7. Buscando pistas

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                           .:Jill:.
Debían ser las siete de la mañana cuando me desperté porque tenía sed. Mi boca estaba tan seca como si hubiera estado en un desierto así que decidí salir de la habitación para ir a la cocina. La casa de Abe era sorprendentemente grande y nosotros nos estábamos acostumbrando, nuevamente, a nuestro horario de Moroi ya que no había nada de que preocuparse.

Al llegar abajo vi al tal Boris salir de la cocina con una bandeja que contenía una taza con algo echando vapor y unas galletas. Me miro fijamente y juro que pude sentir como si me clavaran una estaca en el corazón pese a que su expresión no dejaba mucho que demostrar.

– ¿Necesita algo señorita Dragomir? –

Me sorprendí por el tono suave y dulce, además de formal, que ha usado. Negué con la cabeza y luego camine hasta la cocina haciéndole saber que podía servirme agua yo sola. Una vez que entre en la cocina me sorprendí bastante. Ya había entrado el día anterior, pero aún así es sorprendente. Había una especie de mesón que rodeaba las cuatro paredes, el refrigerador estaba a una esquina y la isla siempre estaba muy bien organizada. Saque un vaso desde uno de los cajones de arriba y lo llene con el agua de un bidón.

Por el marco de la cocina, uno tan grande como si fuese una ventana rectangular, solo que sin vidrio. Pude ver a Rose sentada en el chaise longue mirando unos papeles. Boris le dejo la bandeja en la mesa de centro y ella le dijo algo que no alcancé a escuchar y dudo mucho que solo sea un «gracias»

Salí de la cocina y fui hasta donde estaba ella. Me sorprendí bastante de verla despierta ya que ella sugirió volver al horario normal de nosotros y esperaba encontrarla dormida en lugar de despierta.

– Jill – Me miro sorprendida – Deberías estar durmiendo

– Tú igual – Tome asiento en el sillón frente a ella – ¿Qué haces?

Posé la mirada en el plato de galletas y la taza que desprendía un aroma a café fresco. La televisión estaba encendida, pero no parecía que alguien la estuviera viendo. Volví a mirar a Rose que tenía un montón de papeles con ella.

– Nada, ve a dormir – Dijo bruscamente sin mirarme. Me sorprendí un poco y luego suspire. Boris estaba parado junto a Rose como si esperara a que ella le diera una orden, pero ella no decía nada – Oye, ¿y este lugar?

Boris miro la hoja que Rose le entrego y negó con la cabeza. Ella suspiro pesadmente y la dejo a un lado sacando otros papeles.

– Si me permite, creo que lo mejor es salir en lugar de buscar con papeles – Dijo él cortésmente – Aunque eso vaya contra las reglas de su padre

– No dijo nada de que yo no podía salir – Rose lo miro tranquila – Amaneció así que no creo que haya peligro. ¿Ottawa por el norte o por el sur?

– Sur – Respondió el hombre entregándole unas llaves – El Dodge Dart Neon, 2013 es el que le ha dejado su padre. Color rojo

– Abe – Suspiro en derrota Rose – Ese hombre. Juro que dudo que sea mi padre. Probablemente es alguien que se hace pasar por el desconocido

– No lo creo, ustedes son tan iguales – Sonreí.

– Te dije que vayas a dormir – Rose se levanto del chaise longue y le entrego los papeles a Boris que asintió lentamente tomándolos. Ella tomo las llaves, una galleta y salió de la casa para ir al porche a sacar el auto.

Suspire en derrota y me levante para poder ir a mi habitación nuevamente. Boris no hizo comentario alguno, así que volví tranquila. Cuando llegue a mi habitación sonreí levemente al ver a Mia dormida aún. La habitación de nosotras era de un color rosado muy suave y lindo. Las cortinas eran oscuras para que la luz del sol no nos molestara.

Instintos de Dhampir, Rose y DimitriWhere stories live. Discover now