La fuerza y el sentido de la vida.

Jugadas del destino

-¡Sasuke! -Aquel grito lo había sacado de sus pensamientos y miro al hombre que tenia al frente que lo miraba con una mezcla de preocupación y exasperación.

-Perdón, ¿Qué decías? -Dijo el azabache al hombre volviendo la vista a los documentos que tenia al frente.

-Desde ayer que regresaste de tu descanso no has dejado de estar en las nubes, ¿Paso algo malo? -Pregunto el peli plata frunciendo el ceño.

-No es nada Kakashi, ¿Solo para eso me llamaste? -Pregunto enarcando una ceja y el hombre al ver que no le sacaría nada de información suspiro y volvió al tema del trabajo.

-El Sr. Uzumaki vendrá esta tarde, además necesito que revises unos acuerdos... -Kakashi siguió dictando trabajo al Uchiha mientras este veía los expresiones con expresión vacía.

Una vez en la hora de descanso Sasuke se sentó un su oficina mirando detenidamente la ventana del edificio y el repentino recuerdo de aquella peli rosa lo invadió, para su gran malestar no pudo reprimir una sonrisa.

"Ella se encuentra trabajando en estos momentos, solamente la molestarías" Pensó el azabache intentando detenerse a si mismo. Luego sin pedir permiso otro pensamiento le respondía.

"¿Quien dijo que no podrías hacerle compañía? Incluso bastaría con admirarla a lo lejos..." Sasuke maldijo reprochándose a si mismo, "No eres un maldito acosador... dios..."

Pero sin siquiera proponérselo ya se encontraba saliendo de su oficina, era como si sus pies hubieran adoptado vida propia aun que su mente le arrojaba argumentos lógicos para no ir su cuerpo no le respondía. Al darse cuenta ya se encontraba en la entrada de aquella guardería, entonces la vio, y todos esos pensamientos racionales se silenciaron.

Se encontraba en el salón rodeada por varios niños estos parecían bailar, sin ritmo alguno, sin coordinación alguna, pero de alguna forma era enternecedoramente bello. Verla con el cabello sujeto en una trenza de lado, una blusa beige y unos pantalones de mezclilla azules claro, aquel delantal rosa mientras se balanceaba junto a los niños y aplaudía animadamente.

Sasuke se dio cuenta que nunca en su vida había visto a una mujer tan hermosa que lo cautivara tal como ella lo hacia, bastaba un solo vistazo para hacerle perder cualquier uso de razón. Se quedo parado en la entrada y cuando menos los espero la mujer se había percatado de su presencia.

Vio como ella se giro y hablaba con una joven, parecía ser la asistente de ella ya que al salir la peli rosa la castaña se quedo en el lugar de la peli rosa entreteniendo a los pequeños.

No podía creerlo, simplemente no podía creerlo. Aquel hombre había regresado, le costaba trabajo pensar que no estaba soñando. "¿Qué querría? ¿Estaría aquí para verla?"

El simple pensamiento de que él hubiera venido específicamente a verla le lleno el estomago de mariposas aun que una vocecita interna le reprochaba sus niñerías, "Por dios Sakura, ya no tienes 16 años... compórtate."

Pero una vez que estuvo frente a esos ojos profundos que la miraban fijamente amenazando con tragársela completa, sus pensamientos anteriores se evaporaron al instante.

-Hola Señor, ¿Le podemos ayudar en algo? -Pregunto nerviosa la peli rosa desviando la mirada hacia sus tenis rojos, no soportaba la mirada intensa del azabache sin colorearse de rojo completamente.

-Si, bueno... en realidad estoy más que nada buscando con quien pasar mi tiempo libre, es decir... -Sasuke se interrumpió gritándose internamente, "Estas hablando como si fueras a acostarte con ella solo por matar el tiempo, ¿Por que todo es tan complicado cuando se trata de ella?" -No me refiero a eso...- Tartamudeo él.