La fuerza y el sentido de la vida.

Reunión (PARTE 2)

Finalmente habían llegado, sentía un revoltijo de emociones en su estomago, algo que no era propio de su personalidad serena y tranquila ante cualquier situación.  Itachi no paraba de dar vueltas en la habitación ante la atenta mirada de su esposa que lo miraba con cierta diversión.

-Te ves... feliz. La única vez que te vi en ese estado fue hace tres años. -Dijo una mujer de cabellos castaños mientras soltaba una ligera visita.

-Hmp, más que feliz, estoy muy nervioso. Cuando Sasuke me contó la noticia tarde unos momentos en poder digerirlo, estaba tan emocionado. Y ahora los nervios me invaden, es la pequeña Sarada, esa niña traviesa finalmente regreso a nosotros. -Dijo con un nudo en la garganta.

-Cierto, es una gran noticia. Es una lastima que nunca la conocí antes de que desapareciera. -Comento ella.

-Te agradara de eso estoy seguro. -Respondió él plantandole un beso en los labios que ella gustosa correspondió. -¿Donde esta mi madre? Sasuke no tarda en llegar. -

-Esta en la cocina, al parecer quiso hornear un postre para celebrar el regreso de su nieta. -Respondió ella.

-Ya veo, te sorprendera lo entusiasmada y quizas empalagosa que mi madre se pondrá con Sarada, pero hay que recordar que ella siempre quiso una hija y cuando Sasuke tuvo una niña se enloqueció de alegría y siempre que podía consentía a Sarada. -Le narro el sonriendo con diversión recordando como su madre nunca se desprendía de Sarada siempre que la visitaba.

-Bueno, creo que es hora de que bajemos ¿No te parece? Tenemos que recibirlos en la entrada. -Dijo ella poniendose de pie y dirigiendose a la salida de la habitación. -Iré por Takeshi. -

Itachi vio salir a su esposa y después de un profundo suspiro decidió seguirla, aun se encontraba ansioso pero un poco más relajado. 

-Take-kun, hoy conoceras a una persona muy importante. -Le decía la mujer al pequeño de tres años que habia estado jugando con sus cuadernos y colores hacia unos momentos. Él la miro inquisitivo, a su madre le seguía dando gracia que había heredado el carácter calmado y callado de su padre. -Se trata de tu prima Sarada, ella es la hija del tío Sasuke. -Le dijo mientras se inclinaba para levantarlo.

El niño tenía el cabello de su padre, negro como la noche pero sus ojos eran del color de su madre, sin embargo el pequeño sin lugar a dudas tendría el caracter reservado de su padre.

Una vez que bajaron a la primera planta se encontraron con la madre de Itachi que los esperaba con una amplia sonrisa.

-Estan en la entrada de la mansión, no tardarán en llegar al recibidor. -Les dijo Mikoto mientras acariciaba la cabeza del pequeño.

-Perfecto, ¿Cuantos años debe de tener Sarda? -Pregunto Izumi revolviendo en sus recuerdos.

-Doce. -Respondió Mikoto con una expresión triste, al darse cuenta Izumi intento ser positiva y levantar el animo tal como siempre hacia, una de las cosas que termino por enamorar al mayor de los Uchihas.

-Lo bueno es que ya ha regresado, y ahora podremos estar juntos como una familia. -Dijo ella con una sonrisa y estaba a punto de añadir más pero fue interrumpida por el timbre de la puerta, por un instante todos se quedaron congelados pero Mikoto fue la primera en reaccionar y casi corriendo se aproximo a la puerta y la abrio con prisa.

En el umbral de la puerta se encontraba Sasuke junto a Sarada que miraba sorprendida a aquella mujer que habia salido abruptamente de la mansión como si su vida dependiera de ello. Vio como la mujer se le quedaba mirando con ojos entre sorprendidos y maravillados a la vez, noto poco antes de que se abalanzara hacia ella como se habian llenado de agua sus ojos tan oscuros y profundos como los de ella misma.