18

7.2K 505 105
                                    


Quería mandarlo a la conchetumare. De verdad, que quería mandarlo a la conchetumare y de paso hacer mierda su caga de celular en el piso, porque me sentía una payasa. Y el pensamiento de que solo soy un objeto de burlas se abre paso por mi mente.

La rabia estaba latente en mi organismo y el calor me estaba quemando por dentro.

¿Qué huea se creía esta mina? No, mejor dicho: ¿Qué se creían estos hueones?

"El sábado vamos al carrete juntitos si o si" Esa huea me daba vueltas en la cabeza. Mensaje culiao. ¿Se estaban burlando de mí? ¿Me iba a conquistar porque le parecía chistoso, y se reían a mis espaldas?

—¿Seguimos viendo la película?

Alcé la vista cuando el Ale apareció ante mí, con una sonrisa. Venia caminando directo hacia su cama, pero se detuvo al cachar mi postura erguida y mis mejillas rojas ardiendo en rabia. Sus cejas se fruncieron al ver su celular entre mis manos.

—¿Qué paso? —quiso saber.

Las palabras salieron como ácido de mi garganta antes de que pudiese detenerlas:

—¿Le estai calentando la sopa a la Jazmín mientras estai aquí conmigo?

Eso, conchetumare. ¿Se lo dije y qué?

Su ceño se profundizó aún más. Me puse de pie frente a él y le pasé su celular antes de que las ganas que tenia de mandarlo a volar me consumieran.

—¿Qué? ¿Qué estai hablando, Tamara?

Rápidamente desbloqueo el aparato. El entendimiento vino a él cuando seguramente leyó el mensaje.

—Tamy, no... —comenzó, negando con la cabeza. Pero lo detuve.

La rabia estaba circulando por mi organismo con potencia. Quería dejar la caga. Era tan polvorita pa' mis hueas...

Está bien que no seamos absolutamente nada, hueón. Pero yo era la culia con la que ya se había dado más de un beso... y me importaba un pico lo demás, yo no iba a estar aquí avanzando y conociéndonos para un "algo" cuando este conchesumadre se estaba pelando con más minas. Ni cagando. Yo no me iba a prestar para esa huea.

—Sabi que hueón, ya te caché.  —acusé, apuntándolo con un dedo. —Voh andai puro huebiando conmigo. Quizás a cuantas minas más les andai caletando la sopa.

—Tamara deja de deducir hueas. Las cosas no son así —Intentó explicarse.

Yo negué con la cabeza.

—¿Entonces como son? Yo no estoy pa' tu huebeo, Alejandro. Yo no soy una hueona que va a estar pa' voh cuando esti aburrido ¿me escuchaste? —dije, llena de enojo.

Quizás le estaba metiendo color, pero hueón... Las cosas parecían ir demasiado bien con este culiao.

Además, suena mal... pero el Alejandro tenía la reputación de ser un fuck boy de novela, y yo material de ángel redentora no tenía. No quería un mino en mi vida que se me burlara en la cara, mucho menos siendo tan pendeja e inexperta.

—La Jazmín es mi amiga, Tamara. ¿Por qué deci esa huea? Yo no te busco porque este aburrido. ¿Qué onda? —cuestiono. En un movimiento nervioso se pasó las manos por el pelo, para luego apretar los labios. —¿Qué tiene de malo el mensaje? ¿Acaso tú no sales con tus amigos?

Me reí amargamente.

—Esa hueona no quiere ser solo tu amiga, Alejandro. Y esto no se trata de mí.

Estaba tan pica, que en un dos por tres agarré mi bolso, me lo puse al hombro y me dispuse a caminar. El Ale fue más rápido. Me agarró del brazo, deteniéndome.

¡Hueón culiao, me rompiste el choro! #HCMREC 1Where stories live. Discover now