16. Bloquealo

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                              .:Christian:.

Lissa y yo estábamos sentados en el chaise longuemirando una televisión que estaba sobre la chimenea, hubiera estado mejor si tuviera más de veinte canales, pero bueno, es lo que hay. De vez en cuando nos besábamos y lo que me sorprendía de eso es que Rose estaba sentada frente a nosotros sin quejarse. De hecho ella leía un viejo libro que parece haber sido sacado de cenizas.

Deje de prestarle atención a la Dhampir salvaje que ahora estaba muy calmada, demasiado para mi gusto, y concentre mi atención en Lissa. Nos besamos suavemente y nos separamos. Ella tenía su cabeza apoyada en mi pecho y yo ambos brazos apoyados en los borde del chaise longue mientras estaba sentado.

– ¿Qué estás haciendo? – Lissa miro a Rose con curiosidad – No me gustan tus pensamientos

– Entonces no me leas – Dijo Rose sin mirarla. Ella parecía muy concentrada en ese libro. Yo fruncí el ceño por como le había hablado a Lissa y estuve a punto de regañarla cuando Rose se sentó en forma de meditación con el libro en una mano y la palma de la mano derecha elevada. La miro fijamente y luego el libro.

Mire a Lissa confundido y ella miraba a Rose seria.

– Rose, la oscuridad está sobre ti – Dijo.

– Es tu oscuridad – Dijo Rose sonriendo sin mirarla.

– ¡Chicos! – Ella al fin quito la vista del libro y todos miramos a Adrian que estaba en la entrada – No adivinarán que encontré

– ¿Una novia? – Pregunte divertido.

– Ja ja Christian – Rió con sarcasmo – Muy gracioso

– Una usuario del espíritu – Dijo Lissa sonriendo emocionada.

– Sí, está afuera. Ella me encontró a mí y tenía que traerla para que la conocieras – Dijo Adrian.

Sonreí levemente ante el entusiasmo de Lissa, Adrian dejo entrara una mujer anciana. No sé bien que edad tenía, pero debía pasar los cincuenta años. Tenía el cabello largo color blanco, probablemente eran canas, ojos celestes y usaba un bastón para caminar aunque no encorvada.

La mujer miro a Lissa con una sonrisa y ella enseguida se puso en pie y se acerco a la mujer para saludarla. Dimitri la miro de reojo, él estaba sentado en el comedor junto a Alberta hablando sobre la posible guerra contra los Strigoi. Alberta le sonrió levemente a la mujer y le pregunto su nombre: Lucinda.

La mujer anciana paso a sentarse en uno de los sillones mientras todos, incluidos Alberta y Dimitri, nos reunimos con ella. Adrian tomó el asiento de enfrente a ella, de espaldas a la televisión y Dimitri obligo a Rose a sentarse bien en el sofá para que él y Alberta se pudieran sentar, en cuanto a Lissa ella volvió a sentarse conmigo al chaise longue.

– Santo Dios, no pensé que pudiéramos conocer a otro usuario – Dijo Lissa emocionada – Al parecer, Rose, es posible

Ella ni siquiera la miro, creo que no tenía ni la menor idea de que estaba rodeándola ya que seguía con la vista en el libro. La mujer anciana miro a Rose y frunció el ceño levemente, la golpeó con el bastón en la cabeza y yo no pude evitar reprimir una carcajada.

– Auch – Se quejo Rose mirándola.

La mujer le hizo un ademán con la mano para que guardara silencio. Miro a Lissa y a Adrian y sonrió levemente.

– Estaba esperando poder conocerlo frente a frente – Miro a Lissa – Oí hablar de ti

– Supongo que es normal, ella es la reina – Dijo Adrian sonriendo – Es increíble, un usuario del espíritu aquí, frente a nosotros. Completamente cuerdo y no como Avery

Instintos de Dhampir, Rose y DimitriWhere stories live. Discover now