La fuerza y el sentido de la vida.

Solo un poco más...

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Sakura se encontraba aseando los salones de la guardería y ademas estaba haciendo inventario ya que las vacaciones habían llegado y aunque los peques descansaban las maestras aun tenían labores administrativas y de limpieza que realizar, no le molestaba en absoluto, era de esas pocas personas que podían decir que tenían el trabajo de su sueños, claro que no significaba que no se cansara de vez en vez o que algunas veces deseara algún día libre pero tampoco se amargaba la vida por su trabajo, lo disfrutaba.

Pero este día particularmente algo le molestaba, era un extraño presentimiento sentía que ese día algo pasaría. Ciertamente desde el día de ayer había estado tensa por el aviso de su amiga pero era algo superable, es decir aunque aun sentía una cicatriz allí algo era diferente pese a que aun no identificaba con exactitud que era.

Se encontró extrañando con ansías a Sasuke y por supuesto a Sarada, pero al primero era una añoranza que nunca creyó volver a sentir. Había pasado poco tiempo desde que él había entrado a su vida y aun así sentía que ya se había colado en su alma. ¿Cuánto más continuaría mintiéndose a si misma, a él? Todo este tiempo poniendo excusas, argumentando que apenas se estaban conociendo, se contenía a si misma y a su corazón a desearlo más. ¿Él se sentiría de la misma manera? Ciertamente quedaban cosas por aclarar, ella debía hacer unas cuantas confesiones y ambos debían poner todas sus cartas sobre la mesa, ¿Pero que hacer cuando tus sentimientos se te adelantan? 

Le había mentido al mundo entero al pretender que la atracción que sentía hacía Sasuke era algo que podía controlar, sabía que si seguía conociéndolo más terminaría enamorándose irrevocablemente, y una parte de ella tenía miedo. Una vez antes había amado con tal profundidad ¿Sería igual en esta ocasión? Sin embargo ella podía decir una cosa, las sensaciones que Sasuke le hacia sentir eran diferentes, más intensas, más profundas, quizas sea por la edad, quizas la madurez, o simplemente que era la persona indicada desde un principio.

Pero pensar eso de alguna forma no le parecía correcto, le parecía un error. Ciertamente en algún momento de su pasado ella era de esas chicas que creían en las almas gemelas, los príncipes azules y el hilo rojo del destino pero eso había sido cosa del pasado para ella.

En algún punto de su vida (uno que la dejo marcada eternamente) se dio cuenta que no había hadas mágicas a las cuales recurrir, caballeros de armadura plateada que te salvaran ni mucho menos un amor perfecto. Ciertamente ella lo había aprendido a la mala por eso no se cansaba de repetírselo una y otra vez, por eso contenía al limite su corazón que simplemente quería lanzarse a los pies de Sasuke.

Debido a que ya no creía en las almas gemelas ni en los príncipes azules (Aunque Sasuke podía muy bien aparentar ser uno) no le parecía correcto pensar que quizás, aquellas sensaciones las sentía debido a que él era el indicado desde un principio... ya que en algún momento ella considero a otro hombre en el lugar de Sasuke y aunque la experiencia fue totalmente distinta ella juró en el pasado que ese hombre, era el indicado. ¿Puede haber más de un hombre indicado en la vida? ¿Es posible realmente volver a ser feliz como aquella joven que una vez fue ella?

-Bueno, ya he terminado. -Dijo para si misma en medio de un suspiro, miro a su alrededor y se dio cuenta de que se encontraba totalmente sola, debió haber estado totalmente ensimismada en sus propios pensamientos que no había escuchado a Ino retirarse.

En silencio ella misma salio de la guardería y camino hasta la estación de autobuses, se encontraba de mejor humor, de hecho se encontraba emocionada, hoy en la tarde su hija y Sasuke regresarían a casa. No podía esperar para volver a verlos.