Epílogo

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(1 año después).

Llegué a casa y al abrir la puerta dejé el maletín en la mesa que estaba junto al sofá pequeño, la cámara a un lado y me quité las botas, quedando en medias.
Hermosa, ya llegué— caminé un poco más y la vi en la cocina... Le amo tanto. En el momento que me vio, dejó de picar la fruta y salió corriendo en mi dirección —¡Lauren!– se  trepó en mi cuerpo como lémur.
Hola amor, ¿Cómo estás?— pregunté en cuanto la puse de nuevo en el suelo.
Bien... El trabajo está pesado, pero me gusta. ¿Y tú? Llegaste tres horas después de tu hora de salida habitual. ¿Te fue bien?
Caminé hacia la cocina y robé unas fresas, antes de responder
—me fue bien, Amor. Juntas aquí, publicistas allá, hice limpieza en los programas editores, me demoré porque discutí con una secretaria.
Su mirada se enfocó en mis ojos. Era un extraño medio de comunicación entre las dos si ella parpadeaba dos veces mientras hablaba, mentía.
Y si yo miraba hacia arriba y luego a la derecha, mentía
No sabía manejar el editor, se supone que la contrato para que haga lo que yo no alcanzo a hacer por falta de tiempo. Pero la señora me da más trabajo. Ah... Y estuve hablando con Henry. Necesitamos otro estudio privado. Ya sabes... Para los caprichosos fotogénicos.
Recibí un dulce beso en la mejilla.

Bien Lauren, te creo.
—Amor... ¿No nos falta algo? Hay cierto vacío.
sonrió y me abrazó antes de gritar— hija... ¡Mamá está en casa!
De inmediato una pequeña niña de un año y medio salía corriendo desde la habitación de juegos— egui ¡Egui!

—¿Le estuviste enseñando mi apellido?— mi esposa asintió con una sonrisa.

Levanté a mi hija y le besé la cabeza
Hija, saluda a mamá.

—Amo... Amo uto— besé sus mejillas y la abracé— también te amo mucho, mi pequeña guerrera. Te pareces mucho a tu mami. Pero con mi amor por el arte— dije esto al ver una pequeña mancha de pintura en su ropita.

—Lauren... Bajé a mi hija y la vi perderse de nuevo con los juguetes de la habitación
Dime... - respondí en medio de un suspiro
¿Extrañas a Camila? Esa... Esa que murió luego del accidente.
Mi cuerpo reaccionó de inmediato, me tensé al oír ese nombre y recordar ese día...
Amor... Vamos a la sala— me abrazó y nos sentamos en el sofá.
Si pudieras ver a Camila. ¿Qué le dirías?
...
— que la amé, Y mucho. Le daría las gracias por hacerme feliz, por hacerme sentir amada y deseada. La abrazaría y besaría, quizás.
Pero eso no pasará. ¿Sabes por qué?.

—eh... No
Besé sus labios.
—porque te tengo a ti.
Y si... Ojalá las cosas hubieran sido diferentes para las dos, pero... Aquí estás tú. Esa Camila, la Camila que yo tenía, llena aún de complejos y dolores, esos sentimientos, ella está muerta. Y así quedará, por favor no me lo recuerdes más.
...
Gracias por entrar en mi vida cuando estaba a punto de derrumbarme

—gracias a ti por dejarme entrar en tu vida, Lauren. Te amo.

—Te amo demasiado, señorita.
Me subí a horcajadas en sus piernas y comencé a dejar besos en su cuello, mientras ella apretaba mis muslos... Rápidamente me bajé, la besé una vez más y subí a mi habitación por una ducha fría... Después de aquellos besos subidos de tono, era justa y necesaria. No tendríamos relaciones frente a nuestra pequeña, pero después de tantos golpes que la vida me dio, por fin puedo decir, que me siento bien, feliz... Amada de nuevo, y... Realmente amo a mi mujel.

PARA SIEMPRE ; No se refiere al físico.Where stories live. Discover now