaba su aparente infidelidad en la cara, esperando que el peli-morado conviviera con el hecho de que lo había utilizado. Mentiría si dijera que no se había ilusionado, tal vez en exceso, creía que el chino y él podrían haber formado una sinérgica pareja de haberse dado las condiciones. Y ahora, su mejor amigo se alejaba de él para colgarse del cuello de su ahora novio, Oh Sehun. Lo único que hacían era estar juntos, de una manera enfermiza, no se separaban ni un segundo. No había día en la semana en la que Sehun no se le adelantara, cuando iba a buscar a su peli-rosado amigo fuera de clases, y ya estuviera allí sentado en las bancas con una sonrisa ganadora, su dorado cabello bien peinado y tal vez una caja de los dulces favoritos de Luhan en sus manos. El cual se le arrojaba encima ni bien lo veía, prestándole nula atención a Minseok, dejando en visto sus mensajes y cuando se atrevía a contestarle, argumentaba que estaba muy ocupado para que pudiesen verse. Minseok no podía culparlo realmente, conocía bien a su mejor amigo, esta no sería la primera ni última vez que se alejara un par de semanas por estar muy prendado de algún chico demasiado guapo, que finalmente lo dejaría por sus tendencias de ser muy empalagoso. Y, por más que no le gustara decirlo, quería a su estúpido amigo y estaba seguro de que ya volvería, arrastrándose, con la cola entre las patas. Se sentía como un cabo suelto, así que aún resentido con cierto chino que se paseaba por los pasillos de la universidad de la mano de su novio Junmyeon, por el que Minseok tenía algo de lástima, desprovisto de su mejor amigo y su hombro para llorar, el de cabellos morados no hacía otra cosa que estudiar y preparar informes en la biblioteca junto a Jongdae, su compañero de grupo. Las cosas se hicieron más fáciles cuando, de un día para el otro, Yixing se salió de su chat grupal sin una sola advertencia y a la clase siguiente ya tenía permiso del compasivo señor Choi para continuar con su labor con otros chicos. Tenía el camino libre para comenzar a olvidarlo y quizás, enamorarse de otra persona. Al final, solo Jongdae y Minseok conformaba el grupo ocho de química. Con dos informes bajo el brazo –el próximo en camino-, corregidos y elogiados por el profesor. Tal vez era la falta de compañía y la soledad que sentía, pero comenzó a ver al muchacho como una oportunidad para ganar un amigo con el que pasar el tiempo. Le agradaba su compañero, trabajaban muy bien juntos y, a pesar de que Jongdae hacía las preguntas más obvias y estúpidas a los ayudantes en el laboratorio, demostraba un gran intelecto así como precisión a la hora de realizar el trabajo serio. Kim Jongdae es muy extraño, el peli-morado podía notarlo. Solía hacer bromas que él no entendía, comentarios nerviosos y murmuraba para sus adentros. Siempre lo veía circular solo por la facultad o junto a un pequeño joven de cabellos negros y ojos saltones. Definitivamente extraño, con una vibra que el mayor no logra descifrar, así podría definir Minseok a Jongdae. Aunque, sinceramente hablando, es muy apuesto. Se permitió analizarlo, cuando estaban preparando el segundo informe en el silencio de la sala de trabajos de la biblioteca, y lo que obtuvo le gustó bastante. El menor –porque era obvio que Minseok le llevaba algunos años más- llevaba el cabello de un rubio claro casi castaño, a veces en rizos sueltos y desordenados sobre su cabeza y otras, prolijo y peinado hacia arriba. Tiene ojos pequeños y curiosos, enmarcados por unas gruesas cejas rectas. Los labios eran lo que más le llamaban la atención al de cabellos morados, se veían suaves y abultados, con sus comisuras elevándose hacia arriba incluso cuando no estaba profiriendo ningún gesto. Un rasgo sutil, casi imperceptible, pero que cargaba su rostro de un aire felino y por qué no, también adorable. Ha estado hablando directamente con él por mensajería, eliminando el anterior grupo de trabajo ya que lo consideraba innecesario. Jongdae y él parecían tener buena conexión, hablaban con facilidad. Sin embargo, parte de su ser aún proclamaba que seguía sufriendo por Yixing, quien parecía haberlo olvidado demasiado rápido. Lentamente, sin darse cuenta ni él mismo, Minseok había comenzado a notar un poco más a Jongdae. Le prestaba más atención, registraba su presencia en las habitaciones y lo buscaba con la mirada, se decía a sí mismo que había adquirido una especie de familiaridad, es todo. Pero luego se encontró a sí mismo investigando un poco, halló sus redes sociales y revisó cada foto en su haber hasta llegar a las más antiguas y vergonzosas. Inclusive esa foto de sus años escolares, posando con una de sus piernas demasiado extendida, un ridículo corte de cabello y un par de anteojos de marco fino. Estaba por mandársela a Luhan, quien se encontraba permanentemente en línea, pero se abstuvo al ver todos sus anteriores mensajes ignorados. Indagó su perfil, en busca de indicios de que el menor estuviera en una relación, pero sólo encontró posteos con imágenes graciosas y fotografías recurrentes con el mismo chico de ojos saltones. Se preguntaba si era su pareja o solo su amigo. Todo aquello había sucedido en cuestión de una noche, luego del día de elaboración del segundo informe. Para cuando la tercera semana, y por lo tanto el informe número tres, se acercó Minseok trataba de entablar conversaciones fuera de las formalidades del trabajo grupal. Se dijo a sí mismo que sólo se trataba de formar lazos amistosos, además, en su defensa, se sentía abandonado y no tenía nada de malo querer estar acompañado por alguien. A veces planteaba temas de charla nada relacionados con la química o mensajeaba a Jongdae para comentarle alguna información de utilidad para su redacción, luego desviando el tema. Y por supuesto que, en el edificio de enfrente, Kim Jongdae no podía estar más feliz de que su vecino, su hyung, lo haya notado. Chillaba y se sentía burbujeante cada vez que hablaba con Minseok, porque parecía que las cosas se estaban dando naturalmente. Como el destino quiere que sean. Tenía todas sus esperanzas depositadas en que era el destino quien se encargaba de acercarlo a Minseok, ahora que estaba dentro de su círculo de conocidos ese pensamiento se acrecentaba y formaba lazos indestructibles dentro de su cabeza. Aquello lo había vuelto muy intenso, prácticamente mandó al diablo su promesa así como su bienestar personal- y sucumbió a la tentación de espiar por su ventana, luego de volver del trabajo. Cada vez que recibía un mensaje del de cabellos morados, asomaba su cabeza a través de la finísima grieta entre las cortinas de su habitación, sólo quería saber qué hacía él mientras tecleaba en su celular para charlar con Jongdae, si sonreiría o se encontraba inquieto. Esos retazos iniciales, aportados por su vecino en calidad de buen compañero grupal, servían para escalar sus conversaciones de académicas a casuales y pronto podían estar burlándose de las ridículas fotos del profesor Choi que toda la universidad había visto. Fue un jueves por la noche cuando Minseok acordó ver a Jongdae al día siguiente, a la salida de sus respectivas clases, para comenzar y terminar su cuarto informe de química. El rubio sonrió, confirmando la invitación de su vecino, antes de caer rendido ante el cansancio de un día agotador porque notó que una cuarta redacción significaba que hacía ya un mes que oficialmente Minseok y él eran conocidos. Aunque Jongdae sabía muy bien que era mayor el tiempo que dedicó a observarlo detrás de un cristal y si Kyungsoo no se encontrara comportándose tan extraño probablemente lo golperaría muy fuerte por semejante pensamiento. Ah, Kyungsoo. El bajito estaba actuando algo muy raro, más de lo usual, no se veía sarcástico ni expresaba esa especie de maternidad cruel hacia su mejor amigo. Actuaba mucho más animado, distraído y hasta había dejado de regañar a Jongdae respecto a sus problemas de acoso. Decía cosas extrañas, no muy típicas del enano gruñón que era, como que “el amor es una gran meta, Dae. Si tú crees que lo que sientes por Minseok es amor pues debes acercarte a él, conquistarlo”. Algo le estaba sucediendo a su Kyungsoo y aquello lo alarmaba. Kyungsoo podía culpar de su cambio de actitud al amor y, sobretodo, a Park Chanyeol, del cual Jongdae no tenía idea de su existencia. Por su parte, el rubio encontraba su culpable en la ilusión que estaba comenzando a florecer en su interior.
Las cosas estaban cambiando rápidamente para todos.
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KIM² || ChenMin/XiuChen
FanfictionKim Jongdae es un agobiado estudiante universitario y la mala suerte parece ser una parte natural de él. Genética o estupidez, no está muy seguro. Un montón de situaciones desafortunadas deberán sucederle antes de que su vecino, de quien está enam...